Los retos para el próximo alcalde: la compleja tarea de gobernar Bogotá

A partir de las 8:00 a.m. los seis millones de bogotanos habilitados en el censo electoral podrán acercarse a las 17.785 mesas dispuestas para ejercer su derecho al voto. Al término de la jornada, pasadas las 4:00 p.m., y luego del conteo de votos, se conocerá el reemplazo de Claudia López en la Alcaldía (en caso de triunfo en primera vuelta) o de quienes se enfrentarán en segunda, el 19 de noviembre. Lo cierto es que, independiente del ganador, que el 1.° de enero asumirá el segundo cargo de elección popular más importante del país, lo esperará en el Palacio Liévano una larga lista de tareas, que deberá atender a la mayor brevedad. Estos son algunos temas que enfrentará en sus cuatro años de mandato.

A partir de las 8:00 a.m. los seis millones de bogotanos habilitados en el censo electoral podrán acercarse a las 17.785 mesas dispuestas para ejercer su derecho al voto. Al término de la jornada, pasadas las 4:00 p.m., y luego del conteo de votos, se conocerá el reemplazo de Claudia López en la Alcaldía (en caso de triunfo en primera vuelta) o de quienes se enfrentarán en segunda, el 19 de noviembre. Lo cierto es que, independiente del ganador, que el 1.° de enero asumirá el segundo cargo de elección popular más importante del país, lo esperará en el Palacio Liévano una larga lista de tareas, que deberá atender a la mayor brevedad. Estos son algunos temas que enfrentará en sus cuatro años de mandato.

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Seguridad en Bogotá: asunto urgente

Puede que la primera reunión del alcalde sea con la comandante de la Policía de Bogotá, general Sandra Hernández (si para entonces sigue en el cargo). El encuentro debe ser lo más constructivo posible. No solo por el hecho de que, según las encuestas, la seguridad es el asunto que más preocupa a la ciudadanía, sino que las cifras de delincuencia muestran que es un reto a enfrentar con urgencia.

En un día ordinario, los capitalinos son presa de los amigos de lo ajeno. En Bogotá se denuncian en promedio 400 hurtos a personas (sin contar los que no se reportan). Pero, incluso, sin salir de casa son vulnerables. A diario, según cifras de la Secretaría de Seguridad, 20 residencias son blanco de las bandas de apartamenteros. También los propietarios de carros y motos sufren la inseguridad, que excede el relato de la percepción, al reportar 10 robos cada 24 horas.

Estas cifras alimentan los indicadores de los cuatro delitos que más se incrementaron en Bogotá durante 2023: secuestro (71,4 %), hurto a personas (17,6 %), hurto a residencias (8,2 %), hurto a automotores (6,6 %) y homicidios (6,2 %). De ahí que la zozobra de un bogotano ya no sea solo la de conservar sus pertenencias o la seguridad en su propiedad residencial, sino que el despunte del secuestro y el homicidio hacen que, incluso, la idea de regresar a casa sea una quimera.

Los retos para abordar la problemática, según Alberto Sánchez, investigador en seguridad y defensa, deben aglutinarse en tres ejes estratégicos: criminalidad, orden urbano e inversión y desarrollo de capacidades. En el primero, la Policía, el alcalde y a quien designen secretario de Seguridad deben idear acciones de choque para reducir el hurto y a las bandas criminales detrás del delito. “Hoy la prioridad, en la gestión del alcalde de Bogotá, es encontrar una forma efectiva de lidiar con los delitos contra la propiedad. La gente está asediada”, dice el experto.

Respecto al orden urbano, Sánchez opina que la gestión de tráfico de la ciudad es una de las problemáticas que deben ser priorizadas. “La ciudad fluye mal: atracos en los semáforos, aglomeraciones en Transmilenio y ese reino de nadie que son los buses del SITP. Parte de resolver el tema de la seguridad pasa por atender lo que sucede en el transporte y en el tráfico”, agrega. Otra de las aristas reside en la gestión del espacio público: “Se ha perdido el control sobre muchos espacios de Bogotá, en puntos como el centro, corredores como la Primero de Mayo y ventas informales en sectores como San Francisco”. Esto da pie a riñas, suciedad, expendio de drogas y otros delitos que, a veces, se ocultan detrás de la ocupación de vendedores.

