Un trago de licor para pasar las festividades de fin de año puede costarle la vida, aunque parezca exagerado. En Bogotá y Cundinamarca, durante las dos últimas semanas, han muerto 19 personas a causa de intoxicación por consumir licor rendido con metanol, una sustancia que estaría apareciendo en bebidas alcohólicas. Por esta misma situación, dice la Secretaría Distrital de Salud, otras 12 personas han resultado afectadas.
Para combatir este fenómeno, la Policía ha adelantado 131 operativos de inspección a establecimientos de comercio, pero parece que los delincuentes siempre encuentran otro camino para llegar a los consumidores.
De hecho, desde hace un buen tiempo se detectó la presencia de este licor en el mercado y se había identificado su dudosa procedencia, pero aparentemente las acciones policivas no fueron suficientes para evitar que las bebidas embriagantes fueran comercializadas.
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Frente a la oleada de casos reportados, el Distrito movió sus fichas y dispuso personal para reforzar los operativos de inspección, vigilancia, control y prevención, junto con otras acciones y medidas para disminuir este riesgo.
A pesar de que los argumentos con los que se han encontrado los investigadores dan cuenta de que los comerciantes, supuestamente, no tenían conocimiento, y el licor llegó “porque les ofrecieron un mejor precio”, las autoridades han advertido que quienes comercialicen, distribuyan, imiten o simulen bebidas alcohólicas, “podrían incurrir en una sanción de cinco a once años de prisión, una multa de 1.500 salarios mínimos y el cierre definitivo del establecimiento”.
Un trago amargo
Apenas era 3 de diciembre cuando el Distrito dio a conocer la muerte de seis personas, y la intoxicación de otras siete, por el consumo de licor adulterado. Se trataba de víctimas entre 40 y 60 años en Bogotá y en municipios aledaños de Cundinamarca. Este viernes 9 de diciembre, seis días después de los primeros casos, el número tanto de fallecidos como de intoxicados aumentó, el primero se ubicó en 19 casos y el segundo en 12. El agravante de la situación es que diciembre apenas está comenzando.
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De acuerdo con la Secretaría de Salud, de todas las víctimas que se han registrado hasta ahora, en 12 de ellas se encontraron muestras de metanol en sus cuerpos. Se trata de una sustancia que se usa para fabricar anticongelantes, plaguicidas, líquido limpiaparabrisas y diluyente de pintura, con la cual, por su apariencia y olor similar al del alcohol, rinden las bebidas embriagantes.
“Es supremamente grave. La ingesta de estas bebidas ha afectado a 28 personas. Debo destacar que son tres las marcas que hemos identificado con presencia de metanol: ‘Rey de reyes’ ‘Old John’, y ‘Cabañita’. Son licores de bajo precio y que cuentan con metanol, un alcohol altamente tóxico de uso industrial”, indicó Alejandro Gómez, secretario de Salud.
Estas tres bebidas a las que se refiere Gómez, cuentan con registro Invima, es decir, no son ilegales, hecho que alerta aún más a las autoridades, pues ahora se investiga si la sustancia en cuestión llegó por un mal manejo de las empresas productoras, o se trataría de la reutilización de envases para adulterar el contenido.
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Pero el licor de bajo costo no sería el único afectado por la industria criminal. Según informó la Policía Metropolitana de Bogotá, en el marco del Plan Navidad, esta semana se adelantó la incautación de 620 botellas de licor que no contaba con los registros de ley y estaban listas para su distribución. La acción se llevó a cabo en la localidad de Los Mártires, en donde se encontró whisky, tequila, ron y aguardiente, de reconocidas marcas, cuyos costos por botella están entre los $100.000 y $200.000.
Según el teniente coronel Luis González, jefe Seccional de Investigación Criminal de Bogotá, no contentos con adulterar el licor, los delincuentes también estarían falsificando cajas y estampillas, por esta misma razón es que recomienda que características como esas sean fundamentales para que los consumidores tengan en cuenta al momento de comprar bebidas embriagantes.
Las autoridades han invitado a los ciudadanos a no comprar licor en la calle, a desconfiar de precios más bajos de los que ofrecen los supermercados de cadena y a revisar botellas y etiquetas, pero pareciera que esto no es suficiente para garantizar una festividad sin víctimas por el licor.
Para Andrés Nieto, experto en seguridad ciudadana, la presencia de licor adulterado en la capital representa un mercado delictivo que se ha consolidado y es difícil de perseguir, “muchas veces estas organizaciones duran todo el año, hacen la producción y cuando la comercializan ya no existen los puntos de procesamiento, entonces la Policía no tiene a quién perseguir”, señaló.
A pesar de que las autoridades están en las calles, se han tomado el comercio y los establecimientos de rumba, y los ciudadanos, por su parte, intentan hacer control de calidad a las bebidas, las organizaciones delictivas detrás de este negocio criminal estarían un paso más adelante logrando filtrar los licores que están causando muertes.
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