Elecciones 2023: La puja triple por la Alcaldía de Bogotá
Carlos Fernando Galán, Gustavo Bolívar y Juan Daniel Oviedo son los aspirantes más opcionados para segunda vuelta. Analizamos qué puede esperar Bogotá con cada uno como alcalde.
Miguel Ángel Vivas Tróchez
Salvo por alguna de esas contadas sorpresas en periodo electoral, el próximo alcalde de Bogotá saldrá de la puja entre Carlos Fernando Galán, Gustavo Bolívar y Juan Daniel Oviedo. Los tres candidatos han logrado posicionarse en los primeros lugares de las encuestas y, si ninguno logra este 29 de octubre el 40% de los votos y superar al segundo por más de 10%, dos de ellos se tendrán que enfrentar en una segunda vuelta.
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Salvo por alguna de esas contadas sorpresas en periodo electoral, el próximo alcalde de Bogotá saldrá de la puja entre Carlos Fernando Galán, Gustavo Bolívar y Juan Daniel Oviedo. Los tres candidatos han logrado posicionarse en los primeros lugares de las encuestas y, si ninguno logra este 29 de octubre el 40% de los votos y superar al segundo por más de 10%, dos de ellos se tendrán que enfrentar en una segunda vuelta.
Ahora que vienen las elecciones en Bogota: Controversias y nuevas posturas: lo que dejó el debate de candidatos a la Alcaldía de Bogotá.
Galán ha sido, de los tres, el de mayor favoritismo. Las encuestas le auguran al candidato del Nuevo Liberalismo una intención de voto por encima del 30 % y una plaza casi segura a ese segundo round, programado para el 19 de noviembre. Su favoritismo ha crecido tanto las últimas semanas que algunas encuestas pronostican su triunfo en primera vuelta.
No obstante, detrás de su hegemonía, están el candidato de izquierda Gustavo Bolívar (Pacto Histórico) y Juan Daniel Oviedo, del movimiento Con Toda por Bogotá. Ambas campañas han librado una intensa lucha por el segundo puesto, que les daría un nuevo chance de disputar la Alcaldía y, como mínimo, una curul en el Concejo. Basados en las encuestas, Bolívar parece el mejor posicionado, aunque Oviedo no deja de respirarle en la nuca.
En este punto, vale aclarar que el hecho de que Galán esté hoy mejor posicionado, si no gana en primera vuelta, su elección como alcalde no está garantizada. En segunda vuelta habría redistribución de fuerzas, según la dupla en el tarjetón. En especial, teniendo en cuenta sus diferentes visiones de ciudad, que oscilan entre la representación de la izquierda petrista y dos modelos de centro-derecha. Para conocerlos más y lo que le esperaría a Bogotá, El Espectador hizo un recuento de lo que sería una eventual administración de estos candidatos.
Carlos Fernando Galán, con la experiencia a su favor
Es la tercera oportunidad que intenta llegar al Palacio Liévano. La última fue en las elecciones pasadas, en las que pese a obtener más de un millón de votos, no pudo superar a Claudia López. En esta oportunidad, todo parece indicar que sus aspiraciones van mejor encaminadas. Con un 35 % de intención de voto, se perfila como el más opcionado.
En una eventual administración, de acuerdo con los expertos, la ciudad tendría un periodo de tranquilidad y ejecución de las obras, dando continuidad a los proyectos de Claudia López. Jhon Mario González, analista político, cree que Bogotá fortalecería su infraestructura de la mano de Galán. “Su propuesta deja ver que ejecutará las obras pendientes y propondrá otras”.
En este sentido, el sector del ladrillo tendría en Galán un aliado clave para resolver la demanda de vivienda y otras problemáticas de hábitat en la ciudad. La inversión extranjera, acota el experto, también fluiría en caso de ganar la alcaldía. Esto ocurriría por la “sensatez fiscal que presenta su programa de gobierno, podría resolver el déficit y mejorar las condiciones de endeudamiento”.
