Los enredos de la elección del nuevo contralor de Bogotá
A los errores en el Concejo, el retraso por la pandemia (que le restará tiempo al período del elegido) y la tutela por no respetar la equidad de género ahora se suma un error en la calificación. ¿El cambio de terna cambiará los cálculos?
Alexánder Marín Correa
Como están las cosas, ser elegido contralor de Bogotá este año parece un honor con poco atractivo. Y no porque la misión de vigilar el ambicioso plan de inversiones del Distrito sea menos importante, sino porque con cada retraso en la elección (que debió hacerse en abril), el designado tendrá menos tiempo en la entidad. Estará hasta el 28 de febrero de 2022, es decir, 14 meses, que solo alcanzarán para posesionarse, revisar lo que hizo la actual contralora (e) y despedirse. Esto tiene pensando a algunos de los ternados renunciar y esperar el próximo proceso.
LEA: Contralor de Bogotá 2020: cambiaría la terna, por error de la U. Nacional
Detrás de esta realidad hay una seguidilla de errores, reparos y aplazamientos que comenzaron el año pasado, cuando la anterior mesa directiva del Concejo abrió el proceso, pero lo revocaron por errores de procedimiento, y se extienden hasta esta semana (ad portas de la elección), cuando se conoció un error de la Universidad Nacional (encargada del proceso) en la evaluación.
Este último traspié se conoció el miércoles a través de una resolución en la que el Concejo señala que, por un error del equipo técnico, era necesario cambiar el cronograma, para calificar de nuevo la prueba de valoración docente, que modificar la terna integrada de momento por Andrés Castro Franco, Héctor Julio Garzón Vivas y Jairo Alberto Páez Domínguez, quienes se alistaban para la entrevista con la plenaria.
LEA: Lista la terna para elegir contralor de Bogotá
Un año de tropiezos
Aunque esta elección es un trámite que no debe durar más de tres meses, el que está en curso lleva casi un año. Los tropiezos comenzaron a finales de 2019, cuando los concejales del período 2016-2019 abrieron el proceso, para tener el reemplazo de Juan Carlos Granados en abril. Pero con la posesión del nuevo Concejo, se encontraron errores, como que no fue aprobada por la plenaria y que se expidió antes de que la Universidad Nacional presentara su proyecto para convocar al concurso. Esto obligó a revocar el trámite y a empezar de cero.
El yerro se corrigió rápido y se expidió otra resolución el 27 de enero, cumpliendo las formalidades. Esta resolución no estuvo exenta de críticas y, por ejemplo, se cuestionó haber incluido como criterio de evaluación la producción de obras en el ámbito fiscal. No obstante, se tenía cronograma que fijaba el examen el 22 de marzo y la elección a finales de abril. Cuando todo avanzaba, llegó la pandemia y todo quedó en veremos.
Pasados seis meses y con la reactivación de la ciudad, el 11 de septiembre se expidió la resolución que reanudaba el proceso, en medio de las críticas por haber reiniciado en contravía de la orden del Gobierno Nacional, que suspendía los procesos de selección hasta superar la emergencia sanitaria. Argumentando que la directriz no aplicaba para este proceso, se siguió adelante.
El último traspié
Fue así como el 4 de octubre de realizó la prueba de conocimiento, luego se conocieron los resultados consolidados de los 43 aspirantes en carrera y la terna, que dio pie a nuevas reclamaciones, como una tutela que cuestionaba la violación de las normas de equidad de género. A esta se suma el reclamo por los errores de la Universidad Nacional en la evaluación de la experiencia docente de algunos candidatos y que es justo la que hoy genera un nuevo retraso.
Más información: Terna para elegir contralor de Bogotá: ¿faltó al principio de equidad de género?
