Los claroscuros que deja la muerte de cadete atlanticense por IRAG
El joven Cristopher Blanco falleció el pasado 3 de febrero por un diagnóstico relacionado con una Infección Respiratoria Aguda Grave (IRAG). Su familia tiene una versión que contradice la oficial.
Hermetismo. Esa era la sensación general en los pasillos del Hospital Militar, al término de la rueda de prensa que citaron en la mañana de ayer los altos mandos militares, para dar explicaciones por los hechos que rodean el brote de Infección Respiratoria Aguda Grave (IRAG) y la muerte de un cadete, de 18 años. En las habitaciones del centro asistencial permanecen tres pacientes, uno de ellos en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), así como varios más en observación y aislamiento preventivo, para evitar que propagación de la enfermedad.
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Hermetismo. Esa era la sensación general en los pasillos del Hospital Militar, al término de la rueda de prensa que citaron en la mañana de ayer los altos mandos militares, para dar explicaciones por los hechos que rodean el brote de Infección Respiratoria Aguda Grave (IRAG) y la muerte de un cadete, de 18 años. En las habitaciones del centro asistencial permanecen tres pacientes, uno de ellos en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), así como varios más en observación y aislamiento preventivo, para evitar que propagación de la enfermedad.
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El encuentro con la prensa se dio en medio de las denuncias de la familia del cadete Cristopher Blanco, por ahora la única víctima fatal del brote, que señala al Ejército, no solo de posibles malos procedimientos médicos, sino de haber sometido al joven a esfuerzos físicos, que pudieron influir en su deceso.
De acuerdo con la Secretaría Distrital de Salud, la alerta surgió a raíz de un “brote de Infección Respiratoria Aguda Grave (IRAG), potencialmente asociado a un virus circulante de Influenza AH3N2”. Hasta el momento, sostiene la entidad en un comunicado fechado el 6 de febrero, “se identificaron 268 casos expuestos y 103 sintomáticos. De esos, 99 se encuentran en condición clínica estable, ubicados en área de observación, de los cuales 11, al momento, ya están recuperados”.
Por otro lado, de los casos presentados, hay tres priorizados en las salas del hospital Militar, dos de ellos permanecen en hospitalización general, y el otro paciente se encuentra en la Unidad de Cuidados Intensivos intermedia. Cabe recordar que la mayoría de los afectados “son menores de edad, recién graduados del colegio, que empiezan sus estudios militares en la Escuela José María Córdova”, según le confirmó a este medio la oficina de prensa del hospital Militar.
“A Cristopher lo dejaron morir”
“No entendemos nada. A él le dieron pañitos de agua tibia para tratarle una tos y una fiebre, porque seguramente pensaban lo que él tenía no era tan grave. Además, a él no le dieron los medicamentos que necesitaba a raíz de su condición o, por lo menos, no se los suministraron cuando debían hacerlo, y luego fue demasiado tarde”, le confirmó este martes a El Espectador un familiar cercano al cadete Blanco Vásquez, minutos después de su sepelio, que se realizó en el municipio de Sabanalarga, en el departamento del Atlántico, lugar de su nacimiento.
De acuerdo con la Escuela Militar, a Cristopher, quien era alumno del Batallón de Cadetes N°1, el tres de febrero lo trasladaron de la Escuela al Hospital Militar por “sintomatología respiratoria aguda. Lamentablemente, siendo las 22:05 horas el hospital reportó el fallecimiento del alumno Blanco Vázquez”, se lee en el comunicado de prensa emitido por el Ejército.
Según confirmó Leydi Vázquez, madre de Cristopher, en una entrevista, el domingo 28 de enero lo fue a visitar y notó que estaba congestionado, pero en ese momento el joven no tenía más sintomatología. Días después fue trasladado al dispensario de la Escuela Militar, a raíz de las altas fiebres y la persistencia de la congestión. Hasta ahí se pensaba que era una gripa fuerte.
“Los medicamentos que a él le llevaron, incluso, tuvo que costearlos la familia, porque en la Escuela no se los suministraron. No entendemos por qué, él estando tan delicado de salud, fue obligado a hacer ejercicio físico. Tuvo que realizar pruebas de natación y nosotros creemos que eso incidió de manera definitiva en su posterior crisis, pues su sistema respiratorio ya estaba afectado”, le manifestó a este medio, en medio de su dolor, el familiar del joven cadete, cuyo gusto por la milicia fue heredado de su padre, también militar.
Asegura la familia que, pasados tres días del deceso, las autoridades no les han respondido sus inquietudes y tampoco saben, a carta cabal, qué fue lo que sucedió con su ser querido. “Se supone que lo dejamos en sus manos, él entró lleno de vida y 20 días después nos lo entregan en una caja. Y nadie dice nada”, puntualizó.
¿Qué dice el Ejército?
En la rueda de prensa, el mayor general Carlos Alberto Rincón, director del hospital Militar, respondió a los señalamientos y aseguró que al cadete fallecido, efectivamente le suministraron medicación: “Respecto a los medicamentos, eso está en proceso de verificación, si se hizo la entrega o no de los medicamentos de manera oportuna. Ahí en el registro de la historia clínica aparece que sí recibió el primero de febrero algunos analgésicos, antihistamínicos y una ampolla de un analgésico intramuscular. Esperemos a que completemos la investigación y la verificación de todas las fuentes, para poder dar una información confiable y fidedigna y poder hacer un análisis de la calidad, la pertinencia y la oportunidad de la atención que recibió el cadete en ese momento”, señaló el alto mando.
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Entre tanto, en las familias de los 268 muchachos expuestos a la infección, reina el hermetismo, pues tendrán que esperar un periodo de, por lo menos, siete días para saber en qué condiciones avanza el virus y cómo reaccionará el sistema inmune de los contagiados. Por ahora, el Ejército acogió la recomendación de la Secretaría de Salud de declarar la cuarentena en la Escuela de Cadetes hasta el próximo miércoles 14 de febrero, fecha en que habrá transcurrido un periodo prudente para establecer el desarrollo del virus.
Las investigaciones relacionadas con el deceso serán las que dictaminen si los señalamientos de la familia del joven fallecido tienen asidero o, si por el contrario, el Ejército cumplió con el deber de prestar la atención médica necesaria. Los demás jóvenes que resultaron contagiados permanecerán en aislamiento y en permanente control para garantizar, además de su bienestar, que la cadena de contagios no se siga expandiendo.
La Secretaría de Salud ha sido enfática en que estos casos no suponen una alerta para la población general, debido a que este tipo de infecciones son las más comunes en el mundo y, en la gran mayoría de casos, resultan leves. No obstante, dependiendo del estado de salud de la persona afectada, puede complicarse y derivar en diagnósticos complejos como neumonías.
La recomendación general, teniendo en cuenta que el virus actualmente circula en el país, es no bajar la guardia: mantenga los espacios ventilados, use tapabocas si siente síntomas o está expuesto a alguien que los tenga y procure vacunarse contra la influenza y el Covid-19.
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