Aunado a lo anterior, el aspirante ha mostrado simpatía por el modelo de APP (alianza público - privada) para financiar los proyectos de infraestructura que requiere la ciudad. Este modelo, que propuso la alcaldía de Enrique Peñalosa, se usó para la construcción del Hospital de Bosa y Galán ha dicho que lo seguirá tomando en cuenta. Esta modalidad, opina Javier Torres, magíster en políticas públicas de la Universidad Externado, permitirá aligerar la carga fiscal y promover el empleo en el sector privado.
La fortaleza de Galán respecto a la ejecución de obras, y el deseo de continuidad con algunas políticas de la administración saliente, como la política del cuidado y Jóvenes de la U, son las fortalezas de esta candidatura. “Sería un periodo de estabilidad, sin muchos contratiempos”, dice González.
Torres, por su parte, ve de igual modo una administración tranquila, pero “habrá que ver el diálogo que puede llegar a tener con el Gobierno Nacional, al que necesita para desatrancar proyectos como el Regiotram e, incluso, la primera línea del metro”.
Sus debilidades se concentran en el punto de la seguridad. “No le veo un carácter fuerte que pueda llegar a tomar decisiones difíciles, para combatir la creciente inseguridad en Bogotá”, dice González. Torres respalda esta afirmación, en tanto “sus propuestas y las de otros candidatos van dirigidas a temas superficiales como la instalación de cámaras y dispositivos de tecnología adicionales, pero no especifican un protocolo de articulación para usar estas herramientas”.
Torres agrega que no está claro “cómo solucionaría el déficit de fuerza y la incursión de grupos armados en la ciudad, como lo ha denunciado la Defensoría del Pueblo”. En resumen, la ciudad no tomaría un rumbo distinto al que lleva actualmente. Los analistas apuntan a una voluntad de seguir con lo que funciona y hacerle ajustes a lo que va mal.
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Gustavo Bolívar y la postergación del Gobierno
“La candidatura de Gustavo Bolívar representaría la réplica en Bogotá de lo que está haciendo el Gobierno en Colombia”, apunta Jhon Mario González. En opinión del experto, este candidato sería uno de los más disruptivos respecto a lo que está pasando en la ciudad. Sobre todo, en temas como la movilidad y la infraestructura.
Aunque Bolívar ha dicho que respetará el contrato sobre el cual avanza la primera línea del metro, nunca ha ocultado su malestar con que este trazado sea elevado. “No sé hasta que punto Bolívar consiga seguir los designios de Petro y entorpecer una obra que ya tiene 20 % de avance, pero seguro lo intentará y esperará lo que pueda lograr el presidente en su próxima visita a China”, añade Torres, experto en políticas públicas.
En su opinión, la confluencia de Bolívar con el Gobierno podría atrasar los proyectos que hay en materia de movilidad. Este sería el flanco débil del candidato petrista, quien “se la pasaría planteando proyectos a largo plazo que no resolverían las necesidades inmediatas de la ciudad en materia de tráfico y transporte público”. Esto podría provocar un deterioro en la situación fiscal de la ciudad, así como contracciones en materia de empleo y construcción.
A pesar de lo anterior, Bolívar tiene fortalezas en el área social y económica, según Torres. “Su apuesta por extender el PAE a los 365 días del año y fortalecer la inversión en la salud, para contratar más personal, pueden mejorar el servicio que se presta actualmente en estas áreas”. En materia de educación, el experto no tiene claro como podría ejecutar el programa de bilingüismo que hay en su campaña, “pero en el camino podría lograr avances para mejorar la calidad educativa en las instituciones públicas de la capital”.
La economía popular, que es el eje axiomático que el Gobierno tiene para la ciudad y cuyos ecos ya resuenan en la nueva administración de la Cámara de Comercio de Bogotá, es una apuesta “coherente con el panorama de informalidad y que, de ser bien ejecutada, daría una dimensión nueva a la forma en la cual se mueve el aparato productivo de Bogotá”.
