Llegando con lo justo a fin de mes: Bogotá se convierte en una urbe costosa para vivir
La capital del país ascendió 60 escalafones en el ranking sobre el costo vida elaborado por Mercer. El fenómeno, además de golpear a la población local, tiene impactos significativos en la movilidad laboral de empleados internacionales que llegan a la ciudad.
Miguel Ángel Vivas Tróchez
Desecho en partículas de gastos hormiga, pasajes de bus y otras obligaciones, los billetes de $50.000 son ahora una fracción de dinero efímera e insuficiente. La urbe no ha sido ajena a la tendencia inflacionaria de los últimos dos años y los bogotanos han experimentado un incremento considerable en el coste de vida. El dinero que entra a los hogares por diversas causas se torna exiguo frente al alza de los bienes y servicios, por lo cual, las familias deben ser cada vez más precisas en sus gastos para lograr completar el mes la liquidez necesaria.
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Desecho en partículas de gastos hormiga, pasajes de bus y otras obligaciones, los billetes de $50.000 son ahora una fracción de dinero efímera e insuficiente. La urbe no ha sido ajena a la tendencia inflacionaria de los últimos dos años y los bogotanos han experimentado un incremento considerable en el coste de vida. El dinero que entra a los hogares por diversas causas se torna exiguo frente al alza de los bienes y servicios, por lo cual, las familias deben ser cada vez más precisas en sus gastos para lograr completar el mes la liquidez necesaria.
Aunque el coste de vida en una ciudad estratificada como Bogotá es per se un objetivo de análisis relativo, y con varias aristas por medir, hay indicadores generales que demuestran una clara tendencia al alza. El último de ellos salió del último ranking de Coste de Vida 2023, el cual es elaborado por la consultora mexicana Mercer. Si bien, el ranking mide los gastos de manutención de los trabajadores internacionales y nómadas digitales en las ciudades, las variables de análisis empleadas para elaborar el escalafón también aplican, de cierta manera, para el nivel de gasto local.
Así lo piensa el economista Jorge Yaulema, quien menciona a este diario que los datos de los precios que recolectó la entidad aplican de igual forma para la población nativa “porque es el mismo territorio, y pese a ser extranjeros, consumen casi los mismos bienes y servicios que están disponibles para los ciudadanos locales”. Sin embargo, advierte, “se debe tener en cuenta cierto tipo de sesgos, como que, por ejemplo, los trabajadores internacionales residen, sobre todo, en zonas de estratos socioeconómicos medios y altos”.
El tipo de ingreso, es de igual modo un aspecto diferencial para medir los alcances del estudio. “Los salarios de un trabajador internacional, o nómada, son depositados en divisa extranjera, lo cual hace que su ingreso esté por encima de gran parte de los trabajadores locales y esto, por otro lado, los hace más resilientes a la inflación”, explicó. En otras palabras, los estándares de la encuesta se miden con las remuneraciones internacionales, y no con las locales. Pero más allá de esto, resulta curioso para Yaulema que, incluso para este tipo de salarios, el coste de la vida en la ciudad haya incrementado.
Asimismo, el experto señala que la información más confiable sigue siendo la suministrada por el Dane, dado que se trata “de una entidad nacional con pleno contexto de la situación y con un seguimiento periódico y detallado de la inflación en las capitales del país”.
El ranking de Mercer
Ya en materia de datos, los de la encuesta en mención, señalan que Bogotá subió 60 puestos en el ranking de las ciudades más costosas para vivir, al pasar del puesto 234 al 174. El valor de subsistencia para empleados internacionales en la ciudad superó a otras ciudades del continente como La Paz, Asunción, San Salvador y Brasilia.
Zulma Santamaría, Consultora Senior de Talento para Mercer Colombia, Centroamérica y Caribe, indicó que Bogotá fue una de las metrópolis con mayor volatilidad en el coste de los bienes y servicios. “Bogotá, es una de las ciudades del mundo que más variaciones tuvo en el último año. Esta metrópoli escaló 40 lugares en el Ranking de Costo de Vida de Mercer, y se proyecta como una de las más costosas en la región. El incremento del valor de servicios y productos analizados en nuestro estudio puede estar impactado por el incremento del índice de inflación, que en mayo fue del 7,16 %, y la volatilidad del precio del dólar. Estos elementos son claves tenerlos en cuenta para replantear las estrategias de compensación de las organizaciones, las cuales deben estar alineadas a esta nueva realidad de la ciudad y del país”, explicó.
Categorías como ropa y calzado, servicios del hogar, suministros domésticos, cosméticos, alimentos y transporte incrementaron entre el 5 % y el 7 %. Incluso, rubros como el de los servicios públicos experimentaron un incremento del 9 %. Aunque no lo incluyó entre los factores que más influyen en el coste de vida para Bogotá, la información que acompaña el ranking menciona al precio de la vivienda como el espectro que más jalonó el gasto de los trabajadores internacionales alrededor del mundo. De ahí, que en ciudades como Hong Kong y Singapur —las cuales ocuparon los dos primeros lugares del ranking— el precio de los arriendos y de la finca raíz haya sido el principal catalizador inflacionario.
