Las cifras que no concuerdan en Bogotá
Tras conocerse los primeros resultados del censo en el país, el Distrito cuestionó la cifra de habitantes en la ciudad, ya que no concuerda con las perspectivas de crecimiento. Esto tendría implicaciones, inicialmente, en el presupuesto y el proyecto del POT.
Mónica Rivera Rueda / mrivera@elespectador.com - @Yomonriver
En Bogotá hay un millón de personas menos de las que se creía. Así lo dejó ver la última entrega del censo, realizada por el DANE, en la que se determinó que en Bogotá hay 7’150.000 personas y no los 8’181.046 que tenía proyectado el Distrito. Lo que no solo variaría las tasas de seguridad, educación y salud, entre otras, manejadas hasta ahora, sino que plantea un nuevo escenario, ante la presentación de un nuevo Plan de Ordenamiento Territorial y las pretensiones de construir, inicialmente, casi 350.000 viviendas en el norte de la ciudad.
De acuerdo con el DANE, la población de Bogotá creció 310.000 habitantes y no 1,4 millones, como proyectó la encuesta multipropósito que se presentó este año, lo que evidenciaría una desaceleración en el crecimiento en la capital y, por consiguiente, para algunos analistas, desestimaría los argumentos de la administración sobre la necesidad de construir un mayor número de viviendas.
Andrés Ortiz, secretario de Planeación, asegura que, tras los ajustes de verificación que se den al censo, se debe corroborar la cifra de habitantes que se da para Bogotá, dado que no coincide con ninguna de las obtenidas por el Distrito y sus diferentes entidades administrativas. “En los últimos 13 años, en los hospitales de Bogotá se han registrado 1’494.000 nacimientos y 401.000 defunciones; es decir, que hay un residuo de 1,1 millones. Por otro lado, la migración neta de la ciudad se estima en 32 %, mientras que el Acueducto registra 480.00 nuevas suscripciones al servicio y Camacol, la venta de 470.000 inmuebles, lo que significa que hay más de millón y medio de habitantes más en la ciudad”, afirmó el funcionario.
Ante esto, Ortiz asegura que han mantenido reuniones con el DANE para comparar metodologías de recolección de datos y cifras, mientras que el director de dicha entidad, Juan Daniel Oviedo, ha manifestado que el bajo crecimiento de la ciudad se debe a que muchas personas se han ido a vivir fuera de la capital. A esto se suma que han crecido, en el caso específico de Bogotá, los hogares unipersonales. Dentro de otras razones, señala que los desajustes, que también se presentaron en otras partes del país, se deben al retraso de tres años en la realización de un nuevo censo y a proyecciones que no fueron ajustadas a las dinámicas socieconómicas actuales.
Esta variación en las cifras tendría una serie de implicaciones en la organización de la ciudad. Según el analista Aurelio Suárez, la variación hace replantear proyectos de construcción como Lagos de Torca y la intervención de la reserva Van der Hammen. “La ciudad tiene un proceso de densificación propia y el censo demuestra que se viene dando hacia el sur y no hacia el norte. Un ejemplo es que Soacha es el municipio de Colombia que más ha crecido. Entonces debe replantearse el POT con las cifras ya consolidadas para mostrar realidades existentes y no imaginarias”.
Por su parte, Norma Rubiano, experta en población y ordenamiento territorial y profesora de la Universidad Externado, asegura que una vez conocidos todos los datos del censo, el DANE debe dar a conocer los mecanismos empleados para realizar las mediciones, dado que muchos de estos datos entrarán a compararse con conteos hechos por las ciudades o municipios, como en el caso de Bogotá, ya que ante desbalances tan grandes se puede subestimar o sobrestimar cifras en temas como la cobertura en salud y educación, los planes de desarrollo o la expansión urbana.
Con respecto a la cifra del censo sobre los habitantes de la ciudad, Rubiano asegura que no debe desestimarse la población flotante, pues al menos dos millones de personas viven en municipios aledaños, pero trabajan, estudian y pasan la mayor parte del tiempo en Bogotá. “Es probable que con ellos seamos en la ciudad diez millones de personas, que deben contarse como parte de la ciudad porque requieren de salud, alimentación, medios de transporte y seguridad como los que viven en Bogotá”.
Mientras se conocen los resultados finales del censo, Suárez manifiesta que el Distrito debe tener claro que las cifras dadas a conocer por el DANE serán ley, por lo que deben comenzar a realizar los ajustes correspondientes a sus propuestas a futuro, sobre todo en temas tan urgentes como la presentación del nuevo POT ante el Concejo. Según el secretario de Planeación, estas cifras, al fin de cuentas, deben verse a futuro, pues el crecimiento de la ciudad es inminente y por ahora lo importante es hallar las razones de la diferencia tan grande en la cifra de cuántos habitantes tiene Bogotá.
