16 de julio de 2024 - 06:09 p. m.
La historia del agua de Bogotá a través de imágenes
Pese a estar rodeados por abundantes caminos de agua, la historia de Bogotá muestra que pasaron más de 100 años para asegurar agua al 99 % de la población. El Espectador lo acompaña por este viaje a través imágenes escogidas del amplio banco del Museo de Bogotá, y así descubrir cómo nacieron los embalses que hoy día, tras un racionamiento que continúa, recobran la importancia que siempre debieron tener.
Caddie recogiendo una pelota dentro de un caño de aguas estancadas. Fotografía del siglo XX. A pesar de estar rodeados por abundantes caminos de agua, la historia de Bogotá muestra que tuvo que pasar un siglo para asegurar agua al 99 % de la población.
Daniel Rodríguez (1914-2001)
Canalización de aguas, acueducto, tuberías, año 1926. En 1807 la ciudad contaba con seis pilas y 24 “chorros”, para abastecer agua a los 22.804 habitantes. La administración del agua de la ciudad pasó por varios procesos de concesión a privados que resultaron en contratos de acueducto que no hicieron. La población crecía y solo hasta 1871, con 63.032 habitantes, se inicia la construcción de los primeros tramos de alcantarillado subterráneo. Para finales del siglo XX, la ciudad abastecía únicamente a cerca del 15 % de la población, con más de 2.800 "plumas" particulares y 38 en Chapinero.
Sin identificar (1926)
Embalse del Neusa, 1947. A inicios del siglo XX, la población bogotana sufrió epidemias de tifus y otras enfermedades a causa de la calidad del agua, para 1907, un análisis de calidad del agua demuestra que es impotable, por su alta contaminación con materia orgánica y patógenos. Para 1912, estas enfermedades llegaron a causar el 16% de las muertes de los habitantes de la ciudad.
Saúl Orduz (1922-2010)
Guatavita, La Vieja con Embalse, 1966. El siglo XX será un periodo decisivo en la historia del agua. La ciudad entendió que garantizar el recurso era una tarea titánica a pesar de la estratégica ubicación de Bogotá y que el agua de los cerros no iba a suplir la creciente demanda. Se buscaron fuentes de agua a lo largo de todo el territorio para embalsarlas y crear nuevos caminos.
Saúl Orduz (1922-2010)
Abastecimiento de agua en el barrio Las Cruces con una bomba pública, año 1945.
En 1922 se produjo una fuerte escasez de agua, en un momento en el que el acueducto tenía una cobertura del 25 % de la población. La población crecía rápidamente y eso provocó nuevos asentamientos en zonas limítrofes de la capital.
Daniel Rodríguez (1914 - 2001)
Dragando canal de aguas negras, Patio Bonito, 1980.
La ciudad avanzó en comprar las hoyas de los ríos San Cristóbal, San Francisco, San Agustín, del Arzobispo y de las quebradas Las Delicias y La Vieja, desalojando a cerca de 4.000 personas que vivían en ellas. Fue un número alto de población si tenemos en cuenta que para 1920 la ciudad contaba con poco más de 179.514 habitantes. Entre tanto, las cuencas se entregaron para su cuidado y administración a la empresa de acueducto.
Saúl Orduz (1922-2010)
Inauguración embalse del Neusa, 1953. Cuatro momentos son clave para la consolidación del sistema de aguas de hoy día: son la construcción de la impresionante obra de ingeniería, para la época, de la represa La Regadera en Usme, la planta de Vitelma, el acueducto de Tibitoc y finalmente, el embalse de Chingaza.
Saúl Orduz (1922-2010)
La construcción de la represa de la Regadera en 1938 (la fotografía es de 1978) es un primer hito porque llegó con la planta de tratamiento de aguas de Vitelma. En cierta medida lo que estamos viviendo hoy con el racionamiento, es algo que anteriormente era frecuente. Cuando se inaugura esta gran obra se suple agua fundamentalmente para los barrios de Chapinero y el norte. Los barrios que estaban apareciendo de San Cristóbal hacia el sur, no tenían acceso al agua.
Saúl Orduz (1922-2010)
Embalse del Neusa. Pese a las nuevas represa, la capacidad de abastecimiento resultó insuficiente en corto tiempo y en el verano de 1940 fue necesario recurrir al viejo acueducto del río San Francisco para completar las necesidades de la ciudad, solo qué caudal se distribuía sin filtrar. En los siguientes años la capital enfrentó fuertes periodos de sequía.
Saúl Orduz (1922-2010)
Embalse del Neusa. En 1947 se apresuró el aumento de la capacidad de embalse del río Tunjuelo. También se construyó una presa en el sitio de El Hato, que se denominó represa de Chisacá. Dos años después, una fuerte sequía preocupó y en 1948 y 1949 se iniciaron las obras de las represas del Neusa y del Sisga.
Saúl Orduz (1922-2010)
Sala de controles, 1967. Planta de tratamiento de aguas residuales El Colegio. El 40% de la población no tenía servicio de acueducto para 1958.
Saúl Orduz (1922-2010)
Acueducto de Tibitoc, 1972. Dicen los historiades que sin esta planta no hubiese sido posible la expansión al norte de Bogotá, con barrios como Cedritos.
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Saúl Orduz (1922-2010)
Las exploraciones y estudios realizados en la zona de Chingaza, a más de 70 km de la ciudad, arrojaron la existencia de un sitio para una presa sobre el río Chuza que permitiría embalsar 150 millones de m³ de agua. Estos permitió que incrementara el flujo regulado hasta 20 m³/s, con lo cual el abastecimiento de agua para Bogotá quedó asegurado hasta el año 2020, o eso fue lo que se creyó.
Saúl Orduz (1922-2010)
Embalse de San Rafael, EAAB, Bajo Teusacá, 1976. El proyecto Chingaza se terminó a finales de 1985, con una inversión que hasta 1983, era de $42.548 millones. Fallas en este sistema, que suple el 70 % de agua de toda la capital, provocarían graves periodos de escasez que llevaron incluso a un fuerte racionamiento en 1992, cuando la ciudad ya había superado los cinco millones de habitantes, de los cuales, el 88 % tenía el servicio asegurado.
Saúl Orduz (1922-2010)
Acueducto de Tibitoc, 1972.
Saúl Orduz (1922-2010)
EAAB, Estación bombeo de aguas negras, 1977.
Saúl Orduz (1922-2010)
Embalse de Chuza, 1977
Saúl Orduz (1922-2010)
Embalse de Chuza, 1982
Saúl Orduz (1922-2010)
Embalse de Chingaza, 1984.
Saúl Orduz (1922-2010)
Embalse Chingaza, 1984.
Saúl Orduz (1922-2010)
Embalse Chingaza, 1984.
Saúl Orduz (1922-2010)
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Conozca la historia del agua en Bogotá: Bogotá, una ciudad con origen acuático y una historia de escasez
Para conocer más noticias de la capital y Cundinamarca, visite la sección Bogotá de El Espectador.
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