La revictimizante decisión de denunciar el acoso en Transmilenio
Aunque la Patrulla Púrpura de la Policía, que persigue delitos contra mujeres, ha capturado a 297 personas (41 hombres por injuria por vías de hecho) en el sistema masivo de transporte, el aparato judicial tiene un vacío a la hora de garantizar la justicia a las víctimas de acoso sexual.
Juan Camilo Parra
Paula Valentina, periodista de Infobae, no hubiera hablado públicamente del acoso del que fue víctima en Transmilenio de no haberse sentido frustrada al no obtener justicia, por el traumático evento que, al igual que muchas mujeres, ella padeció en el sistema. Desde el 2 de octubre de 2023 ella titubea al caminar por la estación de la calle 100, sitio donde ese día un sujeto empezó a mirarla de manera insistente y “lasciva”.
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Paula Valentina, periodista de Infobae, no hubiera hablado públicamente del acoso del que fue víctima en Transmilenio de no haberse sentido frustrada al no obtener justicia, por el traumático evento que, al igual que muchas mujeres, ella padeció en el sistema. Desde el 2 de octubre de 2023 ella titubea al caminar por la estación de la calle 100, sitio donde ese día un sujeto empezó a mirarla de manera insistente y “lasciva”.
Ella sintió alivio cuando entró al bus y la puerta empezó a cerrarse. Pero el sujeto consiguió reabrirla a la fuerza, para luego posicionarse junto a Paula. “Al principio pensaba que me iba a robar”, relató. Cuando se iba a bajar del bus, en la siguiente estación, el sujeto la tocó por detrás. “Esperé unos 10 minutos cerca de la salida de la estación y ya no lo vi, entonces fui al último vagón de la estación Virrey, pues ahí pasa el J74″.
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Al subirse el sujeto volvió a aparecer a su lado y la siguió pese a que ella se aproximó a los asientos cercanos al conductor. Él se sentó a su lado y le expresó que “la quería conocer”. Algunas personas escucharon el “déjeme tranquila” y se inquietaron. Dos adultos mayores gritaron, porque ella estaba en shock, y pidieron que se detuviera el bus en la siguiente parada. Al sujeto lo detuvo la Policía, pero ahí no acabó todo. Lo que padeció durante la denuncia, agudiza el panorama.
Las cifras
Del 1° de enero al 10 de febrero de 2024 las Patrullas Púrpura+, equipo de la Policía que persigue delitos que afectan a las mujeres, han detenido a 297 hombres. La mayor Claudia Becerra, jefe de las patrullas, señala que “por el delito de injuria por vías de hecho en el sistema masivo hemos capturado a 41, por delitos sexuales a 65 y por violencia intrafamiliar a 191″. La secretaría de la Mujer reporta que desde enero de 2020 a diciembre de 2023 ha brindado apoyó psicojurídico a 1.378 mujeres, víctimas de alguna afectación en el transporte público.
Por su parte, la Universidad Manuela Beltrán encuestó este año a 544 mujeres que usan a diario Transmilenio y el 94 % contestó sentirse insegura en el sistema y el 71 % estaría de acuerdo con un vagón exclusivo. Solo el 1 % contestó “nunca” sentirse insegura. “Cuando indagamos qué les genera esa percepción, encontramos que el 71 % se sienten vulnerables a las situaciones de robo y el 23 % al acoso sexual”, señaló Paula Andrea Amaya, psicóloga forense de la institución.
Denunciar, revictimizar
Como Paula Valentina, solo una de cada 10 mujeres decide denunciar. Las barreras en este proceso pueden llegar a revictimizar. Detalles como que el chat de la Línea Púrpura lo conteste un robot en una situación de emergencia y que solo horas después la mujer pueda acceder a una atención psicosocial o jurídica, como cuenta la periodista que le pasó, hacen que la tendencia sea la de guardar silencio.
Los escuadrones “púrpura” tienen protocolos especiales para atender este tipo de casos y acompañan a las mujeres a realizar las denuncias. No obstante, garantizar que el proceso no revictimice es un reto. “Decidí denunciar, y ese día tardé siete horas yendo de URI en URI. El victimario estuvo todo el tiempo sentado cerca de mí, en la patrulla, separados solo por una reja. Me gritaba, me trataba mal y luego se disculpaba. Aparte, los policías lo gritaban y amenazaban con golpearlo”. A las 9:00 p.m. acabó el día del acoso.
Tras varios trámites, a finales de enero, la periodista asistió a una audiencia de conciliación. El señalado no llegó y se aplazó. “El fiscal me repite que me asesore bien. Me explica cómo puedo archivar el caso, si quiero, que no hay cupos en las cárceles para esas personas. Me dice que, además, el dinero que me den corresponde a los daños y perjuicios que cometió el sujeto en mi contra, daños que debo probar”.
Silvana Bacares, abogada feminista especialista en DD. HH. y DIH, afirma que no hay un tipo penal para el acoso callejero, lo que demuestra una falta de enfoque de género en el sistema judicial. “Las principales barreras son, más allá de que no haya un tipo penal, es que el que existe funcione. La injuria es un tipo penal de denuncia que no tramitan con la importancia que debe tener. Es difícil obtener pruebas, porque, ¿cómo pruebo un acoso callejero? Solo tengo mi testimonio, y quizás es ahí donde debe entrar a jugar el enfoque de género en la administración de justicia”.
La periodista víctima aseguró que las autoridades le pidieron los contactos de los adultos mayores que hicieron que se detuviera el bus. Sin embargo, en el estado en el que se encontraba, no se le ocurrió pedírselos. “Pedí que me dejaran ver cámaras y me señalaron que no se podía”, agregó.
Paula Sénior Mesa, psicóloga de la U. EAN, lanza una alerta contra la normalización de las conductas de los hombres, una problemática que también debe pasar por la prevención. “En un proceso de prevención es necesario educar a la población para que entienda que este tipo de conductas no deben ser normalizadas, no es normal recibir este tipo de verbalizaciones o actos e incluir a los hombres en los procesos también es clave”.
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