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La justicia brilló para Leily Vanegas Gómez: el Tribunal Superior de Bogotá la absolvió, en fallo de segunda instancia, del delito de violencia intrafamiliar contra su exesposo y revocó la condenada que había en su contra desde noviembre de 2021 y que cumplía de manera domiciliaria.
Lo indignante del caso de Leily fue que su condena se dio por una denuncia que su entonces esposo, Santiago Garavito Castellanos, interpuso contra ella, señalándola de haberlo agredido y sometido a malos tratos durante su relación.
Pero esta denuncia la hizo cuando se encontraba detenido en prisión en medio del proceso que terminó hallándolo penalmente responsable de violencia doméstica, por agredir brutalmente a Leily, el 5 de junio de 2015 y en vía pública, causándole sangrado y fracturas en su rostro. De hecho, ese día fue el que señaló Garavito de haber sido agredido por ella.
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¿Qué decidió el Tribunal Superior de Bogotá?
En su decisión, el magistrado Javier Armando Fletscher Plazas señaló que, luego de haber estudiado el expediente y la sentencia de primera instancia, llegó a la conclusión de que “en este caso las pruebas, más que ofrecer certeza, generan dudas respecto a la responsabilidad de Leily Vanegas en las lesiones dictaminadas a Santiago Garavito”.
Además, puntualizó que debía revocarse la decisión anterior y absolverla por duda del delito de violencia intrafamiliar, debido a que “el recaudo probatorio no logra transmitir la certeza que exige el racero legal para endilgar responsabilidad”.
Por ello, la condena a 48 meses de prisión quedó anulada y el expediente ahora pasará a manos de la Corte Suprema de Justicia, pues la abogada de Garavito anunció que interpondría recurso extraordinario de casación para que el alto tribunal tenga la última palabra.
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Luego de conocer la decisión, Vanegas le manifestó a El Espectador que “estoy completamente feliz porque salió a luz la verdad, sí hay justicia para las mujeres”.
El proceso que tuvo a Leily condenada
La historia de Leily es otra más de las mujeres víctimas de violencia de género y que, además, tienen que soportar la revictimización por parte de sus agresores que usan la administración de justicia como retaliación hacia ellas por denunciarlos.
Fue así que su caso dio un giro extraño al pasar de ser la víctima a ser considerada la victimaria y, luego, a ser condenada por el juez 24 penal de Bogotá, en una decisión que la señaló de acomodada e impostada.
“Su testimonio no se presenta desprevenido ni sincero, pues se teje zigzagueante sobre una narrativa que se valora impostada y que a la medida de los cuestionamientos va tratando de acomodarse, en parte explicable por la formación de la acusada como psicóloga”, consignó el juez en la sentencia.
¿Qué pasó el 5 de junio?
Ese día fue el punto de quiebre para que iniciaran los dos procesos que, por el lado de Garavito, lo condenó, en primera y segunda instancia, por violencia intrafamiliar, y, por el lado de Vanegas, la condenó en primera instancia y ahora la absolvió en segunda.
Ese día, cuentan los testigos, Santiago Garavito tras dejar malherida a Leily, la entró bajo amenazas al conjunto donde residían, ante la mirada atónita de vigilantes y vecinos. No obstante, uno de ellos, Ulises, no permitió que el exmarido cumpliera su cometido de encerrarla en el apartamento. Y después lo que ocurrió fue un caso de justicia por mano propia: los vecinos golpearon fuertemente al sujeto en señal de solidaridad con ella y rechazo hacia él.
Al agresor finalmente lo capturó la Policía y lo llevó a Medicina Legal, en donde fue valorado y, luego, donde aseguró que las heridas que le dejó el intento de linchamiento se las había causado Leily y que esta situación era constante, pero que no había denunciado antes porque “le daba pena” por ser hombre.
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En medio de las audiencias por el proceso en contra de Vanegas, su defensa presentó un video de una cámara de seguridad del conjunto en el que se veía el momento en el que varias personas lo agredieron con cascos, puños, patadas y otros objetos, a pesar de que varios policías intentaran alejarlos para que no lo golpearan.
Sin embargo, dicho video no fue presentado en el momento procesal adecuado (en la audiencia preparatorio del juicio oral), por lo cual no pudo ser tomado en cuenta ni por el Juzgado 24 ni por el Tribunal Superior de Bogotá para tomar sendas determinaciones penales.
#JusticiaParaLeily señor juez mire quien agredió realmente al agresor! Tome conciencia que está comentiendo una injusticia creyendole al agresor y su familia. La @FiscaliaCol cuenta con este vídeo contra el agresor¿Porqué no investigaron integralmente primero antes de imputarme? pic.twitter.com/S2bnt9HVT3
— Leily Vanegas Gómez (@LalytaVanegas) November 14, 2021
¿Entonces cómo determinaron su absolución?
En la parte motiva de la sentencia, el magistrado Javier Fletscher dejó entrever que el testimonio de Garavito durante el juicio presentaba inconsistencias, que el testimonio de un compañero laboral de este no le daba validez a la tesis de que Leily lo fuera a buscar y a tratar mal a su lugar de trabajo y que la mayoría de testigos de cargo no estuvieron presentes el 5 de junio.
“Santiago Garavito manifestó que durante toda la tarde su esposa le estuvo propinando arañazos y golpes en la cara, que le halaba el cabello y que, por ello, tenía los brazos y la cara arañada e, incluso, le salieron chichones por los halones de cabello. Sin embargo, en el examen practicado por Medicina Legal únicamente se encontraron cinco escoriaciones en región frontal izquierda, las cuales se compadecen con lesiones producidas con golpes con llaves y no solamente con uñas. Además, no se advirtió en el informe los chichones a los que hace referencia, como tampoco los rasguños”, dijo el togado.
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Por otro lado, el Tribunal dijo que no se pudo acreditar que las lesiones que tenía Garavito fueron provocadas por Leily Vanegas, puesto que “los testigos advirtieron agresiones de terceros que se compadecen con las lesiones que fueron provocadas (a él)”.
Lo cierto es que luego de un proceso que se extendió por más de cinco años, ahora Leily puede tener un poco de tranquilidad después de soportar las agresiones físicas y psicológicas de Garavito durante siete años y de la sentencia de 2021 que la revictimizó cuando el juez desestimó el peritaje psicológico forense que arrojó la ausencia de rasgos de que fuera una maltratadora doméstica y sí una víctima.
“Les quiero decir que la justicia demora, pero llega. Siempre va a haber una instancia a la que se pueda acudir. No están solas, no estamos solas. Hay jueces y magistrados justos”, dijo Leily a modo de mensaje para las mujeres que están viviendo violencias basadas en género y que ven en ella un referente de valentía.
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