Las cuentas del Distrito para financiar su Plan de Desarrollo
La creación de tres nuevos tributos agitó el debate en el Concejo en torno al Plan Distrital de Desarrollo (PDD). Por ahora uno de los tres, el de la tasa de parqueo, ya lo descartó el cabildo. Analizamos qué otras fuentes hay disponibles para financiar las metas.
Miguel Ángel Vivas Tróchez
Las cuentas para cumplir algunas metas del Plan de Desarrollo Distrital (PDD) se empiezan a tornar estrechas. Aunque la administración propuso tres nuevos tributos, con los que proyectaba recaudar $1,5 billones, para tener más flujo de caja, los valores se desajustaron tras la discusión, que se llevó a cabo en la comisión del Plan, en el Concejo. De entrada se descartó la sobretasa a la tarifa de parqueo en vía, con lo que pretendían subsidiar la tarifa del transporte público a poblaciones vulnerables. Y para completar, el tributo al alumbrado público también estaría en riesgo, pues hay concejales que ya anunciaron su intención de pedir en plenaria su eliminación.
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Las cuentas para cumplir algunas metas del Plan de Desarrollo Distrital (PDD) se empiezan a tornar estrechas. Aunque la administración propuso tres nuevos tributos, con los que proyectaba recaudar $1,5 billones, para tener más flujo de caja, los valores se desajustaron tras la discusión, que se llevó a cabo en la comisión del Plan, en el Concejo. De entrada se descartó la sobretasa a la tarifa de parqueo en vía, con lo que pretendían subsidiar la tarifa del transporte público a poblaciones vulnerables. Y para completar, el tributo al alumbrado público también estaría en riesgo, pues hay concejales que ya anunciaron su intención de pedir en plenaria su eliminación.
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Aunque hay concejales, como Juan Daniel Oviedo, que piensan que no es cierto que se requieran más recursos, al ser el PDD una ruta de continuismo de la pasada administración, para el Distrito es claro que sí hay metas que quedarían desfinanciadas. Por eso le resulta imperioso encontrar nuevos recursos, en especial al conocer lo apretadas que están las finanzas de la ciudad y las ambiciosas metas en el PDD, como la ampliación del metro hasta la calle 100, la ALO Norte, el bilingüismo de la educación media y el nuevo modelo de salud.
¿Cuál sería el camino? Expertos en materia fiscal trazan una ruta que es justo la que el Distrito quería evitar: recuperar dinero de otros frentes, para no quedarse tan cortos de dinero para el cuatrienio.
La valorización
Las obras de valorización han sido un instrumento útil para el recaudo de las ciudades alrededor del mundo. Bogotá, aunque es la ciudad que más ha acudido a esta herramienta, en los últimos años se han presentado líos que no dejan vislumbrar todo su potencial. En primer lugar, los retrasos en la ejecución de las obras de este tipo son evidentes y parecen enfrascarse en un círculo infinito de obras licitadas, que luego deben ser terminadas por el Distrito a causa de contratistas incumplidos.
De hecho, la ciudad no ha sido capaz de culminar ninguna de las tres obras incluidas en el proyecto de Acuerdo 523 de 2013. Por ejemplo, la ampliación de la avenida Boyacá, entre las calles 170 y 183, tiene un avance del 56 %, según el IDU, pese a que debió ser entregada en agosto del año pasado. O las obras del Acuerdo 724 de 2018, de las cuales solo tres de las 16 planteadas están culminadas.
Pese a ello, esta herramienta sería una de las grandes apuestas de la Alcaldía para alivianar el erario. Orlando Molano, director del IDU, mencionó que “la comunidad tiene que volver a confiar en el IDU y en el mecanismo de valorización. Eso solo se logra entregando las obras. Este año vamos a licitar lo que nos queda de la 92 y la 94. Por la zona industrial, ya estamos comenzando a trabajar en el paquete de obras, correspondiente a 144 vías que se encuentran atrasadas desde hace tres años”. Actualmente, Bogotá recauda $837.750 millones por este concepto, gracias a un total de 365.999 contribuyentes.