De los tres candidatos, Bolívar es el único que no apostaría por la Región Metropolitana. “Eso se deduce de la posición que el Pacto Histórico y sus otros candidatos han manifestado del tema”, apostilló Torres. No obstante, agrega, “sería interesante ver el modelo de integración que proponen para Cundinamarca y Bogotá, que es clave para sacar adelante varios proyectos conjuntos como los de movilidad”.
Juan Daniel Oviedo, el técnico
Sin mayor experiencia política que la de hacerse visible en un cargo administrativo, Juan Daniel Oviedo se presenta como un candidato tecnócrata y de consensos, según la profesora de ciencias políticas de la Universidad Javeriana, Patricia Muñoz. Esta reputación, que en principio fortaleció su campaña, hoy lo ha relegado en las encuestas y del imaginario de la ciudadanía que, en algún momento, consideró votar por él.
En una eventual administración de Oviedo, opina el analista Jhon Mario González, la principal ganadora sería la economía de la ciudad. “Es un candidato preparado en la materia y con propuestas de gobierno realizables en este sentido”. Javier Torres opina que la propuesta de Oviedo, que busca generar 287.000 empleos, “sería interesante de revisar a largo plazo y ver qué tan posible es, dada la exactitud de la cifra. Y añade, “el agendamiento de política pública es su principal fortaleza. Identifica que el motor económico de la ciudad se soporta en sectores como la construcción, pero también necesita buscar otras fuentes en nuevas tecnologías y en el capital humano”.
Ambos expertos coinciden en que el programa económico de Oviedo es el más integral, en tanto agrupa a varios sectores y es aterrizada con la realidad. La movilidad en el programa de Oviedo tendría altos y bajos. Altos, respecto a la continuidad de las obras que ya están proyectadas, como la del metro; y bajos, en medidas como la eliminación del pico y placa.
“Sería irresponsable eliminar esta restricción sin tener antes una medida que la reemplace con la misma eficacia”. Entre las incertidumbres que este rubro tendría en una eventual administración de Oviedo, destacan lo que pasaría con el Corredor Verde. “El candidato no ha logrado comunicar una posición clara sobre a esta obra”, concluye Torres.
Otras debilidades en su mandato radican en la seguridad y su visión de la ciudad. En el primer aspecto, Torres dice que cae en los mismos lugares comunes de los candidatos, “dice que incluirá tecnología y herramientas de reconocimiento visual, pero no hay un hilo conductor con los problemas de seguridad de la ciudad”.
En segundo lugar, Torres dice que Oviedo podría estrellarse con el muro político que implica irremediablemente gobernar. “Los candidatos de perfil tecnócrata a menudo ignoran que la implementación de política pública requiere atender aspectos políticos de grupos, interés y otros actores involucrados. A menudo suelen creer que una acción pública es emitida directamente y se cumplirá según los cálculos con los cuales se formuló, pero ignoran a una población dinámica como la bogotana, en la que cualquier decisión siempre traerá beneficiados y perdedores”.
Así las cosas, una administración de Oviedo podría ser tan tranquila como él pueda llegar a entenderse con la ciudadanía y respecto a la administración saliente, no hay muchos elementos disruptivos. Fueron casi ocho meses intensos de campaña, en los que todos los candidatos, debate a debate, calle a calle, dieron a conocer sus propuestas.
Hay expectativas, dudas y buenas sensaciones frente a cada uno de los tres candidatos que puntean en la intención de voto. ¿Hasta qué punto un tecnócrata, sin experiencia en cargos de elección popular podrá gobernar?; ¿Galán le hará justicia a la lucha que ha tenido por llegar al segundo cargo más importante del país? ¿Bolívar convertirá la ciudad en un fortín político del Gobierno Nacional? La ciudadanía deberá tener en cuenta estas preguntas cuando se paren frente a la papeleta de votación el próximo 29 de octubre.
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