Marchas del 20 de julio: la prueba del nuevo secretario de Seguridad
Para el próximo 20 de julio no solo se tienen previstas movilizaciones, sino que se espera la llegada de primeras líneas del país a la ciudad. Aníbal Fernández de Soto asegura que se respetará la protesta pacífica, pero se tendrá mano dura ante cualquier acto de vandalismo.
Mónica Rivera Rueda
El primer acto público del nuevo secretario de Seguridad de Bogotá, Aníbal Fernández de Soto, fue la presentación del cartel de 25 personas que buscan por cometer actos vandálicos, en el marco de las manifestaciones del paro nacional. Lo significativo está en que ocurrió a una semana de nuevas protestas en la ciudad, las cuales no solo serán su primera prueba de fuego, sino que medirá la relación que tendrá la administración con la Fuerza Pública.
La razón es que a la Policía Metropolitana de Bogotá también llegó un nuevo comandante: el brigadier general Eliécer Camacho, quien reemplazó al general Óscar Gómez, ahora encargado de la Región Sabana. Ante esto, ambos vienen con una obligación: sembrar de nuevo confianza en la ciudadanía y en los manifestantes, dado que se esperan marchas para el 20 de julio, convocadas por el Comité del Paro, y la llegada de primeras líneas de otras partes del país.
No es mucho lo que se tiene claro por ahora de lo que va a pasar ese día, pero, según el general Camacho, han estado trabajando de la mano con inteligencia y otros comandos de Policía y se establecieron 10 puestos de control en las entradas de Bogotá (algunos con el Ejército Nacional) para “verificar que la intención de las personas que se estén desplazando a la capital sea la de participar en la protesta pacífica y no venir a crear actividades vandálicas”.
En contexto: Aníbal Fernández de Soto es el nuevo secretario de Seguridad de Bogotá
Por esta razón, advirtió el alto oficial, se están decomisando elementos como cascos, escudos, caucheras, botellas, combustibles, entre otros elementos, que propicien la confrontación. Esto debido a que habrían identificado que algunas primeras líneas se estarían entrenando para usar caucheras y canicas en contra de los uniformados. Eso sí, indicó, se espera también la llegada de indígenas, lo que podría apaciguar los enfrentamientos.
La minga arrancó en Santa Marta, recorrió Barranquilla, se dirige a los Santanderes y llegará a Bogotá. “Después de recorrer la ruta comunera haríamos el regreso a Bogotá, para llegar el 19 y el 20 estar junto a los jóvenes de primera línea, que se va a concentrar. Vamos a hacer un acto simbólico y político ese día, porque es un día que tenemos que mostrar lo que en realidad sentimos y somos desde los pueblos indígenas y los sectores populares”, indicó Giovanny Yule, vocero del CRIC.
Frente a lo que se espera para el 20 de julio, el mensaje de Fernández es que se velará por los derechos de quienes salgan a las calles y se darán las garantías a “quienes organizan manifestaciones y eventos de protesta”, pero, a renglón seguido, enfatizó que “al primer hecho de violencia la Policía Nacional tiene la orden de intervenir, según los procedimientos y protocolos establecidos en la Constitución y la ley”, para proteger los derechos de la ciudadanía y los bienes públicos de la ciudad.
Lea: Con otra reforma tributaria de fondo, Comité de Paro retoma marchas la otra semana
Asimismo, resaltó que la última opción será el Esmad, anuncio que se mantiene dentro del discurso de la alcaldesa Claudia López y del secretario de Gobierno, Luis Ernesto Gómez. Indicó, además, que la ciudad está trabajando de la mano con el Gobierno Nacional y la Gobernación de Cundinamarca para atender las manifestaciones.
Los retos
Para Miguel Silva, experto en seguridad y defensa de la Universidad Nacional, el tono de Fernández de Soto es diferente al del saliente secretario Hugo Acero, sobre la forma de actuar frente a la violencia y la criminalidad en las movilizaciones. Diferencia que atribuyó a su trayectoria en ministerios como el de Defensa. “Eso le da cierta capacidad y habilidad de relacionamiento y comunicación pública, y parece haber un mensaje de recuperar el principio de autoridad, que no se puede perder, y de reivindicar el uso legítimo de la fuerza”.
Frente a lo que pase el 20 de julio, Silva señaló que será clave el trabajo interinstitucional entre Policía, Distrito y Fiscalía en los días previos y la capacidad operativa de reacción que desarrollen, ya que es en los disturbios que “cedemos terreno en los barrios, cuando son invadidos por esas estructuras y aparecen grupos de oportunistas, que les conviene que ocurran estas situaciones”.
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Al respecto, Andrés Macías, experto en seguridad de la U. Externado, considera que la clave va a estar en la articulación que se logre para el manejo adecuado de la protesta social. “Este va a ser uno de los momentos puntuales, en el que van a tener que demostrar el trabajo conjunto, porque, además de la presencia de las primeras líneas, hablamos de que ocurrirá en medio de una fiesta nacional (en la que no suelen hacer marchas), pero en la que el Gobierno se ha preocupado por identificar los riesgos de orden público”.
