En el listado de la Contraloría de Cundinamarca de elefantes blancos, figura un complejo cultural para Fusagasugá que debió haber sido entregado en 2011.
Foto: José Vargas
Las obras inconclusas, los elefantes blancos y la corrupción siempre parecen ser más rápidos que la justicia. Y Cundinamarca podría ser ejemplo de esta premisa. Pese a que se tienen identificados alrededor de 100 obras paralizadas por líos con su contratación, han sido pocos los llamados a responder.
Por Miguel Ángel Vivas Tróchez
Periodista egresado de la Universidad Externado de Colombia interesado en Economía, política y coyuntura internacional.juvenalurbino97 mvivas@elespectador.com