Y la historia es la siguiente. Tras revisar las evaluaciones y certificaciones, la Universidad Nacional dio a conocer el 30 de octubre el puntaje consolidado de los aspirantes, que incluye el examen de conocimiento (60 %), la formación profesional (15 %), la experiencia profesional (15 %), la experiencia docente (5 %) y la producción de obras en el ámbito fiscal (5 %). Según el proceso, los tres participantes con los mejores puntajes ganaban el derecho a integrar la terna, de la que saldrá el nuevo contralor.
Fue así como se anunció que los ternados eran Andrés Castro Franco, Héctor Julio Garzón Vivas y Jairo Alberto Páez Domínguez. No obstante, se dieron cinco días hábiles para recibir observaciones de la ciudadanía. Y fue en este plazo que un concursante, que se dedicó a revisar con lupa la evaluación, pidió explicaciones sobre el método usado para calificar la “experiencia docente”, consulta que develó el error.
LEA: Elección del Contralor de Bogotá: ¿Quién vigilará la plata del metro?
Según un oficio del 3 de noviembre, que le envió la directora del proyecto CID de la Universidad Nacional al supervisor del contrato, el equipo de evaluación encontró efectivamente un error en la calificación de los concursantes que integran la terna, que obligaría a su modificación. Y agrega el documento: “Teniendo en cuenta esto, es necesario acordar de manera urgente las medidas, tanto por la universidad como por la mesa directiva del Concejo, para garantizar los principios de igualdad, transparencia, imparcialidad y debido proceso”.
Todo este asunto involucra puntualmente a dos aspirantes: Jairo Alberto Páez Domínguez y Carlos Enrique Campillo Parra, que terminaron empatados en el tercer lugar del escalafón general. Sin embargo, la universidad le adjudicó el lugar en la terna a Páez Domínguez, al aplicar el primer criterio de desempate, que daba ventaja al que hubiera obtenido la mejor calificación en la prueba de conocimiento. En este punto Páez, con 66,25, superó a Campillo, que obtuvo 63,75.
Pero ahora, con los errores descubiertos en la calificación de la experiencia docente, el panorama cambia. Según las reglas de juego, cada candidato obtenía 10 puntos por cada año como profesor, acumulables hasta un máximo de 100 puntos. Es decir, con 10 años se obtenía el máximo puntaje. Y en este caso, Campillo Parra fue uno de los primeros en reclamar a través de una tutela, porque le reconocieron apenas tres años de experiencia docente, a pesar de haber certificado cuatro. De otro lado, se encontró que a Páez le dieron 100 puntos, a pesar de que su experiencia era inferior a nueve años. Así las cosas, en la corrección de la evaluación es claro que Páez perderá puntos, con lo que se dirimiría el empate inicialmente a favor de Enrique Campillo Parra, quien llegaría a la terna junto a Castro Franco y Garzón Vivas.
Una vez se ratifiquen los cambios y se dé a conocer el próximo martes la nueva terna, los aspirantes serán citados el 12 a entrevistas, para elegir y posesionar al día siguiente al nuevo jefe del ente de control fiscal de la capital, tras un largo proceso en el que el ganador solo tendrá 14 meses para tratar de hacer lo mejor posible en una entidad que merece una excelente administración.
¿Quién será el Contralor?