Para atender el alud de inseguridad, hay que revisar los recursos disponibles y la inversión destinada a robustecerlos. Hoy Bogotá presenta un déficit de casi 10.000 uniformados, pero resolverlo tomará más de cuatro años de gobierno. “Bogotá no puede suplir por sí misma el déficit de pie de fuerza. Aquí hay un tema de incorporación, políticas de sostenibilidad y económicas, que no están en manos del Distrito, sino de la nación. Para fortalecer la Policía se requiere un proceso de incorporación. Si bien, el alcalde puede estimularlo con becas, no depende de él”.

Lo que sí puede hacer es gestionar con eficiencia lo que ya se tiene. “Hay gestores de convivencia, personal antievasión y estos actores pueden complementar la labor de los policías y ayudar con el déficit de fuerza en un mediano plazo”, indicó Sánchez, quien agrega que Bogotá cuenta con equipos tecnológicos como drones y cámaras de seguridad.

De igual forma, las redes ciudadanas de seguridad civil, dirigidas por líderes comunitarios en los barrios, las deben seguir apoyando. Gestionar estos activos será el reto que debe asumir el nuevo inquilino del Liévano. En lo referente a la inversión para la construcción de nuevas infraestructuras carcelarias y URI también hay mucho por hacer. En los debates los aspirantes hablaron de una nueva cárcel. Sánchez concuerda en que es necesaria, “pero que debe ser acompañada por un componente social y de derechos humanos que atienda las condiciones infrahumanas que se viven en los centros de detención”, agrega.

Educación, economía y empleo: ejes de sostenibilidad en la capital

Una estrategia de seguridad que pueda ser sostenible en el tiempo debe apoyarse con educación. Roberto Vásquez, sociólogo especialista en derechos humanos, cree que se necesita conocer más el comportamiento demográfico de la ciudad: “Las instituciones distritales deben manejar un enfoque de política pública que se nutra de las expectativas y realidades de los ciudadanos”. En educación, por ejemplo, el reto es reducir la brecha entre colegios públicos y privados en cuanto a calidad de la formación y acceso a educación superior.

Sobre esto, el experto cree que programas existentes, como Jóvenes a la U y Parceros, son buen punto de partida, pero “el reto es fortalecerlos con programas que incentiven el diálogo entre universidades y empresas, o el fomento de asesoría vocacional”. La deserción escolar, tanto en la universidad como en la educación básica y media, es otro factor. Reducirla, en opinión de Diego Maldonado, psicólogo con énfasis en infancia, reside en entender el problema de la salud mental en la ciudad. El reto es promover el incremento de orientadores en los colegios.

Crear nuevos empleos requiere líneas de inversión. María Isabella Muñoz, directora ejecutiva de Invest in Bogotá, comenta en el foro de “Camine Le Contamos Bogotá” de Probogotá región, que “al traer el conocimiento y la tecnología de la innovación extranjera, se elevan los estándares y las prácticas del tejido productivo local. Esto nos permite dar bases sólidas a la economía local”. Esta fuente de recursos, dice el economista Jorge Yaulema, “produce que compañías del exterior, con músculo financiero, se establezcan en el país y requieran de mano de obra local”.

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Tampoco se debe pasar por alto la importancia de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación. Diana Arenas, de Mujer Innova Tic, apunta que el nuevo mandatario deberá “forjar una Bogotá auténticamente inteligente, con soluciones integrales de iluminación, centros de monitoreo, cámaras de seguridad con tecnología de reconocimiento facial y tecnologías emergentes como la inteligencia artificial, el blockchain y el internet de las cosas”.

Yaulema comenta que el tejido económico local se debe fortalecer, sobre todo en las áreas de la construcción, las industrias creativas y los servicios, enfatizando en el turismo, que tiene especial potencial. “Aquí juegan un papel clave los programas que se puedan diseñar desde la Secretaría de Desarrollo, pero también la articulación con la Cámara de Comercio”. El reto consiste, además, en sectorizar el potencial de la ciudadanía en nichos de empleabilidad sostenibles, “técnicos, tecnólogos, profesionales y gente con experiencia son claves”. Añadió que “hoy hay brechas de género en el acceso al empleo, y también por ubicación geográfica”. Generar empleo y, sobre todo, saber distribuirlo en todos los sectores poblacionales es uno de los asuntos pendientes.

