Las criptomonedas ganan terreno en Bogotá
Pese a las advertencias que ha emitido la Superfinanciera, en la capital hay cajeros en los que puede comprar criptodivisas y negocios que las reciben como forma de pago.
Diego Ojeda / @diegoojeda95
En Bogotá hay más de un centenar de comercios en los que se pueden usar criptomonedas o monedas digitales. Un ciudadano puede comprar un libro o pagar un corte de cabello, usando Bitcoin, Bitcoin Cash y Litecoin. Las alternativas son tan variadas que hasta se pueden pagar asesorías de lactancia materna. La más popular, sin duda, es el Bitcoin (uno cuesta casi $30 millones). La principal diferencial con la moneda corriente es que no hay un banco que intermedie su operación.
En El Espectador hicimos el ejercicio: compramos satoshis (fracciones de Bitcoin) en un cajero ubicado en Unilago y luego pagamos una torta de chocomaní y un capuchino en una repostería de Chapinero. Quien nos asesoró fue Cristian Peñaranda, uno de los precursores de esta moneda digital en el país. Para él, “cuando la gente descubra la facilidad con la que se pueden usar las criptomonedas, entidades como los bancos comenzarán a perder sentido”.
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(En video) Esta fue la compra que hicimos para demostrar cómo funcionan los pagos con criptomonedas:
Alertas
No obstante, el uso de estas monedas digitales todavía genera desconfianza. Así se evidencia al saber que desde 2014 la Superintendencia Financiera ha emitido tres circulares advirtiendo los riesgos del uso de las criptomonedas. La más preocupante es que, a pesar de que hoy tienen alta cotización, su valor también podría llegar a cero.
Dicho escenario se presentaría si la gente deja de creer que el Bitcoin tiene valor, pues su precio es especulativo y se fija al vaivén de la oferta y la demanda. A diferencia del peso o el dólar (que la soportan activos físicos y un banco central), a las monedas digitales no las respalda nada tangible. Esta especulación ha marcado la historia; por ejemplo, del Bitcoin, desde sus orígenes en diciembre de 2008, cuando un grupo de personas, que se ocultan bajo el pseudónimo de Satoshi Nakamoto, publicaron un ‘paper’ anunciando su creación.
El negocio
En este gris legal se mueven compañías en Bogotá, en cuyo modelo de negocio son protagonistas las criptomonedas. Tanto Peñaranda con su red de cajeros Athena Bitcoin, como Juan Alejandro Díaz, quien hace parte del equipo de trabajo de Xpay y Panda BTM, aseguran que las ‘crypto’ son tecnologías que no se pueden detener, por lo que su interés está en dialogar con las autoridades para crear una regulación que mitigue los riesgos frente al un uso indebido.
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Las compañías que cada uno representa demuestra cómo las monedas digitales hacen parte de la cotidianidad de los bogotanos. En la capital, Athena Bitcoin dispone de 10 cajeros, donde se pueden comprar y vender Bitcoin, Bitcoin Cash y Litecoin. Como no hay regulación, esta empresa se “autorregula”, exigiendo la plena identidad de cada persona que hace una transacción, para evitar problemas como el lavado de activos.
Con ese dinero se puede comprar en la repostería de Juan Alejandro Díaz, quien en su local implementa la tecnología Xpay, que él comercializa para que otras tiendas puedan recibir criptomonedas. Se trata de un aplicativo que la persona instala en su celular y funciona como un “datáfono”. Por ejemplo, para comprar la torta y el capuchino, el cajero debe digitar el costo en el aplicativo, que traduce ese valor en un código QR. El cliente, al momento de pagar, debe abrir la ‘wallet’ de su teléfono y escanear el código. En segundos el comercio recibe el pago y, en la billetera del cliente, se descuentan las fracciones de criptomoneda que gastó. Por cada transacción, Xpay cobra una comisión del 3,99 %.
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La ventaja, asegura Díaz, es que “el comerciante puede recibir criptomonedas sin que sepa de criptomonedas”. Lo anterior es posible, ya que el sistema convierte la cantidad de bitcoins, por ejemplo, en pesos colombianos. De allí que el dinero que llega a la cuenta bancaria del comercio se ve reflejado en la divisa local. Díaz también le apuesta a la autorregulación. En su caso, incorporando normas internacionales como Know your Customer (KYC), que sirve para identificar a los clientes, y la revisión de bases de datos de alertas provenientes de autoridades como el FBI y la Interpol. Además, al igual que Peñaranda, dice pagar impuestos por sus actividades económicas.
