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                                                                                                                                La pelea ilegal que se convirtió en escuela

                                                                                                                                Un deportista profesional transformó la idea de los combates clandestinos en un espacio de formación gratuito para todas las edades. Hoy la escuela, que ha recuperado espacios públicos, tiene inscritos a unos 400 jóvenes que aprenden artes marciales.

                                                                                                                                Tres o cuatro días a la semana, niños y jóvenes se dan cita en Fontibón para aprender boxeo y artes marciales mixtas. / Jose Vargas
                                                                                                                                Foto: JOSE VARGAS ESGUERRA; El... - JOSE VARGAS ESGUERRA
                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Hoy recuerda esa escena en un parpadeo, pero cuando estaba enfrentando al desconocido, el tiempo pasó lento. Los golpes iban y venían. De técnica no se hablaba por ese entonces. Lo que importaba era ser ágil y esquivar los ganchos que apuntaban al mentón. Eran peleas ilegales, a las que llegó por la necesidad de la plata y de sacarse unas buenas dosis de adrenalina.

                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                Al otro día despertó, recordó lo vivido en las últimas doce horas y decidió que iba a transformar ese modelo de las peleas clandestinas, con miras a establecer un ring de boxeo y artes marciales. La idea era crear un espacio en el que las personas se formaran deportivamente, articulando la disciplina y la tolerancia. No obstante, el sueño que en verdad lo movió los siguientes años fue el de rescatar a esos jóvenes que, sin más oportunidades, tomaban la delincuencia y el consumo de drogas como estilo de vida.

                                                                                                                                La idea, que nació hace nueve años en su habitación, ya tiene pies, cabeza y se llama “Artes marciales mixtas por la paz, cambiando mentes para ganar Fontibón”. El año pasado cerró con 903 participantes, de los cuales 300 fueron adultos mayores. Cristian no volvió a las peleas ilegales, ahora se dedica a compartir y construir conocimiento, enseñarles a personas de todas las edades a ser disciplinados y a ofrecerles un sitio de escape ante problemas como las adicciones, la depresión y hasta la ira.

                                                                                                                                Escuela gratuita de artes marciales mixtas en la localidad de Fontibón
                                                                                                                                Foto: JOSE VARGAS ESGUERRA; El... - JOSE VARGAS ESGUERRA

                                                                                                                                Una pelea ganada

                                                                                                                                Era 2013 Jiménez ya sabía jiu jitsu brasileño, taekwondo y kick boxing. Un día, a su lugar de entrenamiento, los parques del barrio Boston (Fontibón), llegó un hombre que le ofreció plata a cambio de participar en unas cuantas peleas. Como lo veían de un lado para el otro, golpeando y pateando, presumieron que era bueno. La idea era enfrentar a un hombre en una noche y, si ganaba, recibía dinero.

                                                                                                                                Read more!
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                                                                                                                                Le puede interesar:

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                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                “La meta era hacer algo por la localidad: masificar el deporte. En 2016 salieron unos apoyos a iniciativas culturales. Pasé una propuesta, que era como una danza artística enfocada en los deportes de contacto. Ni siquiera sabía qué estaba vendiendo, los iba a poner a pelear. Me tocaba venderlo diferente. Ese año nos dieron $5 millones y compré implementos para estar más equipados y empezamos a entrenar”, cuenta Jiménez.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                El éxito de la iniciativa lo respaldan las cifras. Casi mil personas se vincularon gratuitamente. Culminada la ejecución del presupuesto el año pasado, la alcaldía local decidió mantener el proyecto, por medio de la iniciativa de escuelas de formación. “Tenemos tres profesores y entrenamos en los parques. Cuando la comunidad se apropia, se genera una actividad y hay un plan de trabajo, la percepción de seguridad cambia. Uno ya no ve al consumidor, sino la actividad física”, asegura Jiménez.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                “Fontibón vs. localidades”

                                                                                                                                Producto de los recursos que ha conseguido el proyecto y el alto desempeño de los jóvenes, la escuela de Cristian creó hace un año el evento “Fontibón vs. localidades”, que consiste en hacer entre 10 y 15 combates en una noche, para poner a competir a los jóvenes que se perfilan como profesionales.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                La participación en la escuela deportiva es gratuita y el requisito es vivir en Fontibón. Si desea más información síganos en nuestras redes sociales de El Espectador Bogotá y escríbanos.