Héctor Julio Garzon Vivas: Nacido en Bogotá. Es economista y cuenta con una especialización en gerencia de procesos, una maestría en economía y un máster en administración de empresas. El último cargo que reporta su hoja de vida en Función Pública lo ubica como experto en la Inspección General de Tributos, rentas y Contribuciones parafiscales. Cuenta con experiencia profesional desde 1990 en entidades públicas como el Departamento Nacional de Planeación, la Procuraduría y la agencia Nacional de Hidrocarburos, así como docente. En 2016 aspiró también al cargo de Contralor y recientemente a ser alcalde de la localidad de Los Mártires. Como producción bibliográfica cuenta con el libro opiniones y apuntes académicos de economía, finanzas, administración y política. No se conoce experiencia específica en auditorías de gestión de entidades públicas. (LEA MÁS)
Andrés Castro Franco: Natural de Pereira (Risaralda). Es abogado y profesional en ciencias políticas, con especialización en Instituciones Jurídico-Procesales y maestría en derecho procesal penal. Fue contralor auxiliar del excontralor distrital Juan Carlos Granados, cargo al que llegó tras perder en su aspiración por ser Personero de Bogotá en 2015. En ese proceso era la apuesta principal del Partido Liberal, con el que tiene nexos desde 2003 cuando se vinculó como asesor jurídico y fue secretario de su tribunal disciplinario. Su experiencia profesional data desde 2002, cuando fue contratista en el Fondo Nacional de Estupefacientes y ha pasado por la Cámara de Representantes (2006-2008), la Personería de Bogotá (2008-2012), el Ministerio de Justicia (2012-2013) y la Contraloría Distrital hasta 2018. El año pasado laboró como jefe de control interno en la Auditoría General de la Nación Cuenta con experiencia como docente desde 2004 y aunque no se le conocen producciones bibliográficas, sí cuenta con experiencia específica con auditorías. (LEA MAS)
Carlos Enrique Campillo Parra: Oriundo de Valle del Cauca. Es abogado y doctor en derecho. Cuenta con una especialización en derecho comercial y una maestría en derecho penal. Se postuló para el cargo de Contralor General en 2018. En su perfil público se presenta como un profesional con amplia experiencia en administración pública, control fiscal, acciones constitucionales, contratación pública y privada, y asesoría en conformación y funcionamiento de sociedades mercantiles. En lo político, se le vincula con el partido Conservador. Ha sido docente y es autor del libro Poderes del ciudadano Frente al Estado, Celebración de Contratos Estatales y Es Mejor Creer en Dios. (LEA MÁS)
Jairo Alberto Páez Domínguez: Ingeniero Industrial, especialista en Calidad del Producto, en Gobierno y Control y máster en Planificación estratégica. Según su hoja de vida, es profesional especializado de la Contraloría Distrital donde ha laborado desde 1994 hasta la fecha. Ha sido director (e) del Sector Control Urbano, subdirector (e) de Análisis Sectorial de Servicios Públicos, subdirector (e) de Fiscalización en el Sector Servicios Públicos, asesor (e) del Despacho del Contralor y Jefe auditor (e). Profesional especializado
(LEA MÁS)
Como están las cosas, ser elegido contralor de Bogotá este año parece un honor con poco atractivo. Y no porque la misión de vigilar el ambicioso plan de inversiones del Distrito sea menos importante, sino porque con cada retraso en la elección (que debió hacerse en abril), el designado tendrá menos tiempo en la entidad. Estará hasta el 28 de febrero de 2022, es decir, 14 meses, que solo alcanzarán para posesionarse, revisar lo que hizo la actual contralora (e) y despedirse. Esto tiene pensando a algunos de los ternados renunciar y esperar el próximo proceso.
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Detrás de esta realidad hay una seguidilla de errores, reparos y aplazamientos que comenzaron el año pasado, cuando la anterior mesa directiva del Concejo abrió el proceso, pero lo revocaron por errores de procedimiento, y se extienden hasta esta semana (ad portas de la elección), cuando se conoció un error de la Universidad Nacional (encargada del proceso) en la evaluación.
Este último traspié se conoció el miércoles a través de una resolución en la que el Concejo señala que, por un error del equipo técnico, era necesario cambiar el cronograma, para calificar de nuevo la prueba de valoración docente, que modificar la terna integrada de momento por Andrés Castro Franco, Héctor Julio Garzón Vivas y Jairo Alberto Páez Domínguez, quienes se alistaban para la entrevista con la plenaria.
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Un año de tropiezos
Aunque esta elección es un trámite que no debe durar más de tres meses, el que está en curso lleva casi un año. Los tropiezos comenzaron a finales de 2019, cuando los concejales del período 2016-2019 abrieron el proceso, para tener el reemplazo de Juan Carlos Granados en abril. Pero con la posesión del nuevo Concejo, se encontraron errores, como que no fue aprobada por la plenaria y que se expidió antes de que la Universidad Nacional presentara su proyecto para convocar al concurso. Esto obligó a revocar el trámite y a empezar de cero.
