Las dos guerras que hay detrás de los cuerpos embolsados en Bogotá
Desde el año pasado se ha venido librando una pelea por el control de las líneas de microtráfico en la localidad de Kennedy, lo mismo, en los dos últimos meses, ha venido ocurriendo en Los Mártires.
Las autoridades podrían estar cerca de resolver los casos de los cuerpos hallados en bolsas de basuras, con signos de tortura y algunas heridas por arma de fuego o arma blanca, que han ocurrido en los últimos meses. De acuerdo con las investigaciones, y como lo anticipó El Espectador desde finales del año pasado, esta situación obedecería a enfrentamientos por el control de las líneas de microtráfico, en dos puntos de Bogotá.
Por lo menos esa es la realidad de la localidad de Kennedy, especialmente de los barrios que limitan con el corredor de la calle 38 sur, en donde desde hace nueve meses se viene librando una guerra a sangre y fuego por ver quién queda al mando de la criminalidad. En los dos últimos meses se han presentado, en ese mismo sector, cuatro casos de asesinatos en donde se han hallado cinco cuerpos embolsados.
LEA: Kennedy: 12 homicidios en 31 días, ¿qué está pasando?
Una situación similar, pero con menor impacto, estaría ocurriendo en Los Mártires, en donde, en los últimos dos meses, se han presentado cuatro casos que han dejado cinco víctimas mortales. Además del crimen que se cometió en una casa del barrio San Bernardo (Santa Fe) y cuyo cuerpo apareció en la localidad de Antonio Nariño.
Si bien en uno de estos casos del centro de Bogotá, el cuerpo fue encontrado en límites de Los Mártires y Teusaquillo, y las autoridades insisten en que serían hechos aislados, fuentes cercanas a las bandas que operan allí, le confirmaron a este medio de comunicación, el pasado 1 de mayo, que ese hecho y el del barrio San Bernardo son producto del mismo ajuste de cuentas, y, al igual que en Kennedy, se trata de una guerra por el control del tráfico de drogas y la criminalidad.
Le puede interesar: Los Mártires, una guerra por el microtráfico y el crimen organizado
Lo que pasa en Kennedy y Los Mártires, según la Fiscalía, no tiene nada que ver entre sí, es decir, no es una misma red la que opera en las dos localidades, únicamente son puntos que han sido blanco de una misma problemática: la delincuencia común que se ha venido estructurando para ganar terreno.
En total, de acuerdo con la información que han recolectado las autoridades, ya son 13 los cuerpos que se han hallado en Bogotá en lo corrido de los dos últimos meses, varios de los fallecidos serían de nacionalidad venezolana.
Las escenas del crimen parecen calcadas, pues los cadáveres que se han encontrado en Kennedy (cinco), Suba (uno), Teusaquillo (uno), Los Mártires (cuatro), San Bernardo (uno) y Bosa (uno), han aparecido en condiciones similares: amarrados de pies y manos, con signos de tortura y algunos con heridas de arma blanca o de fuego.
En contexto: Tras las pistas de las muertes sistemáticas en el centro de Bogotá
Así avanza la investigación en Kennedy
La Fiscalía confirmó que Kennedy tiene un antecedente que permitió que la criminalidad se expandiera. Según cuentan, la captura de alias Camilo, señalado de por lo menos 15 homicidios, y quien impactaba la localidad de Kennedy y Bosa, dejó un vacío en el mundo del hampa, el cual están intentando ocupar dos organizaciones.
Pese a que las autoridades atribuyen las acciones violentas de hoy en día, a lo que vino después de la detención del señalado delincuente, las cifras demuestras que previo a que Néstor Aguirre, alias Camilo, quedara en poder de las autoridades, los crímenes ya se ejecutaban por docenas. Su captura fue en octubre pasado, pero solamente entre el lunes 2 de agosto y el martes 7 de septiembre de 2021, en cercanías a la calle 38 sur, ocurrieron doce homicidios, todos relacionados con ajustes de cuentas, es decir, el panorama antes y después de este “gran golpe” es similar.