                                                                                                                                Tres o cuatro días a la semana, niños y jóvenes se dan cita en Fontibón para aprender boxeo y artes marciales mixtas. / Jose Vargas
                                                                                                                                Foto: JOSE VARGAS ESGUERRA; El... - JOSE VARGAS ESGUERRA
                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Hoy recuerda esa escena en un parpadeo, pero cuando estaba enfrentando al desconocido, el tiempo pasó lento. Los golpes iban y venían. De técnica no se hablaba por ese entonces. Lo que importaba era ser ágil y esquivar los ganchos que apuntaban al mentón. Eran peleas ilegales, a las que llegó por la necesidad de la plata y de sacarse unas buenas dosis de adrenalina.

                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Al otro día despertó, recordó lo vivido en las últimas doce horas y decidió que iba a transformar ese modelo de las peleas clandestinas, con miras a establecer un ring de boxeo y artes marciales. La idea era crear un espacio en el que las personas se formaran deportivamente, articulando la disciplina y la tolerancia. No obstante, el sueño que en verdad lo movió los siguientes años fue el de rescatar a esos jóvenes que, sin más oportunidades, tomaban la delincuencia y el consumo de drogas como estilo de vida.

                                                                                                                                La idea, que nació hace nueve años en su habitación, ya tiene pies, cabeza y se llama “Artes marciales mixtas por la paz, cambiando mentes para ganar Fontibón”. El año pasado cerró con 903 participantes, de los cuales 300 fueron adultos mayores. Cristian no volvió a las peleas ilegales, ahora se dedica a compartir y construir conocimiento, enseñarles a personas de todas las edades a ser disciplinados y a ofrecerles un sitio de escape ante problemas como las adicciones, la depresión y hasta la ira.

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                                                                                                                                Foto: JOSE VARGAS ESGUERRA; El... - JOSE VARGAS ESGUERRA

                                                                                                                                Una pelea ganada

                                                                                                                                Era 2013 Jiménez ya sabía jiu jitsu brasileño, taekwondo y kick boxing. Un día, a su lugar de entrenamiento, los parques del barrio Boston (Fontibón), llegó un hombre que le ofreció plata a cambio de participar en unas cuantas peleas. Como lo veían de un lado para el otro, golpeando y pateando, presumieron que era bueno. La idea era enfrentar a un hombre en una noche y, si ganaba, recibía dinero.

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                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                “La meta era hacer algo por la localidad: masificar el deporte. En 2016 salieron unos apoyos a iniciativas culturales. Pasé una propuesta, que era como una danza artística enfocada en los deportes de contacto. Ni siquiera sabía qué estaba vendiendo, los iba a poner a pelear. Me tocaba venderlo diferente. Ese año nos dieron $5 millones y compré implementos para estar más equipados y empezamos a entrenar”, cuenta Jiménez.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                El principio de la escuela, desde que nació, no ha sido enseñar a pelear, sino a optimizar los tiempos libres y con esa consigna llegaron a 2020, pasando por peleas que casi pierden. “En un tiempo me tocó entrenar con los pelados en la calle. Cogía la mitad de la calle al frente de mi casa. No tenía más oportunidad, pero había ganas”, dice.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                A finales del año de la pandemia, Cristian se postuló a una iniciativa de la Secretaría de Gobierno, llamada Presupuestos Participativos, para promover propuestas en las localidades, en pro del desarrollo social. De 123 proyectos, el suyo fue el más votado y así nació “Artes marciales mixtas por la paz, cambiando mentes para ganar Fontibón”. Los $300 millones que recibieron se ejecutaron en 2021 y vincularon a diez profesores, cada uno con cinco grupos de jóvenes, que entrenaban por toda la localidad.

                                                                                                                                El éxito de la iniciativa lo respaldan las cifras. Casi mil personas se vincularon gratuitamente. Culminada la ejecución del presupuesto el año pasado, la alcaldía local decidió mantener el proyecto, por medio de la iniciativa de escuelas de formación. “Tenemos tres profesores y entrenamos en los parques. Cuando la comunidad se apropia, se genera una actividad y hay un plan de trabajo, la percepción de seguridad cambia. Uno ya no ve al consumidor, sino la actividad física”, asegura Jiménez.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                “Fontibón vs. localidades”

                                                                                                                                Producto de los recursos que ha conseguido el proyecto y el alto desempeño de los jóvenes, la escuela de Cristian creó hace un año el evento “Fontibón vs. localidades”, que consiste en hacer entre 10 y 15 combates en una noche, para poner a competir a los jóvenes que se perfilan como profesionales.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                La participación en la escuela deportiva es gratuita y el requisito es vivir en Fontibón. Si desea más información síganos en nuestras redes sociales de El Espectador Bogotá y escríbanos.

                                                                                                                                Ver todas las noticias
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