El yerro se corrigió rápido y se expidió otra resolución el 27 de enero, cumpliendo las formalidades. Esta resolución no estuvo exenta de críticas y, por ejemplo, se cuestionó haber incluido como criterio de evaluación la producción de obras en el ámbito fiscal. No obstante, se tenía cronograma que fijaba el examen el 22 de marzo y la elección a finales de abril. Cuando todo avanzaba, llegó la pandemia y todo quedó en veremos.
Pasados seis meses y con la reactivación de la ciudad, el 11 de septiembre se expidió la resolución que reanudaba el proceso, en medio de las críticas por haber reiniciado en contravía de la orden del Gobierno Nacional, que suspendía los procesos de selección hasta superar la emergencia sanitaria. Argumentando que la directriz no aplicaba para este proceso, se siguió adelante.
El último traspié
Fue así como el 4 de octubre de realizó la prueba de conocimiento, luego se conocieron los resultados consolidados de los 43 aspirantes en carrera y la terna, que dio pie a nuevas reclamaciones, como una tutela que cuestionaba la violación de las normas de equidad de género. A esta se suma el reclamo por los errores de la Universidad Nacional en la evaluación de la experiencia docente de algunos candidatos y que es justo la que hoy genera un nuevo retraso.
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Y la historia es la siguiente. Tras revisar las evaluaciones y certificaciones, la Universidad Nacional dio a conocer el 30 de octubre el puntaje consolidado de los aspirantes, que incluye el examen de conocimiento (60 %), la formación profesional (15 %), la experiencia profesional (15 %), la experiencia docente (5 %) y la producción de obras en el ámbito fiscal (5 %). Según el proceso, los tres participantes con los mejores puntajes ganaban el derecho a integrar la terna, de la que saldrá el nuevo contralor.
Fue así como se anunció que los ternados eran Andrés Castro Franco, Héctor Julio Garzón Vivas y Jairo Alberto Páez Domínguez. No obstante, se dieron cinco días hábiles para recibir observaciones de la ciudadanía. Y fue en este plazo que un concursante, que se dedicó a revisar con lupa la evaluación, pidió explicaciones sobre el método usado para calificar la “experiencia docente”, consulta que develó el error.
LEA: Elección del Contralor de Bogotá: ¿Quién vigilará la plata del metro?
Según un oficio del 3 de noviembre, que le envió la directora del proyecto CID de la Universidad Nacional al supervisor del contrato, el equipo de evaluación encontró efectivamente un error en la calificación de los concursantes que integran la terna, que obligaría a su modificación. Y agrega el documento: “Teniendo en cuenta esto, es necesario acordar de manera urgente las medidas, tanto por la universidad como por la mesa directiva del Concejo, para garantizar los principios de igualdad, transparencia, imparcialidad y debido proceso”.
Todo este asunto involucra puntualmente a dos aspirantes: Jairo Alberto Páez Domínguez y Carlos Enrique Campillo Parra, que terminaron empatados en el tercer lugar del escalafón general. Sin embargo, la universidad le adjudicó el lugar en la terna a Páez Domínguez, al aplicar el primer criterio de desempate, que daba ventaja al que hubiera obtenido la mejor calificación en la prueba de conocimiento. En este punto Páez, con 66,25, superó a Campillo, que obtuvo 63,75.
Pero ahora, con los errores descubiertos en la calificación de la experiencia docente, el panorama cambia. Según las reglas de juego, cada candidato obtenía 10 puntos por cada año como profesor, acumulables hasta un máximo de 100 puntos. Es decir, con 10 años se obtenía el máximo puntaje. Y en este caso, Campillo Parra fue uno de los primeros en reclamar a través de una tutela, porque le reconocieron apenas tres años de experiencia docente, a pesar de haber certificado cuatro. De otro lado, se encontró que a Páez le dieron 100 puntos, a pesar de que su experiencia era inferior a nueve años. Así las cosas, en la corrección de la evaluación es claro que Páez perderá puntos, con lo que se dirimiría el empate inicialmente a favor de Enrique Campillo Parra, quien llegaría a la terna junto a Castro Franco y Garzón Vivas.