Después de los resultados entregados, El Espectador extrapoló los datos de la encuesta con los que suministró el Dane para mayo del presente año, con el fin de ver las coincidencias de los dos universos estadísticos. Por otro lado, consultamos a ciudadanos locales y a un “nómada digital”, para equiparar las diferencias y similitudes en su nivel de gasto mes a mes. Al menos de manera parcial, al colmo de la reducida muestra.
Trabajador internacional vs local
Jean Durand es programador de soluciones digitales para una reconocida empresa transnacional. Vive en Colombia hace 7 años y se mudó desde Lyon (Francia) al país, atraído por el clima, la comida, y otros amigos suyos que previamente se mudaron a Colombia. Durante los primeros 4 años vivió en Medellín, pero luego decidió moverse a Bogotá atraído por el ecosistema de emprendimientos tecnológicos. Su salario, que le depositaban mes a mes en dólares, supera los 7 salarios mínimos mensuales de nuestro país. Su ingreso le permite vivir de manera holgada en Bogotá y rara vez, por no decir nunca, debe afrontar dificultades económicas. Sin embargo, ello no excluye que haya percibido un leve incremento en el costo de vida la ciudad. “Sobre todo en el tema del alquiler, todos los años incrementa entre el 4 % y el 5 %, y otras opciones que he visto son todavía más costosas. Los servicios públicos llegan más caros, también, sobre todo la energía, me sube cada mes, aunque a veces entiendo que sea por mi trabajo. De todos modos, respecto a mi nivel de consumo, si he visto un incremento”, explica Durand.
Durand gasta su dinero, sobre todo en viajes, y vive en cercanías de Rosales, uno de los barrios más exclusivos de Bogotá. Su gasto en transporte es prácticamente nulo (toda su labor es remota) y el resto de su salario se va en actividades de autocuidado, ocio y cenas en restaurantes, cuyas cuentas, argumenta, también le han resultado más caras durante el último tiempo.
Más, sin embargo, las “penurias” de este trabajador internacional son casi una nimiedad, al lado de las responsabilidades económicas de un bogotano local, con un salario en pesos. Con el repunte de los escasos rayos del alba que se cuelan por su ventana, Francisco Díaz ingresa a la ducha para darse un baño rápido. A partir de las 6:00 A.M. hora exacta de salida, empieza una carrera contrarreloj para llegar a su lugar de trabajo en Titán Plaza.
Su hora de ingreso, como asesor bancario, comienza a las ocho de la mañana, el cual cumple con escasos dos minutos de anticipación, que se esfuman rápidamente entre su ingreso a la sucursal y el camino hasta su escritorio. Reside en Ciudadela el Recreo, en la parte limítrofe de Bosa con el Río Bogotá. La forma de transporte más rápida es la ruta de Transmilenio que aborda en el Portal Américas, al cual debe llegar en un bicitaxi (para demorarse 10 minutos) o a pie (para gastarse media hora). El gasto mensual para costear esta cadena de transporte ronda los $200.000, lo cual representa el 10 % de su salario. Evidentemente, vivir en este sector no obedece a un gusto personal por la zona, sino más bien a que es el único lugar en donde encontró un arriendo que puede costear junto a su tío, con quien vive hace un año.
En sus ratos libres busca lugares más cercanos a su lugar de trabajo, pero la imposibilidad de asumir un canon de arriendo en solitario, junto a los servicios y el mercado, tumban casi siempre sus aspiraciones. “No encuentro arriendos por debajo del millón de pesos, a lo que, si uno le suma servicios y mercado, se termina consumiendo más de la mitad del sueldo. Luego está el transporte y los imprevistos, que se lo llevan todo en cuestión de dos semanas”, menciona Díaz.
Lo que jalona los precios
No es una coincidencia que el sueldo de este ciudadano se vaya, sobre todo, en atender gastos relacionados con la vivienda, el transporte y la comida. De acuerdo con el Dane, en su informe del IPC de la ciudad para el mes de mayo, la variación de productos más significativa se dio en los rubros de alojamiento, agua, electricidad, gas y otros combustibles (0,60 %), la cual contribuyó con 0,18 puntos porcentajes a la inflación de la ciudad. La segunda actividad con mayor incidencia en el alza fue alimentos y bebidas no alcohólicas (0,93 %), que contribuyó 0,15 p.p. Por el lado del transporte público, se evidenció una contracción del -0,15 %.
Actualmente, para mayo, la ciudad presenta una variación mensual del IPC del 4,04 %, 2,2 p.p. menos que para el mismo periodo de 2023, y un 0,26 % por encima de la media nacional. La variación anual, para lo corrido de 2024, registra un 7, 24 %, un 5 % menos que para el periodo inmediatamente anterior, cuando se encontraba en el 12, 29 %.
A pesar del comportamiento de los indicadores locales, el experto Yaulema refiere que los rubros del hábitat y los servicios públicos, continúan infligiendo un daño significativo a los bolsillos de los bogotanos. “Son sectores en donde las personas gastan la mayor parte de sus ingresos, y si son los más costosos, pues lógicamente tendrán un impacto relevante, por más que los indicadores, a nivel macro, tiendan a la baja”, sentenció.
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