Por lo pronto así avanzan las criptomonedas en Bogotá. En el mundo existen más de 2.300, siendo el Bitcoin, Ethereum y XPR las más populares. Se desconoce cuándo pasarán a ocupar un mayor protagonismo en la cotidianidad. Sin embargo, todo apunta a que será cuestión de tiempo, tal como ocurrió con el tránsito del peso oro al peso de papel a principios del siglo XIX, cuando la gente creía imposible la transición.
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En Bogotá hay más de un centenar de comercios en los que se pueden usar criptomonedas o monedas digitales. Un ciudadano puede comprar un libro o pagar un corte de cabello, usando Bitcoin, Bitcoin Cash y Litecoin. Las alternativas son tan variadas que hasta se pueden pagar asesorías de lactancia materna. La más popular, sin duda, es el Bitcoin (uno cuesta casi $30 millones). La principal diferencial con la moneda corriente es que no hay un banco que intermedie su operación.
En El Espectador hicimos el ejercicio: compramos satoshis (fracciones de Bitcoin) en un cajero ubicado en Unilago y luego pagamos una torta de chocomaní y un capuchino en una repostería de Chapinero. Quien nos asesoró fue Cristian Peñaranda, uno de los precursores de esta moneda digital en el país. Para él, “cuando la gente descubra la facilidad con la que se pueden usar las criptomonedas, entidades como los bancos comenzarán a perder sentido”.
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(En video) Esta fue la compra que hicimos para demostrar cómo funcionan los pagos con criptomonedas:
Alertas
No obstante, el uso de estas monedas digitales todavía genera desconfianza. Así se evidencia al saber que desde 2014 la Superintendencia Financiera ha emitido tres circulares advirtiendo los riesgos del uso de las criptomonedas. La más preocupante es que, a pesar de que hoy tienen alta cotización, su valor también podría llegar a cero.
Dicho escenario se presentaría si la gente deja de creer que el Bitcoin tiene valor, pues su precio es especulativo y se fija al vaivén de la oferta y la demanda. A diferencia del peso o el dólar (que la soportan activos físicos y un banco central), a las monedas digitales no las respalda nada tangible. Esta especulación ha marcado la historia; por ejemplo, del Bitcoin, desde sus orígenes en diciembre de 2008, cuando un grupo de personas, que se ocultan bajo el pseudónimo de Satoshi Nakamoto, publicaron un ‘paper’ anunciando su creación.
El negocio
En este gris legal se mueven compañías en Bogotá, en cuyo modelo de negocio son protagonistas las criptomonedas. Tanto Peñaranda con su red de cajeros Athena Bitcoin, como Juan Alejandro Díaz, quien hace parte del equipo de trabajo de Xpay y Panda BTM, aseguran que las ‘crypto’ son tecnologías que no se pueden detener, por lo que su interés está en dialogar con las autoridades para crear una regulación que mitigue los riesgos frente al un uso indebido.
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Con ese dinero se puede comprar en la repostería de Juan Alejandro Díaz, quien en su local implementa la tecnología Xpay, que él comercializa para que otras tiendas puedan recibir criptomonedas. Se trata de un aplicativo que la persona instala en su celular y funciona como un “datáfono”. Por ejemplo, para comprar la torta y el capuchino, el cajero debe digitar el costo en el aplicativo, que traduce ese valor en un código QR. El cliente, al momento de pagar, debe abrir la ‘wallet’ de su teléfono y escanear el código. En segundos el comercio recibe el pago y, en la billetera del cliente, se descuentan las fracciones de criptomoneda que gastó. Por cada transacción, Xpay cobra una comisión del 3,99 %.
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La ventaja, asegura Díaz, es que “el comerciante puede recibir criptomonedas sin que sepa de criptomonedas”. Lo anterior es posible, ya que el sistema convierte la cantidad de bitcoins, por ejemplo, en pesos colombianos. De allí que el dinero que llega a la cuenta bancaria del comercio se ve reflejado en la divisa local. Díaz también le apuesta a la autorregulación. En su caso, incorporando normas internacionales como Know your Customer (KYC), que sirve para identificar a los clientes, y la revisión de bases de datos de alertas provenientes de autoridades como el FBI y la Interpol. Además, al igual que Peñaranda, dice pagar impuestos por sus actividades económicas.
Por lo pronto así avanzan las criptomonedas en Bogotá. En el mundo existen más de 2.300, siendo el Bitcoin, Ethereum y XPR las más populares. Se desconoce cuándo pasarán a ocupar un mayor protagonismo en la cotidianidad. Sin embargo, todo apunta a que será cuestión de tiempo, tal como ocurrió con el tránsito del peso oro al peso de papel a principios del siglo XIX, cuando la gente creía imposible la transición.
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