Los Mártires, una guerra por el microtráfico y el crimen organizado
El hallazgo en las calles, el último mes, de seis cadáveres envueltos en bolsas, dicen, tendría relación con el arribo de una nueva organización criminal a la zona, la cual pretende apoderarse del microtráfico. Tras seis años de haber sido desmantelado el Bronx, vuelven a sonar los llamados “Ganchos”, estructuras que dominaban el narcomenudeo y toda actividad ilegal en el centro de Bogotá.
Los seis cadáveres envueltos en bolsas, que el último mes encontraron cerca del centro de Bogotá, serían un mensaje para quien fue su jefe. Son códigos encriptados que, en las dinámicas de la calle y el hampa, se leen como una advertencia: “Se quieren quedar con el negocio y están acabando con la gente”. Los crímenes no los quisieron ocultar. Por el contrario, la intención fue dejarlos expuestos a la ciudadanía y, sobre todo, a los ojos de la delincuencia, para dejar claro que hay una nueva banda que llegó a apropiarse de las líneas del microtráfico.
Gánale la carrera a la desinformación NO TE QUEDES CON LAS GANAS DE LEER ESTE ARTÍCULO
¿Ya tienes una cuenta? Inicia sesión para continuar
Los seis cadáveres envueltos en bolsas, que el último mes encontraron cerca del centro de Bogotá, serían un mensaje para quien fue su jefe. Son códigos encriptados que, en las dinámicas de la calle y el hampa, se leen como una advertencia: “Se quieren quedar con el negocio y están acabando con la gente”. Los crímenes no los quisieron ocultar. Por el contrario, la intención fue dejarlos expuestos a la ciudadanía y, sobre todo, a los ojos de la delincuencia, para dejar claro que hay una nueva banda que llegó a apropiarse de las líneas del microtráfico.
Los cuerpos los encontraron entre el 27 de marzo y el 26 de abril en los barrios Voto Nacional, Plaza España, El Listón, San Antonio y Las Américas. La particularidad: tenían múltiples heridas de arma blanca y señales de tortura. Además, estaban amordazados y envueltos en plástico, casi de la misma forma. Pese a que en los sitios donde los hallaron hay dos sectores que forman parte de otras localidades, esas muertes habrían sido ejecutadas por una organización ilegal, en el terreno que hoy intenta dominar: Los Mártires.
Se trata del corazón de la capital, que ha sido marcado históricamente por la delincuencia común, el tráfico de estupefacientes y manejado por algunos de los capos más buscados, quienes, a pesar de haber quedado en poder de las autoridades, sus nombres siguen haciendo eco en las calles. Hoy esa guerra entre bandas ha cobrado varias vidas, todas ellas, de acuerdo con una fuente cercana al negocio ilícito, encargadas de vender droga a la orden del mítico “Gancho Mosco”.
LEA: Alcaldesa Claudia López asegura que no existen casas de pique en Bogotá
Sumado a la facilidad con la que operan los delincuentes, vendiendo droga y segando vidas, parece estar la parsimonia de las autoridades para atacar este negocio, que está a su vista y se ejecuta a plena luz del día. A solo ocho predios del Comando de la Policía de Bogotá, sobre la avenida Caracas, está uno de estos puntos de narcomenudeo, que estaría en disputa, el cual opera las 24 horas, los siete días de la semana. Además, en ese mismo sector fue donde ejecutaron uno de los crímenes que puso en la agenda pública el nombre de esa localidad.
De acuerdo con cifras de la Secretaría de Seguridad, el homicidio en este punto de la ciudad es uno de los indicadores delictivos más altos. Para 2019 se registraron 66 crímenes, en 2020 fueron 52 (cifra que disminuyó por el confinamiento tras la pandemia), mientras que para el año pasado el número de casos fue de 71. En lo corrido de este año van 12. Si bien estas cifras no obedecen a la guerra entre bandas, sí dejan a la vista que existe una tendencia violenta en la localidad, que permite que las redes delictivas operen con facilidad y amplíen sus negocios.
La misma entidad del Distrito también dio a conocer que, entre enero y marzo de este año, al número único de seguridad y emergencias se han reportado 423 casos de consumo de narcóticos en el sector, siendo el barrio Voto Nacional desde donde más se reciben llamadas. Para el año pasado, en el mismo período, se dieron 553 reportes, siendo esa vez los barrios La Sabana y Santa Isabel los puntos críticos, hecho que demostraría que la criminalidad ha migrado en la misma localidad.
