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Sin sospechar que su pequeño hijo iba a ser raptado minutos después, se dirigió al salón de belleza de su barrio para darse unos retoques estéticos. Al lugar, en donde se iba a realizar un procedimiento estético, acudió con su hijo de 3 años.
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Mientras los rizos de la mujer eran peinados con delicadeza, el menor que esperaba a su madre en una silla del centro estético desapareció. En cuestión de segundos, la madre dejó de ver a su pequeño por el espejo enfrente suyo. La repentina ausencia interrumpió el peinado y separó súbitamente el cepillo del cabello. Ante la ausencia de su hijo, la madre se paró de la silla del salón inmediatamente, y comenzó a buscarlo por cada rincón del paraje.
Agotados los escasos metros cuadrados que componen la peluquería de Costa Azul, en la calle 139 con la carrera 101b, la desesperación se apoderó de la joven madre de 25 años, quien despojándose de la capa del salón, y con su peinado a medio terminar, salió corriendo por las calles del barrio para buscar a su pequeño hijo.
A un kilómetro del lugar, con el niño en brazos, caminando con total normalidad, estaba una mujer de 42 años, que sin levantar la menor sospecha, extrajo al menor del salón de belleza y se lo llevó a un rumbo desconocido. Mientras esto ocurría, las siempre presentes cámaras de seguridad, contemplaban a esta persona caminando por una bahía de vehículos en compañía del menor robado.
Gracias a estas imágenes, la Policía del cuadrante pudo reaccionar de manera oportuna. Ya alertados de la situación, por parte de la madre del menor robado, establecieron rápidamente que la dama que se dirigía hacia un taxi tenía en sus brazos el niño que buscaban.
El fin del recorrido de la sospechosa era un taxi, que alcanzó abordar para solicitar una carrera que, por fortuna, nunca se llevó a cabo. Cuando el taxímetro iba a comenzar su metraje, y el motor del vehículo eyectaba el combustible para emprender la marcha, una patrulla de la Policía lo interceptó e interpeló a esta mujer. Rodeada por la Policía, la culpa de haber hurtado un menor, y sin más escape que el de entregarse, la mujer desistió de su cometido y entregó el niño a los agentes.
“Una señora se encontraba en un salón de belleza con su pequeño hijo de tres años. Aquí es donde una mujer aprovecha el descuido de su madre, raptando a este menor de edad. Aquí hay una pronta reacción de la patrulla de vigilancia, quien inmediatamente procede con la búsqueda de este menor de edad, el cual es rescatado, restableciendo de esta manera los derechos de este menor”, comentó sobre el caso la comandante de la Policía de Bogotá, la general Sandra Hernández.
Con todo y el aparente final feliz que tuvo este incidente, en la comunidad quedó instalado un sentimiento de zozobra, sobre todo para los padres de familia que viven con sus hijos en el sector. Pese a las pruebas en contra de esta mujer, que reposan en las cámaras de seguridad y la flagrancia en la que fue capturada, las autoridades tuvieron que dejarla en libertad dado a presuntos indicios psiquiátricos en su expediente.
Sin más detalles que el de la supuesta salud mental inestable de la mujer, los residentes del sector están aterrados frente a la posibilidad de que regrese a cometer otro acto de estos, sobre todo porque en el lugar en donde ocurrió esto, hay un parque que es frecuentado por menores de edad. En este sentido, vecinos de La Gaitana le comentaron a El Espectador, que esta mujer había sido vista merodeando por el sector en otras ocasiones, aunque se desconoce si ella reside ahí, o en alguno de los barrios aledaños.
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