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Entre el miedo, la incertidumbre y la esperanza, es así como viven los más de 1.7 millones de venezolanos en Colombia a causa del coronavirus. Más allá de haber sufrido el colapso económico y social de su país de origen y el subsecuente desplazamiento lejos de su hogar, ahora los venezolanos libran una nueva batalla, está vez contra un enemigo inesperado: el COVID-19. La pandemia no solo los ha dejado vulnerables ante los efectos del virus, sino también ha causado despidos masivos que han dejado a miles de venezolanos sin sustento alguno.
El COVID-19 ha generado un grave impacto en la economía colombiana, la cual decrecerá en un 7.8 por ciento este año, según proyecciones del Fondo Monetario Internacional. El impacto económico se puede observar en el ámbito laboral, donde el desempleo va al alza. Tan solo en junio, la tasa de desempleo llegó al 19.8 por ciento, un radical contraste al 9.3 por ciento de junio del 2019.
Sin lugar a duda, las consecuencias económicas de la pandemia afectarán a todos en Colombia, aunque dichos efectos no serán distribuidos por igual pues serán mayores para los más vulnerables, incluyendo a los cientos de miles de venezolanos desplazados en Colombia. Esto debido a que los venezolanos trabajan mayormente en sectores que han sido altamente impactados por COVID-19, como restaurantes, hoteles, tiendas y cafés. De acuerdo a un reciente estudio que publicamos en Refugees International y el Center for Global Development, el 64 por ciento de los venezolanos trabajan en dichos sectores, a comparación con un 47 por ciento de colombianos. Dicha situación es aún más precaria para las mujeres venezolanas que son un 78 por ciento más propensas a trabajar en sectores altamente impactados, relativo a 57 por ciento de hombres venezolanos y 59 por ciento de mujeres colombianas.
A causa del coronavirus, las personas que trabajan en los sectores altamente afectados corren un riesgo mayor de perder sus empleos. Para los venezolanos, quienes en su mayoría trabajan informalmente y cuentan con poca seguridad laboral, la perdida de empleo es casi garantizada. La prevalencia de dichos efectos en los venezolanos son debido a las barreras que afectan su inclusión económica en el país, pues los previenen de trabajar en sus profesiones y diversificar los sectores en los que trabajan, empujándolos a la informalidad y el subempleo. Eliminar dichas barreras no solo generaría mejores condiciones para los venezolanos, sino que también produciría hasta mil millones de dólares en ganancia anual al PIB Colombiano, según nuestro estudio.
Sin ingreso y sin acceso a seguridad social, miles de venezolanos en Colombia corren el riesgo de ser desalojados, muchos sin la posibilidad de incluso poder comprar alimentos o cubrir otras necesidades básicas. Tras haber sufrido el colapso económico de Venezuela, los venezolanos en Colombia se vuelven a encontrar sin trabajo y con un futuro incierto. Ante tal desesperación, el miedo y la necesidad está empujando a algunos a retornar a Venezuela.
Tras esta situación, el Gobierno colombiano y organizaciones nacionales e internacionales han implementado un plan de respuesta que brinda esperanza a los venezolanos en Colombia. El plan incluye apoyos monetarios y en especie para los venezolanos más vulnerables, así como acceso a albergues y a servicios de salud. A pesar de la respuesta proactiva, la cantidad de venezolanos y de colombianos en necesidad de apoyo va en aumento.
Por este motivo, es necesario de mayor apoyo internacional para reforzar los esfuerzos en Colombia que permitan responder a las necesidades crecientes tanto de venezolanos como colombianos. En particular, la comunidad internacional debe de financiar en su totalidad los esfuerzos del Plan de Respuesta a Refugiados y Migrantes (RMRP) que se encarga de coordinar la respuesta ante el desplazamiento venezolano. Además, es necesario que se tomen acciones concretas para eliminar las barreras a la inclusión económica de los venezolanos, las cuales han contribuido a su precariedad económica e inseguridad laboral actual. El Gobierno colombiano debe de continuar su apoyo hacia los venezolanos y de reforzar las acciones enfocadas a mejorar su inclusión económica.
Con mayor inclusión económica, los venezolanos podrán obtener trabajos de acuerdo a sus capacidades, mejorar su autosuficiencia y disminuir sus vulnerabilidades, así como contribuir de forma más completa a la economía colombiana. Tales beneficios son más relevantes que nunca en vista de la recesión actual y de la vulnerabilidad creciente de los venezolanos. El COVID-19 ha puesto a los venezolanos entre el desempleo y Maduro, pero también ha abierto la puerta para mejorar la respuesta y generar beneficios tanto para venezolanos como para colombianos y así, promover un mejor futuro para todos post- pandemia.
*Asociada de programa Refugees International