Serranía de El Zuque, nuevo campo de disputa entre el Distrito y Gobierno Nacional
La Secretaria de Ambiente rechazó la paralización de las obras por parte del Ministerio de Ambiente, que tomó la decisión con base en denuncias hechas por la comunidad.
Un nuevo campo de batalla entre el Gobierno y la Alcaldía de Bogotá, fue abierto en las últimas horas. En esta ocasión, la pugna radica en las obras que el Distrito adelanta en la Serranía de El Zuque, ubicada en los cerros orientales de la capital.
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En este lugar se realizaban obras para el despliegue de un sendero ecológico, la construcción de aulas ambientales, además de otras labores de delimitación. Al menos así era hasta hoy, ya que con base en las denuncias de la comunidad, quienes se quejan del impacto de las obras en el suelo de El Zuque, el Ministerio de Ambiente emitió una resolución para frenar en seco los trabajos.
“Este es un ecosistema estratégico de la ciudad. Estamos aquí a petición de la comunidad, verificando las actividades que se están desarrollando en esta obra e imponiendo una medida preventiva. Encontramos que hay unas obras que, aparentemente, se están construyendo sobre las preexistentes (obras de extracción minera finalizadas en 1998) y otras que no están construidas sobre estas zonas”, aseguró Adriana Rivera, directora de Bosques, Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible.
Frente a estos cuestionamientos, la Secretaría de Ambiente, Carolina Urrutia, hizo fuertes reparos en materia técnica a los argumentos del ministerio. Según la funcionaria, es falso que en las obras en la Serranía de El Zuque se van a efectuar extracciones que puedan afectar el suelo del territorio.
“Hay varios motivos por los cuales las medidas impuestas son absolutamente improcedentes: el primero, la infraestructura para la educación y la recreación pasiva no constituye de ninguna manera el cambio en el uso de suelo ni requiere de una sustracción, como lo argumentaron quienes impusieron las medidas”, explicó Urrutia.
Por otro lado, la jefe de cartera admitió que, si bien es cierto, la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca hizo requerimientos preventivos al Distrito para modificar algunos puntos de intervención contemplados en la obra, dichos cambios ya se venían ejecutando en el plan de trabajo de la obra.
Aunado a lo anterior, la secretaría destacó que las obras de la serranía tienen el objetivo de erigir infraestructuras para la educación ecológica de la ciudadanía. Además de evitar y contener el desprendimiento de rocas, la inestabilidad del terreno y los movimientos en masa”.
De esta manera, la discusión en torno a la Serranía de El Zuque se convirtió en un nuevo frente de batalla entre los dos niveles de autoridad. Otros episodios de pugna entre el Distrito y el gobierno Petro, han residido en la financiación del Metro, las obras de ampliación de la Boyacá, que tocan 20 hectáreas de la reserva Van der Hammen; e incluso el Regiotram, del que trascendió extraoficialmente un posible rechazo por parte del poder central para su cofinanciación.
Puede que la resolución de este choque trascienda más allá de los tres meses que le restan a la actual administración distrital. Habrá que definirse, según el perfil del próximo alcalde de Bogotá, hacia qué lado de la balanza se inclina la puja.
Nota relacionada: La obra sobre concreto que preocupan en la serranía del Zuque.
Para conocer más noticias de la capital y Cundinamarca, visite la sección Bogotá de El Espectador.
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“Este es un ecosistema estratégico de la ciudad. Estamos aquí a petición de la comunidad, verificando las actividades que se están desarrollando en esta obra e imponiendo una medida preventiva. Encontramos que hay unas obras que, aparentemente, se están construyendo sobre las preexistentes (obras de extracción minera finalizadas en 1998) y otras que no están construidas sobre estas zonas”, aseguró Adriana Rivera, directora de Bosques, Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible.
Frente a estos cuestionamientos, la Secretaría de Ambiente, Carolina Urrutia, hizo fuertes reparos en materia técnica a los argumentos del ministerio. Según la funcionaria, es falso que en las obras en la Serranía de El Zuque se van a efectuar extracciones que puedan afectar el suelo del territorio.
“Hay varios motivos por los cuales las medidas impuestas son absolutamente improcedentes: el primero, la infraestructura para la educación y la recreación pasiva no constituye de ninguna manera el cambio en el uso de suelo ni requiere de una sustracción, como lo argumentaron quienes impusieron las medidas”, explicó Urrutia.
Por otro lado, la jefe de cartera admitió que, si bien es cierto, la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca hizo requerimientos preventivos al Distrito para modificar algunos puntos de intervención contemplados en la obra, dichos cambios ya se venían ejecutando en el plan de trabajo de la obra.
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