Las solicitudes de la CAR por intervención en el Zuque
Ante las obras en zona de reserva de los cerros orientales se pide mitigar los impactos durante la realización de la obra, dar un informe de estabilización de taludes, adelantar acciones para que las construcciones cumplan con los estándares de tamaño establecidos, entre otros puntos.
Una serie de solicitudes le hizo la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) a la Secretaría de Ambiente de Bogotá por las obras para la construcción de aulas ambientales, en materiales como concreto, que se realizan dentro de la serranía del Zuque, en zona protegida de los cerros orientales de la capital.
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Una serie de solicitudes le hizo la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) a la Secretaría de Ambiente de Bogotá por las obras para la construcción de aulas ambientales, en materiales como concreto, que se realizan dentro de la serranía del Zuque, en zona protegida de los cerros orientales de la capital.
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Allí se accede por uno de los tantos senderos que permiten ingresar a la reserva protectora, que está ubicada en la localidad de San Cristóbal, entre los barrios Altos del Virrey y Quindío, en donde hay unos tanques del Acueducto de Bogotá. El camino es el que antes usaba una vieja cantera de la que por años se extrajeron areniscas duras, muy utilizadas para mezclas asfálticas y el reparcheo y recuperación de las vías, y que dejó de funcionar luego de una avalancha que dejó más de 800 personas damnificadas en el barrio Altamira.
Por ello, en el camino hay zonas que fueron explotadas para extraer material y que recientemente han presentado desprendimiento de piedras. Este es uno de los inconformismos de la comunidad aledaña que ha cuestionado las intervenciones del Distrito. Además de estas condiciones que hacen que la zona sea considerada de riesgo, advierten que en el mirador, donde antes funcionó el área administrativa de la cantera, hoy el Distrito hace aulas ambientales, que parecen endurecer aún más el espacio protegido.
El dilema para organizaciones, como la Juntanza Zuke-Fucha, es que se hicieron bases en concreto para las aulas, que superan los 80 cm y que no se especificaron durante las socializaciones con la comunidad, así como critican que no se emplearan las edificaciones que previamente estaban en el lugar.
En respuesta, el Distrito señala que “al finalizar todo el proceso constructivo quedarán unas bases de concreto para las 12 infraestructuras, pasando de 580 m2 de base construida a 340 m2 en total, es decir, se disminuye el endurecimiento en 240 m2 con respecto a lo que existía anteriormente”.
Pero esto no es lo que concluye la CAR. En un auto solicitaron a la Secretaría Distrital de Ambiente y a la empresa Ingeniería Strycom S.A.S., encargada de las obras, mitigar los efectos negativos de los trabajos que están realizando, entregar un informe del estado de trámite de los permisos correspondientes a vertimientos y restauración, entre otros, así como información del proceso de estabilización de los taludes que están en el sendero.
Sumado a esto, les solicitan acciones para cumplir con lo establecido por el plan de manejo que solo permite instalaciones con un área máxima de 50 m2, entregar el plan de restauración y “los soportes de los espacios de trabajo que se adelanten con las comunidades aledañas al proyecto y demás actores sociales involucrados, en el marco de la formulación de las medidas de mitigación y adecuaciones para la reconformación y recuperación del área”.
La Secretaría de Ambiente indicó que “realizan intervenciones y ajustes acordes con las directrices, lineamientos y recomendaciones de construcción expedidas por la CAR”, para continuar con la construcción de las 12 aulas. Aunque señalan que es un gran dilema definir qué se puede o no hacer dentro del área de reserva, afirman que la intervención no es diferente a la que se hace en parques ecológicos, como el de Soratama, en Usaquén, y Mirador de Los Nevados, en Suba. Restará esperar a que se defina cuál es la mejor forma para garantizar la recreación pasiva en este sector de los cerros orientales de Bogotá.