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El análisis de cámaras de seguridad, reconocimientos fotográficos y el hallazgo de un arma de dotación de la Policía Nacional son las principales pruebas en contra de los presuntos responsables del homicidio del patrullero Jaime Andrés Ávila Vega, un policía encubierto asesinado el pasado 29 de junio en Soacha (Cundinamarca).
Vale señalar que los tres sujetos procesados en este caso fueron capturados un día después de los hechos, en un operativo de allanamiento en el mismo sector en donde ocurrió el homicidio. Así las cosas, según el informe preliminar de las autoridades, estas personas, junto con otras que siguen prófugas, habrían llevado al uniformado a un callejón del barrio Compartir, en la Comuna 1 de municipio, en donde le habrían quitado su arma de dotación y le habrían disparado en varias ocasiones.
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“Durante la diligencia de registro y allanamiento realizado en un inmueble del sector fueron incautados un revólver calibre 38, una pistola traumática modificada con capacidad para disparar proyectiles 9 milímetros y el arma del patrullero Ávila Vega”, aseguró el director de la sección de la Fiscalía de Cundinamarca, Manuel Silva.
De esta manera, en el operativo, en total, se encontraron además tres armas de fuego, de las cuales una correspondía a la asignada al patrullero Ávila y de la cual se disparó el proyectil que se encontró dentro de su cuerpo en la autopsia.
Por su parte, el análisis de registros de cámaras de seguridad del sector, permitieron individualizar y vincular a los procesados con estos hechos que son materia de investigación.
Según informó la Policía Nacional, el patrullero Ávila se encontraba ejecutando labores investigativas, como agente encubierto, con el fin de desarticular estructuras delincuenciales dedicadas al expendio de estupefacientes en el municipio.
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Por estos hechos, el fiscal del caso les imputó a los detenidos los delitos de homicidio agravado, fabricación, tráfico, porte o tenencia de armas de fuego, accesorios, partes o municiones agravado, hurto calificado y agravado y fabricación, tráfico y porte de estupefacientes.
Por esta razón, un juez de control de garantías los envió a la cárcel mientras avanza el proceso en su contra. Los cargos no fueron aceptados por los investigados.
“Las indagaciones continúan para ubicar y judicializar a otros posibles involucrados en el asesinato del patrullero”, informó, por su parte, la Fiscalía a través de un comunicado.
¿Quién era el patrullero Jaime Andrés Ávila?
Según se ha conocido, el patrullero Ávila era soltero y oriundo de Montería (Córdoba), y durante su paso por la institución obtuvo 14 felicitaciones en sus tres años y diez meses adscrito a la Policía Nacional.
En ese sentido, había sido trasladado a Soacha (Cundinamarca) con el objetivo de infiltrarse en bandas de microtráfico de la zona, con el objetivo recopilar pruebas para su desarticulación.
“Acompañamos a la familia de nuestro héroe, el patrullero Jaime Ávila, a quien criminales le arrebataron la vida mientras trabajaba por la seguridad de los habitantes del municipio de Soacha. La Dijin de la Policía debe disponer de todas sus capacidades para capturar a todos los responsables”, manifestó el general William Salamanca, director de la Ponal.
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