Otra fuente sería poner el ojo en la evasión de impuestos. Aunque la capital ha venido aumentando su recaudo y el actual Plan tiene proyectado una reducción del problema en más del 3 % en cada uno de los tributos, es necesario ser más agresivos. “La evasión de impuestos le cuesta millones a la ciudad, que luego se cubren con más gasto público. Más que la formulación de nuevos impuestos, es necesario mejorar los instrumentos de recaudo existentes y ampliar las jornadas de saneamiento predial, para cerrar el cerco a los morosos”, opinó Pablo Tovar, abogado tributarista.
Pese al optimismo en la valorización, Henry Amorocho Moreno, Profesor titular de hacienda y tributación de la facultad de Jurisprudencia Universidad del Rosario, no ve tan clara esta solución. “Por concepto de valorización, la administración podría recolectar cerca de 400.000 millones, con los que podría solucionar el hueco que dejó la tasa de parqueo, o una posible modificación o eliminación del tributo de alumbrado eléctrico. Sin embargo, la demora en las obras públicas han efectuado un desprestigio importante en este instrumento de recaudo, por lo cual lo veo muy difícil”. Aunado a lo anterior, el experto recalca que, en todo caso, la mejor manera de no comprometer la financiación del PDD, es que el impuesto de la luz se salve de sus detractores en la plenaria.
Gastos y otras soluciones
Al Plan Distrital de Desarrollo fueron incluidas dos propuestas de movilidad que, aunque útiles desde el punto de vista técnico, representan una inversión fundamental. La más llamativa fue la de la extensión de la primera línea del metro hasta la calle 100, la cual tendría un costo aproximado de $2,4 billones. Para financiarlo, dice el concejal Juan David Quintero (Nuevo Liberalismo), principal impulsor de la medida, el Plan tendría que destinar, como mínimo, $364.799 millones.
“Estos escenarios son el resultado de un análisis detallado que realizamos junto a mi equipo de trabajo, basado en la respuesta por parte del Distrito sobre los costos reales de este proyecto. El plazo para la construcción del proyecto sería de cinco años, y para la apertura de la respectiva licitación sería necesario apropiar como mínimo dentro de este Plan de Desarrollo un total de $364.799 millones, equivalentes al 15 % del valor del costo del proyecto. Lo restante será distribuido mediante vigencias futuras en los cinco años de construcción”, dijo el cabildante.
Mientras salen más gastos, también salen a la luz soluciones para optimizar los métodos de obtención de recursos. En el PDD quedó incluido un artículo que podría solucionar parte del problema financiero de la ciudad. Se trata del 129, que fue incluido como una propuesta que hizo el concejal Juan Daniel Oviedo. Esta proposición insta a que Bogotá aproveche el potencial de los proyectos de desarrollo y renovación urbana que tiene la ciudad. “La ciudad puede emitir bonos de deuda sustentados en la inversión que llegará por proyectos urbanos, como la del Distrito Aeroportuario. Aunque la ciudad tiene tope de endeudamiento por la Ley 358 de 1997, uno puede proyectar el potencial económico de estas apuestas y lograr la obtención de recursos que luego se sustentarían en lo que va a ocurrir en esos proyectos”, explicó Oviedo.
Por el lado del profesor Henry Amorocho, hay otras soluciones en la guantera para contemplar. “El Distrito va a tener que echar una mirada a los rendimientos y excedentes financieros de las entidades descentralizadas del Distrito. De esta fuente podrían recuperarse cerca de $1.5 billones”, explicó el experto. En paralelo, el profesor menciona que la administración aumente sus esfuerzos en la cristalización de un programa de formalización empresarial en la ciudad.
Con la formalización de estos comercios, la ciudad lograría aumentar la base gravable. Para ello, el gabinete de Galán puede echar mano del conocimiento que posee la Cámara de Comercio de Bogotá en la materia, y de los resultados del Censo Nacional Urbana, que publicará el Dane a finales del presente año.
Faltan tres días para que el Plan de Desarrollo sea aprobado. Con la última poda en el Concejo, que puede hundir algunos impuestos y una que otra propuesta, el Distrito podría recibir un Plan desfinanciado y con bajas probabilidades de materializarse al 100 %. No obstante, la proximidad a este porcentaje podría lograrse con eficiencia tributaria y políticas de austeridad.
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