Lluvias se intensifican en Bogotá, pero continúan ausentes en el embalse de Chuza
Mientras las calles de Bogotá parecen ríos, el embalse de Chuza continúa en descenso. Autoridades insisten en el ahorro de agua.
Las lluvias regresaron a Bogotá y, consigo, el entusiasmo sobre una pronta salida a la crisis de abastecimiento de agua que actualmente atraviesa la ciudad. No obstante, a pesar de que las precipitaciones no dejan de ser una buena señal en medio de la sequía, la situación de los embalses que surten a la capital del recurso líquido permanecen en cuidados intensivos.
Continúe leyendo en la sección: En Bogotá seis personas al día son intoxicadas con escopolamina y otras sustancias.
De acuerdo con el más reciente informe sobre el nivel de los embalses, el sistema de Chingaza, del cual la ciudad obtiene cerca del 70 % del agua potable que consume (porcentaje que se ha reducido debido a los ajustes operacionales en la planta Tibitoc) se encuentra al 44 % de su capacidad.
Este porcentaje es el resultado de la sumatoria del agua que actualmente hay en los dos embalses que componen el sistema: Chuza y San Rafael. Mientras que en San Rafael presenta un nivel del 78 %, el porcentaje de Chuza se sitúa en el 33 %.
Los anteriores porcentajes se explican, en gran medida, por la localización que han tenido las lluvias de los últimos días en el sistema. Si bien, San Rafael ha incrementado su nivel gracias a las precipitaciones de esa semana, sobre el embalse de Chuza no ha caído ni una sola gota del aluvión invernal que está atravesando la región.
Esto no deja de ser preocupante, sobre todo teniendo en cuenta que, del sistema Chingaza, el embalse de Chuza es el que mayor volumen de agua proporciona a la ciudad, con 254 millones de metros cúbicos de agua de capacidad. Tanto es así, que el nivel de este embalse ha permanecido en tendencia descendente durante la última semana, e incluso se redujo un 0,4 % pese al torrencial aguacero de anoche.
Esto quiere decir, de acuerdo a las medidas anunciadas hace un mes por la Alcaldía, que la ciudad necesita mantener las medidas de ahorro del líquido para evitar la llegada del día cero: cuando el sistema Chingaza llegue al 35 % de su capacidad total y el Distrito deba endurecer la medida de racionamiento de agua.
Por lo tanto, a pesar de que las lluvias de esta semana son un buen síntoma, y que funcionan para labores de recolección de aguas lluvias, la ciudadanía no debe bajar la guardia. Empresas y hogares, por igual, deben emplear de la mejor forma el recurso, mientras la tendencia climática mejora y permite que el agua comience a caer en donde la necesitamos: en el embalse de Chuza.
Le puede interesar: Siniestralidad vial tiene en jaque a Bogotá: suben muertes e imprudencias en 2024.
Para conocer más noticias de la capital y Cundinamarca, visite la sección Bogotá de El Espectador.
Las lluvias regresaron a Bogotá y, consigo, el entusiasmo sobre una pronta salida a la crisis de abastecimiento de agua que actualmente atraviesa la ciudad. No obstante, a pesar de que las precipitaciones no dejan de ser una buena señal en medio de la sequía, la situación de los embalses que surten a la capital del recurso líquido permanecen en cuidados intensivos.
Continúe leyendo en la sección: En Bogotá seis personas al día son intoxicadas con escopolamina y otras sustancias.
De acuerdo con el más reciente informe sobre el nivel de los embalses, el sistema de Chingaza, del cual la ciudad obtiene cerca del 70 % del agua potable que consume (porcentaje que se ha reducido debido a los ajustes operacionales en la planta Tibitoc) se encuentra al 44 % de su capacidad.
Este porcentaje es el resultado de la sumatoria del agua que actualmente hay en los dos embalses que componen el sistema: Chuza y San Rafael. Mientras que en San Rafael presenta un nivel del 78 %, el porcentaje de Chuza se sitúa en el 33 %.
Los anteriores porcentajes se explican, en gran medida, por la localización que han tenido las lluvias de los últimos días en el sistema. Si bien, San Rafael ha incrementado su nivel gracias a las precipitaciones de esa semana, sobre el embalse de Chuza no ha caído ni una sola gota del aluvión invernal que está atravesando la región.
Esto no deja de ser preocupante, sobre todo teniendo en cuenta que, del sistema Chingaza, el embalse de Chuza es el que mayor volumen de agua proporciona a la ciudad, con 254 millones de metros cúbicos de agua de capacidad. Tanto es así, que el nivel de este embalse ha permanecido en tendencia descendente durante la última semana, e incluso se redujo un 0,4 % pese al torrencial aguacero de anoche.
Esto quiere decir, de acuerdo a las medidas anunciadas hace un mes por la Alcaldía, que la ciudad necesita mantener las medidas de ahorro del líquido para evitar la llegada del día cero: cuando el sistema Chingaza llegue al 35 % de su capacidad total y el Distrito deba endurecer la medida de racionamiento de agua.
Por lo tanto, a pesar de que las lluvias de esta semana son un buen síntoma, y que funcionan para labores de recolección de aguas lluvias, la ciudadanía no debe bajar la guardia. Empresas y hogares, por igual, deben emplear de la mejor forma el recurso, mientras la tendencia climática mejora y permite que el agua comience a caer en donde la necesitamos: en el embalse de Chuza.
Le puede interesar: Siniestralidad vial tiene en jaque a Bogotá: suben muertes e imprudencias en 2024.
Para conocer más noticias de la capital y Cundinamarca, visite la sección Bogotá de El Espectador.