Otras noticias: Criminalidad y xenofobia, los principales enemigos de la migración en la capital
Tras su judicialización, alias Camilo, llegó a un preacuerdo con la Fiscalía, de 27 años de cárcel, por los 15 homicidios que le fueron atribuidos. Así las cosas, luego de firmarse el preacuerdo y empezar a purgar su condena, en 10 años, aproximadamente, podría salir libre por buena conducta y prácticas como trabajo o estudio, hechos que ayudan a redimir la pena.
Para conocer más noticias de la capital y Cundinamarca, visite la sección Bogotá de El Espectador.
Las autoridades podrían estar cerca de resolver los casos de los cuerpos hallados en bolsas de basuras, con signos de tortura y algunas heridas por arma de fuego o arma blanca, que han ocurrido en los últimos meses. De acuerdo con las investigaciones, y como lo anticipó El Espectador desde finales del año pasado, esta situación obedecería a enfrentamientos por el control de las líneas de microtráfico, en dos puntos de Bogotá.
Por lo menos esa es la realidad de la localidad de Kennedy, especialmente de los barrios que limitan con el corredor de la calle 38 sur, en donde desde hace nueve meses se viene librando una guerra a sangre y fuego por ver quién queda al mando de la criminalidad. En los dos últimos meses se han presentado, en ese mismo sector, cuatro casos de asesinatos en donde se han hallado cinco cuerpos embolsados.
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Una situación similar, pero con menor impacto, estaría ocurriendo en Los Mártires, en donde, en los últimos dos meses, se han presentado cuatro casos que han dejado cinco víctimas mortales. Además del crimen que se cometió en una casa del barrio San Bernardo (Santa Fe) y cuyo cuerpo apareció en la localidad de Antonio Nariño.
Si bien en uno de estos casos del centro de Bogotá, el cuerpo fue encontrado en límites de Los Mártires y Teusaquillo, y las autoridades insisten en que serían hechos aislados, fuentes cercanas a las bandas que operan allí, le confirmaron a este medio de comunicación, el pasado 1 de mayo, que ese hecho y el del barrio San Bernardo son producto del mismo ajuste de cuentas, y, al igual que en Kennedy, se trata de una guerra por el control del tráfico de drogas y la criminalidad.
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Lo que pasa en Kennedy y Los Mártires, según la Fiscalía, no tiene nada que ver entre sí, es decir, no es una misma red la que opera en las dos localidades, únicamente son puntos que han sido blanco de una misma problemática: la delincuencia común que se ha venido estructurando para ganar terreno.
En total, de acuerdo con la información que han recolectado las autoridades, ya son 13 los cuerpos que se han hallado en Bogotá en lo corrido de los dos últimos meses, varios de los fallecidos serían de nacionalidad venezolana.
Las escenas del crimen parecen calcadas, pues los cadáveres que se han encontrado en Kennedy (cinco), Suba (uno), Teusaquillo (uno), Los Mártires (cuatro), San Bernardo (uno) y Bosa (uno), han aparecido en condiciones similares: amarrados de pies y manos, con signos de tortura y algunos con heridas de arma blanca o de fuego.
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Así avanza la investigación en Kennedy
La Fiscalía confirmó que Kennedy tiene un antecedente que permitió que la criminalidad se expandiera. Según cuentan, la captura de alias Camilo, señalado de por lo menos 15 homicidios, y quien impactaba la localidad de Kennedy y Bosa, dejó un vacío en el mundo del hampa, el cual están intentando ocupar dos organizaciones.
Pese a que las autoridades atribuyen las acciones violentas de hoy en día, a lo que vino después de la detención del señalado delincuente, las cifras demuestras que previo a que Néstor Aguirre, alias Camilo, quedara en poder de las autoridades, los crímenes ya se ejecutaban por docenas. Su captura fue en octubre pasado, pero solamente entre el lunes 2 de agosto y el martes 7 de septiembre de 2021, en cercanías a la calle 38 sur, ocurrieron doce homicidios, todos relacionados con ajustes de cuentas, es decir, el panorama antes y después de este “gran golpe” es similar.
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Tras su judicialización, alias Camilo, llegó a un preacuerdo con la Fiscalía, de 27 años de cárcel, por los 15 homicidios que le fueron atribuidos. Así las cosas, luego de firmarse el preacuerdo y empezar a purgar su condena, en 10 años, aproximadamente, podría salir libre por buena conducta y prácticas como trabajo o estudio, hechos que ayudan a redimir la pena.
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