Le puede interesar: Estos son los hombres que transportaron cuerpo que tenía 161 heridas de arma blanca
Una guerra que nunca acabó
Después de desmantelar en 2016 la denominada calle del Bronx o también conocida como La L, los llamados “Ganchos” u organizaciones dedicadas al tráfico de droga se diseminaron. Sin embargo, nunca dejaron de transitar el núcleo de Bogotá. Con su centro de operaciones extinto y con la caída de César González Díaz, alias Homero, y de su medio hermano Óscar Alcántara González, alias Mosco (de quienes dicen manejaban el 50 % del negocio ilícito en el Bronx), así como de Rigoberto Arias Castrillón, alias Rigo, líder del “Gancho Manguera”, sus líneas de distribución se creyeron sepultadas.
De alias Mosco, se sabe que fue detenido en Ecuador en 2013, y pese a que su nombre es popular en el mundo del microtráfico, no existe una condena en su contra por ese delito, sino por un homicidio que ocurrió en 1997, cuando asesinó a un excapo de la calle del Cartucho. En 2017 le otorgaron la libertad condicional.
Finalizados los aplausos para esa operación, que “acabó” con ese centro de acopio de estupefacientes, armas y hasta prostitución infantil, una de estas redes, el “Gancho Mosco” se reorganizó y, señalan, siguió operando, esta vez con mayor capacidad. Se habla de cerca de 30 puntos de distribución y venta de drogas en Los Mártires, también llamados “taquillas”. Además, todo parece indicar que sus tentáculos se extendieron hasta la localidad de Antonio Nariño, especialmente en el barrio El Restrepo, a donde también llegaría su droga.
En contexto: Policía halló un cuerpo en una bolsa plástica en el centro de Bogotá
Un hombre cercano a las filas de los tantos empleados de “Gancho Mosco” y quien habló con El Espectador, aseguró que la estabilidad de este emporio criminal se está viendo afectada en el último mes, precisamente por esas seis muertes que se han presentado. “Esos muertos eran taquilleros (vendedores) de ‘Gancho Mosco’. Los mató otra banda, no se sabe quiénes son, pero se quieren meter y quedarse con las líneas (de distribución)”, informó la fuente.
Pese a que no existen pruebas oficiales de que las víctimas eran parte de dicha organización, sí se sabe que la primera de esta seguidilla de crímenes, un hombre de entre 40 y 45 años, y quien fue hallado sin vida el pasado domingo 27 de marzo en la calle 1ª con carrera 14B (barrio San Antonio, localidad Antonio Nariño) tenía antecedentes que lo vinculaban con el delito de porte de estupefacientes. Por lo menos, así lo dieron a conocer las autoridades.
Otro aspecto que confirmaría que las víctimas forman parte de las redes de microtráfico es que, de acuerdo con información de estos “taquilleros”, los homicidios se han presentado en puntos cercanos a donde están las líneas de expendio de drogas, o incluso en el mismo sitio. Por lo menos así sucedió en el segundo caso, ocurrido el viernes 1° de abril, en la calle 12 con carrera 16 (barrio Voto Nacional, localidad Los Mártires). Allí, en el mismo corredor en donde opera otro de los puntos de venta de estupefacientes, encontraron un cuerpo.
Otras noticias: Alerta por explosivo en el centro de Bogotá terminó en hallazgo de cadáver
El tercer caso, en donde fueron asesinados dos hombres, se dio el 10 de abril en Plaza España, carrera 18 con calle 10 (misma localidad), en el sitio que es identificado como la taquilla “Licores”. “Allá (en Plaza España) solo hay dos ‘taquillas’ (vendedores) y preciso mataron a dos manes”, agrega la fuente.
Cuatro días más tarde, el 14 de abril, un cuerpo, también con heridas de arma blanca y señales de tortura, apareció en unas bolsas en la avenida NQS con calle 26 (límite entre la localidad de Teusaquillo y Los Mártires), pese a que hasta allá no llegarían los tentáculos de “Gancho Mosco”, sería parte del supuesto mensaje que le quieren enviar sus contrarios.
El pasado martes 26 de abril fue hallado un último cuerpo, esta vez en la calle 13 con carrera 17 (barrio El Listón, localidad Los Mártires), sitio en donde opera una “taquilla” conocida como “Siete Mares”. Revisando el mapa de la localidad, queda en evidencia que los cuerpos fueron encontrados en barrios relativamente cercanos al Voto Nacional, sitio que sería apenas uno de los centros de acopio de la droga.