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En Bogotá hay un millón de personas menos de las que se creía. Así lo dejó ver la última entrega del censo, realizada por el DANE, en la que se determinó que en Bogotá hay 7’150.000 personas y no los 8’181.046 que tenía proyectado el Distrito. Lo que no solo variaría las tasas de seguridad, educación y salud, entre otras, manejadas hasta ahora, sino que plantea un nuevo escenario, ante la presentación de un nuevo Plan de Ordenamiento Territorial y las pretensiones de construir, inicialmente, casi 350.000 viviendas en el norte de la ciudad.
De acuerdo con el DANE, la población de Bogotá creció 310.000 habitantes y no 1,4 millones, como proyectó la encuesta multipropósito que se presentó este año, lo que evidenciaría una desaceleración en el crecimiento en la capital y, por consiguiente, para algunos analistas, desestimaría los argumentos de la administración sobre la necesidad de construir un mayor número de viviendas.
Andrés Ortiz, secretario de Planeación, asegura que, tras los ajustes de verificación que se den al censo, se debe corroborar la cifra de habitantes que se da para Bogotá, dado que no coincide con ninguna de las obtenidas por el Distrito y sus diferentes entidades administrativas. “En los últimos 13 años, en los hospitales de Bogotá se han registrado 1’494.000 nacimientos y 401.000 defunciones; es decir, que hay un residuo de 1,1 millones. Por otro lado, la migración neta de la ciudad se estima en 32 %, mientras que el Acueducto registra 480.00 nuevas suscripciones al servicio y Camacol, la venta de 470.000 inmuebles, lo que significa que hay más de millón y medio de habitantes más en la ciudad”, afirmó el funcionario.
Ante esto, Ortiz asegura que han mantenido reuniones con el DANE para comparar metodologías de recolección de datos y cifras, mientras que el director de dicha entidad, Juan Daniel Oviedo, ha manifestado que el bajo crecimiento de la ciudad se debe a que muchas personas se han ido a vivir fuera de la capital. A esto se suma que han crecido, en el caso específico de Bogotá, los hogares unipersonales. Dentro de otras razones, señala que los desajustes, que también se presentaron en otras partes del país, se deben al retraso de tres años en la realización de un nuevo censo y a proyecciones que no fueron ajustadas a las dinámicas socieconómicas actuales.
Esta variación en las cifras tendría una serie de implicaciones en la organización de la ciudad. Según el analista Aurelio Suárez, la variación hace replantear proyectos de construcción como Lagos de Torca y la intervención de la reserva Van der Hammen. “La ciudad tiene un proceso de densificación propia y el censo demuestra que se viene dando hacia el sur y no hacia el norte. Un ejemplo es que Soacha es el municipio de Colombia que más ha crecido. Entonces debe replantearse el POT con las cifras ya consolidadas para mostrar realidades existentes y no imaginarias”.
Por su parte, Norma Rubiano, experta en población y ordenamiento territorial y profesora de la Universidad Externado, asegura que una vez conocidos todos los datos del censo, el DANE debe dar a conocer los mecanismos empleados para realizar las mediciones, dado que muchos de estos datos entrarán a compararse con conteos hechos por las ciudades o municipios, como en el caso de Bogotá, ya que ante desbalances tan grandes se puede subestimar o sobrestimar cifras en temas como la cobertura en salud y educación, los planes de desarrollo o la expansión urbana.
Con respecto a la cifra del censo sobre los habitantes de la ciudad, Rubiano asegura que no debe desestimarse la población flotante, pues al menos dos millones de personas viven en municipios aledaños, pero trabajan, estudian y pasan la mayor parte del tiempo en Bogotá. “Es probable que con ellos seamos en la ciudad diez millones de personas, que deben contarse como parte de la ciudad porque requieren de salud, alimentación, medios de transporte y seguridad como los que viven en Bogotá”.
Mientras se conocen los resultados finales del censo, Suárez manifiesta que el Distrito debe tener claro que las cifras dadas a conocer por el DANE serán ley, por lo que deben comenzar a realizar los ajustes correspondientes a sus propuestas a futuro, sobre todo en temas tan urgentes como la presentación del nuevo POT ante el Concejo. Según el secretario de Planeación, estas cifras, al fin de cuentas, deben verse a futuro, pues el crecimiento de la ciudad es inminente y por ahora lo importante es hallar las razones de la diferencia tan grande en la cifra de cuántos habitantes tiene Bogotá.
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