Una vez se ratifiquen los cambios y se dé a conocer el próximo martes la nueva terna, los aspirantes serán citados el 12 a entrevistas, para elegir y posesionar al día siguiente al nuevo jefe del ente de control fiscal de la capital, tras un largo proceso en el que el ganador solo tendrá 14 meses para tratar de hacer lo mejor posible en una entidad que merece una excelente administración.
¿Quién será el Contralor?
Héctor Julio Garzon Vivas: Nacido en Bogotá. Es economista y cuenta con una especialización en gerencia de procesos, una maestría en economía y un máster en administración de empresas. El último cargo que reporta su hoja de vida en Función Pública lo ubica como experto en la Inspección General de Tributos, rentas y Contribuciones parafiscales. Cuenta con experiencia profesional desde 1990 en entidades públicas como el Departamento Nacional de Planeación, la Procuraduría y la agencia Nacional de Hidrocarburos, así como docente. En 2016 aspiró también al cargo de Contralor y recientemente a ser alcalde de la localidad de Los Mártires. Como producción bibliográfica cuenta con el libro opiniones y apuntes académicos de economía, finanzas, administración y política. No se conoce experiencia específica en auditorías de gestión de entidades públicas. (LEA MÁS)
Andrés Castro Franco: Natural de Pereira (Risaralda). Es abogado y profesional en ciencias políticas, con especialización en Instituciones Jurídico-Procesales y maestría en derecho procesal penal. Fue contralor auxiliar del excontralor distrital Juan Carlos Granados, cargo al que llegó tras perder en su aspiración por ser Personero de Bogotá en 2015. En ese proceso era la apuesta principal del Partido Liberal, con el que tiene nexos desde 2003 cuando se vinculó como asesor jurídico y fue secretario de su tribunal disciplinario. Su experiencia profesional data desde 2002, cuando fue contratista en el Fondo Nacional de Estupefacientes y ha pasado por la Cámara de Representantes (2006-2008), la Personería de Bogotá (2008-2012), el Ministerio de Justicia (2012-2013) y la Contraloría Distrital hasta 2018. El año pasado laboró como jefe de control interno en la Auditoría General de la Nación Cuenta con experiencia como docente desde 2004 y aunque no se le conocen producciones bibliográficas, sí cuenta con experiencia específica con auditorías. (LEA MAS)
Carlos Enrique Campillo Parra: Oriundo de Valle del Cauca. Es abogado y doctor en derecho. Cuenta con una especialización en derecho comercial y una maestría en derecho penal. Se postuló para el cargo de Contralor General en 2018. En su perfil público se presenta como un profesional con amplia experiencia en administración pública, control fiscal, acciones constitucionales, contratación pública y privada, y asesoría en conformación y funcionamiento de sociedades mercantiles. En lo político, se le vincula con el partido Conservador. Ha sido docente y es autor del libro Poderes del ciudadano Frente al Estado, Celebración de Contratos Estatales y Es Mejor Creer en Dios. (LEA MÁS)
Jairo Alberto Páez Domínguez: Ingeniero Industrial, especialista en Calidad del Producto, en Gobierno y Control y máster en Planificación estratégica. Según su hoja de vida, es profesional especializado de la Contraloría Distrital donde ha laborado desde 1994 hasta la fecha. Ha sido director (e) del Sector Control Urbano, subdirector (e) de Análisis Sectorial de Servicios Públicos, subdirector (e) de Fiscalización en el Sector Servicios Públicos, asesor (e) del Despacho del Contralor y Jefe auditor (e). Profesional especializado
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