Según el relato del hombre que está vinculado a este negocio criminal, estas líneas están ubicadas de manera estratégica, ya que es por donde circulan sus principales compradores: los habitantes de calle. Además, es donde tradicionalmente han “trabajado”, razón por la cual conocen la zona y se mueven con facilidad. Precisamente sería por eso, por lo próspero que es el negocio y lo céntricas que son sus líneas de comercialización, que otra organización quiere disputarse el terreno.
“No se sabe dónde los matan, pero casa de pique no hay, eso no existe en Bogotá. Los matan en cualquier lado, pero lo que sí hacen es tirarlos en esos puntos, porque además de ser las líneas de distribución y ser vendedores de allí, les mandan mensajes a los capos”, agregó la fuente. Esa misma versión la dio la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, quien a principio de esta semana reiteró que lo que ha ocurrido en la ciudad “es un ajusticiamiento entre organizaciones criminales de narcotráfico”.
El avión y la caja
Son varias dudas las que saltan a la vista: ¿de dónde proviene la droga que se comercializa allí?, y, ¿cómo han sido identificadas las supuestas “taquillas”? Pues bien, según la información obtenida por este diario, que fue corroborada en los puntos que se distribuye la droga, todo es parte de un milimétrico accionar de la organización, el cual ocurre a la vista de la ciudadanía y de la Policía, y a cualquier hora del día.
“A esa casa llega el avión. Es una cantidad grande de marihuana, perico, bazuco, ese es el avión. La persona que llega con la droga a la casa, se le dice así. Abastece la caja todos los días y viene a pie. La caja es una pieza que le arriendan a alguien para que tenga como una bodega con droga. Ahí, en la caja, se surte a las personas que van a comprar para luego revender”, contó la fuente.
“A esa casa también llegan los manes de seguridad de ‘Gancho Mosco’. Son como 10 personas, que llegan a reunirse para dividirse las ‘taquillas’. Van para que estén pendiente de que no haya anomalías. Ellos no venden, pero sí prestan seguridad. Nombran varios sitios: ‘Siete Mares’ (donde ocurrió el crimen del pasado martes), ‘Licores’ (donde fueron hallados los dos cuerpos), ‘Santa Fe’, ‘La Favorita’, ‘El Caño’ (carrera 30 con calle 6) y uno que llaman ‘Torcoroma’. Ese no sé dónde es”, agrega.
Con la droga en la “caja” llegan los “taquilleros”, quienes son en su mayoría habitantes de calle, para abastecer sus bolsillos y salir a los puntos mencionados a vender la droga. Pese a que la “caja” de la que habla la fuente está en el corredor de la calle 8, entre avenida Caracas y carrera 15 (barrio Voto Nacional), esta no sería la que surte a todos los comerciantes de alucinógenos.
Aparentemente, en cercanías a cada una de esas líneas de microtráfico hay “cajas” (habitaciones arrendadas en paga diarios), que funcionan como centro de acopio, para que la droga circule sin peligro de ser identificada por las autoridades. Lo que sí tienen en común todas estas “cajas” y “taquillas” es que comercializan droga empacada en plástico de un mismo color.
La capacidad de la organización es tanta, que tienen su propia identidad, y es el color verde. De esta forma controlan el negocio, pues cada consumidor hace las veces de “informante” de “Gancho Mosco”, quienes se encargan de vigilar que la droga que circula en la localidad de Los Mártires esté empacada en plástico verde.
Pese a que parecía una historia de ficción muy bien pensada, este medio confirmó lo dicho por la fuente cuando esta misma compró una dosis a escasos ocho predios del Comando de la Policía de Bogotá, por un costo de $3.000, la cual venía empacada en dicho plástico. “Cuando tienen otro color se les pregunta y hasta los pueden matar. Con los muertos que hay, se cree que es una banda que se quiere meter y está vendiendo, pero hasta ahora no se han encontrado papeletas de otro color”, concluye el hombre.
Pese a que las acciones de tráfico de estupefacientes en el centro de Bogotá, según los mismos “taquilleros”, se le atribuyen a “Gancho Mosco”, actualmente no hay confirmación de su participación en estas redes delictivas, por lo que no se descarta que hombres que hayan sido parte de su banda en el pasado se hayan apropiado del negocio y sigan operando bajo su nombre.
Lo que resulta extraño es: ¿por qué las autoridades, pese a estar tan cerca de las organizaciones, no han podido desmantelarlas? De hecho, pareciera que ni siquiera las hubieran identificado, pues siguen operando ante sus ojos, y ahora a mayor escala, porque, como quedó demostrado en el último mes, hay vidas de por medio en la cruda guerra que hoy se libra en el centro de la ciudad por dominar el microtráfico.