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Los cantos y alabanzas, que sobrepasaban los niveles de ruido permitidos en una zona residencial, llevaron a la Corporación Autónoma Regional a sellar una iglesia cristiana, que funcionaba en el barrio Buenos Aires, del municipio de Villeta (Cundinamarca). La autoridad ambiental atendió la denuncia de los vecinos y, luego de varias inspecciones, determinaron que los líderes del culto religioso estaban operando fuera de la norma.
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Gratiniano Suárez, director de la Regional Gualivá de la CAR, explicó que fue necesario sellar los equipos generadores de ruido, ya que sobrepasaban los límites permitidos según la resolución 627 de 2006 del Ministerio de Medio Ambiente.
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La normativa establece distintos niveles de ruido, dependiendo de la actividad y el lugar. En una zona residencial, donde se encuentra la iglesia, los límites son de 65 decibeles durante el día y 55 decibeles por la noche. Sin embargo, un informe técnico de la CAR reveló que el sonido emitido por la congregación superaba los 70 decibeles en horario nocturno.
“Para continuar con sus actividades, sin perturbar la tranquilidad de los vecinos, la iglesia deberá implementar sistemas de reducción de ruido”, agregó el director regional. De este modo, se busca disminuir la contaminación auditiva y preservar la paz del barrio.
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