“Los queremos vivos”: clamor de una familia con tres parientes desaparecidos
Víctor Morales, Yenni Milena Buitrago y Juan Diego Morales salieron de Puente Aranda a cerrar un negocio y no regresaron. Sus parientes piden que los dejen regresar a casa sanos y salvos. Autoridades dicen que la investigación avanza, pero ¿es paisaje el secuestro extorsivo en Bogotá?
María Angélica García Puerto
Nueve días completan desaparecidos tres miembros de un núcleo familiar, de quienes sus parientes no tienen noticias desde el pasado 30 de septiembre. Juan Diego Orjuela Morales, su esposa Yenny Milena Buitrago y su tío Víctor Hugo Morales salieron ese día, a las 7:00 a.m., rumbo al sector de San Andresito de San José, a bordo de una camioneta Renault Captur, modelo 2020, color plata con negro, de placas FVR-018. Allí iban a cerrar un negocio a las 7:30 a.m., pero desde esa hora no se supo más de ellos.
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Nueve días completan desaparecidos tres miembros de un núcleo familiar, de quienes sus parientes no tienen noticias desde el pasado 30 de septiembre. Juan Diego Orjuela Morales, su esposa Yenny Milena Buitrago y su tío Víctor Hugo Morales salieron ese día, a las 7:00 a.m., rumbo al sector de San Andresito de San José, a bordo de una camioneta Renault Captur, modelo 2020, color plata con negro, de placas FVR-018. Allí iban a cerrar un negocio a las 7:30 a.m., pero desde esa hora no se supo más de ellos.
El Espectador habló con Johana Morales, madre de Juan Diego, hermana de Hugo y suegra de Yenny, quien ha estado en diálogo con las autoridades para conocer cómo avanza la búsqueda de sus parientes. Con una mezcla de esperanza y tristeza, ella pide públicamente que los dejen regresar a casa sanos y salvos. “Mi hijo y mi hermano son comerciantes de oro, finca raíz, vehículos, etc. y tienen su empresa. Salieron de la casa, desde Puente Aranda, y como siempre, les daba la bendición y me dijo que regresaban en poco tiempo”, cuenta.
Por costumbre, ellos se comunicaban cada hora. Sin embargo, ese día, al no hacerlo, la incertidumbre comenzó. “Somos unidos. Por eso, cuando eran las 8:00 a.m. le escribí. Lo llamaba y no contestaba. Le marqué a mi hermano y a mi nuera, y tampoco. Los teléfonos sonaban apagados. Ahí dije: ‘Algo pasó’”. De tanto insistirle al celular de su hijo, aproximadamente dos horas después, un señor contestó, se identificó como un trabajador del 7 de agosto y “nos dijo que se había encontrado el teléfono de Juan Diego y que no tenía problema en devolverlo. Fui y lo recuperé”.
Es así como, desde el 30 de septiembre, interpusó la denuncia por desaparición y a la fecha el caso sigue en investigación como secuestro. Como antecedente existe unas amenazas contra Juan Diego en el ejercicio de su labor de comerciante. “No sabemos qué tipo de amenazas. No nos han llamado a pedir dinero, ni tampoco hemos ofrecido recompensa. Estamos esperando que me contacten”, indicó Johana.
Si bien hasta el momento las autoridades no han identificado a los responsables, hay indicios y videos de cámaras de seguridad. Incluso, lograron localizar la camioneta en La Estanzuela, en San Andresito de San José y en el 7 de agosto, por donde los vieron pasar. Asimismo, las personas con las que iban a realizar el negocio son parte de la indagación, “pues no sabemos si están involucradas”. Johana Morales, aseguró que el Gaula, la Fiscalía, la Sijín y el Ejército los están buscando “por tierra, mar y aire, porque no se descarta que los hayan sacado de Bogotá o del país.
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“Las investigaciones están muy avanzadas y confió en que vamos a dar con el paradero de ellos, porque no ha sido fácil esta situación”. Para sus allegados, las horas pasan lento. Por eso Johana se dirige a los posibles captores para que les respeten la vida y los liberen. “Solicitamos que tengan conciencia, que también tienen familia y no les gustaría que pasara algo así. Esto se puede solucionar, pero que nos los devuelvan con vida. No vamos a parar hasta que los encontremos”, sentenció.
Así se mueve el secuestro
Según el Gaula de la Policía, este año se han registrado 10 casos de secuestro simple, frente a 11 en 2023. “El análisis nos permite decir que no existe una banda dedicada al secuestro extorsivo, que haga seguimiento, persecución criminal a sus víctimas. Los que se han presentado están enlazados con otro tipo de delitos”, aseguró el teniente coronel, Carlos Andrés Cardenas, comandante del Gaula. Sin embargo, al preguntarle por casos como el de los tres familiares, donde las amenazas previas son claves, aclaró que “la denuncia es por desaparición forzada. Eso no baja la gravedad del hecho, pero no estaría dentro de las configuraciones de secuestro simple o extorsivo”. Pero ¿es el secuestro extorsivo un delito en tendencia en Bogotá? Según datos de la Secretaría de Seguridad, a la fecha, las cifras son similares. No obstante, sí hay preocupación por el aumento de la extorsión que, entre enero y agosto, aumentó 83 % (1.587), frente al mismo periodo en 2023 (867).
A pesar de lo que denotan estas cifras, Catalina Miranda Aguirre, coordinadora de Seguridad Ciudadana y Crimen Organizado de la Fundación Ideas para la Paz (FIP), aseguró que este delito no se ha vuelto paisaje en la capital, donde hace una década “fue una modalidad recurrente”. Hoy los delincuentes optan más por cometer este tipo de delitos, incluidos robos y estafas, vía llamadas telefónicas y plataformas digitales.
“La criminalidad ha buscado formas más eficientes que los ‘paseos millonarios’ o secuestros extorsivos (donde hay un subregistro grande), con el fin de exponerse menos”, pero sí destaca que el secuestro y sus modalidades siguen siendo un método de financiamiento para actividades ilícitas, tanto de la delincuencia común como organizada. Entonces, ¿cómo enfrentar este delito?
La experta señala que no solo es importante estudiar en profundidad el fenómeno de la extorsión, sino caracterizar dónde y por qué sucede y cómo responde la gente. “Hay modelos de predicción del delito que funcionan bien si hay datos suficientes. Con criterios de priorización y focalización, uno puede designar policías para incrementar los patrullajes o instalar las cámaras de manera estratégica”, detalló Aguirre.
Los familiares de Víctor, Yenni y Juan Diego los siguen esperando en casa. Solo desean que las autoridades les den la alegre noticia. Mientras tanto, este y otros casos marcan un precedente y plantean la necesidad de fortalecer la capacidad y acción de la fuerza pública ante casos de gran impacto, especialmente en una ciudad donde cada hecho hace que la percepción de inseguridad siga creciendo entre su población.
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