Pero el paro no es lo único que está en el primer orden de atención de la Secretaría de Seguridad. Entre los temas que, tanto Policía como Distrito, tienen como prioridad está la atención a las tasas de homicidios y hurtos, para lo que ya planean estrategias focalizadas en las zonas de mayor criminalidad. Si bien la coyuntura la tienen las marchas, Macías cree que la llegada de Fernández le da un nuevo aire a la cartera, para darles continuidad a las dinámicas de seguridad que se venían trabajando, pero desde su propio aporte y experiencia. “Esto puede subsanar el desgaste del anterior secretario, que se dio por la pandemia y la coyuntura de la tensión social”.
El primer acto público del nuevo secretario de Seguridad de Bogotá, Aníbal Fernández de Soto, fue la presentación del cartel de 25 personas que buscan por cometer actos vandálicos, en el marco de las manifestaciones del paro nacional. Lo significativo está en que ocurrió a una semana de nuevas protestas en la ciudad, las cuales no solo serán su primera prueba de fuego, sino que medirá la relación que tendrá la administración con la Fuerza Pública.
La razón es que a la Policía Metropolitana de Bogotá también llegó un nuevo comandante: el brigadier general Eliécer Camacho, quien reemplazó al general Óscar Gómez, ahora encargado de la Región Sabana. Ante esto, ambos vienen con una obligación: sembrar de nuevo confianza en la ciudadanía y en los manifestantes, dado que se esperan marchas para el 20 de julio, convocadas por el Comité del Paro, y la llegada de primeras líneas de otras partes del país.
No es mucho lo que se tiene claro por ahora de lo que va a pasar ese día, pero, según el general Camacho, han estado trabajando de la mano con inteligencia y otros comandos de Policía y se establecieron 10 puestos de control en las entradas de Bogotá (algunos con el Ejército Nacional) para “verificar que la intención de las personas que se estén desplazando a la capital sea la de participar en la protesta pacífica y no venir a crear actividades vandálicas”.
En contexto: Aníbal Fernández de Soto es el nuevo secretario de Seguridad de Bogotá
Por esta razón, advirtió el alto oficial, se están decomisando elementos como cascos, escudos, caucheras, botellas, combustibles, entre otros elementos, que propicien la confrontación. Esto debido a que habrían identificado que algunas primeras líneas se estarían entrenando para usar caucheras y canicas en contra de los uniformados. Eso sí, indicó, se espera también la llegada de indígenas, lo que podría apaciguar los enfrentamientos.
La minga arrancó en Santa Marta, recorrió Barranquilla, se dirige a los Santanderes y llegará a Bogotá. “Después de recorrer la ruta comunera haríamos el regreso a Bogotá, para llegar el 19 y el 20 estar junto a los jóvenes de primera línea, que se va a concentrar. Vamos a hacer un acto simbólico y político ese día, porque es un día que tenemos que mostrar lo que en realidad sentimos y somos desde los pueblos indígenas y los sectores populares”, indicó Giovanny Yule, vocero del CRIC.
Frente a lo que se espera para el 20 de julio, el mensaje de Fernández es que se velará por los derechos de quienes salgan a las calles y se darán las garantías a “quienes organizan manifestaciones y eventos de protesta”, pero, a renglón seguido, enfatizó que “al primer hecho de violencia la Policía Nacional tiene la orden de intervenir, según los procedimientos y protocolos establecidos en la Constitución y la ley”, para proteger los derechos de la ciudadanía y los bienes públicos de la ciudad.
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Asimismo, resaltó que la última opción será el Esmad, anuncio que se mantiene dentro del discurso de la alcaldesa Claudia López y del secretario de Gobierno, Luis Ernesto Gómez. Indicó, además, que la ciudad está trabajando de la mano con el Gobierno Nacional y la Gobernación de Cundinamarca para atender las manifestaciones.
Los retos
Para Miguel Silva, experto en seguridad y defensa de la Universidad Nacional, el tono de Fernández de Soto es diferente al del saliente secretario Hugo Acero, sobre la forma de actuar frente a la violencia y la criminalidad en las movilizaciones. Diferencia que atribuyó a su trayectoria en ministerios como el de Defensa. “Eso le da cierta capacidad y habilidad de relacionamiento y comunicación pública, y parece haber un mensaje de recuperar el principio de autoridad, que no se puede perder, y de reivindicar el uso legítimo de la fuerza”.
Frente a lo que pase el 20 de julio, Silva señaló que será clave el trabajo interinstitucional entre Policía, Distrito y Fiscalía en los días previos y la capacidad operativa de reacción que desarrollen, ya que es en los disturbios que “cedemos terreno en los barrios, cuando son invadidos por esas estructuras y aparecen grupos de oportunistas, que les conviene que ocurran estas situaciones”.
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Pero el paro no es lo único que está en el primer orden de atención de la Secretaría de Seguridad. Entre los temas que, tanto Policía como Distrito, tienen como prioridad está la atención a las tasas de homicidios y hurtos, para lo que ya planean estrategias focalizadas en las zonas de mayor criminalidad. Si bien la coyuntura la tienen las marchas, Macías cree que la llegada de Fernández le da un nuevo aire a la cartera, para darles continuidad a las dinámicas de seguridad que se venían trabajando, pero desde su propio aporte y experiencia. “Esto puede subsanar el desgaste del anterior secretario, que se dio por la pandemia y la coyuntura de la tensión social”.