Terminar las obras para mejorar el caos de movilidad en el Distrito

La ciudad está en obra. Los trabajos de construcción en corredores como el de la avenida Ciudad de Cali, la carrera 68 y la avenida Caracas, además del despliegue operativo para la construcción de la primera línea del metro, dejan un panorama de maquinaria pesada, polisombras y trancones, generados por los desvíos. Por ende, los proyectos deben ser ejecutados a la mayor brevedad, dice Alejandro Bernal, experto en movilidad.

La principal preocupación del alcalde será la de lidiar con los contratistas para que los tiempos de las obras se cumplan y los trabajos no queden abandonados. Con corte al 3 de septiembre de 2023, siete obras de valorización presentaron retrasos, según el visor de proyectos del IDU. “La ciudad no puede estar a expensas de las obras sin terminar. Hay que hacer una adecuación del cronograma y un trabajo fuerte del IDU en el tema de ingeniería detalle”, opina Bernal.

Aunque algunos contratistas alegan que el incumplimiento y las convocatorias desiertas en procesos de licitación se deben a las altas exigencias del Distrito, estos argumentos no tienen justificación, según el experto, por cuanto “esto permite que solo puedan ser elegidos los mejores contratistas y los más serios. Si es necesario trabajar a dobles jornadas, o incluso triples, pues es una obligación que se debe cumplir. No puede ser que una obra se demore uno o dos años más por este tipo de excusas”.

La primera línea del metro, cuyo avance es del 25 %, sin duda será otro de esos temas candentes para la próxima administración. Si bien el consenso parece ser seguir con la obra elevada, la presión que se viene ejerciendo desde el Gobierno Nacional para hacer un tramo subterráneo seguirá siendo un asunto complejo. El diálogo continuo del alcalde con el consorcio chino a cargo de la obra y la elección correcta del contratista de la segunda línea son tareas que exigen una nota sobresaliente.

Acá se suma otro espinoso tema que deja la actual administración: las obras en la carrera séptima. La alcaldesa López confirmó que la licitación del corredor verde se suspendió por orden de un juez. Frente a este panorama, Alejandro Bernal cree necesario que el próximo alcalde trabaje en una nueva propuesta para mejorar la movilidad de este importante corredor. “No podemos tener a todo el mundo contento. Hay problemas que deben ser atendidos inmediatamente. Aunque la flota de buses eléctricos ha dado una mano, es necesario generar nuevas fórmulas que complementen la oferta en la séptima”, comenta.

Y para rematar, la Región Metropolitana, una figura asociativa que está en marcha y lidera la capital, pero a la que ningún municipio vecino se quiere sumar. Su espíritu y alcance, sin duda, beneficiarán a la ciudad y a la sabana en movilidad, seguridad, servicios públicos y desarrollo urbano, pero será una oportunidad desperdiciada sin un liderazgo que logre sinergias.

Atento el factor político y relación con el Concejo de Bogotá

La administración de Bogotá no solo requiere una perspectiva de política pública. No hay que olvidar que el Concejo y los 45 cabildantes juegan un papel importante en la aprobación y proposición de proyectos de acuerdo de impacto inmediato en la capital. En este sentido, Sebastián López de Castro, profesor de Ciencia Política, apunta a que de una buena o mala comunicación con el cabildo “dependerá que el alcalde cumpla su agenda de gobierno”.

Al respecto, el analista cree que los partidos que mayor representación tendrán en la corporación serán el Nuevo Liberalismo y el Pacto Histórico, cuya fuerza e influencia actuarán de acuerdo con el alcalde electo y el candidato que quede segundo lugar, quien es el llamado a liderar la oposición (en caso de aceptar la curul), según lo estipulado por el Código Electoral.

El 1.° de enero de 2024 el alcalde deberá leer con juicio la carpeta con un centenar de obligaciones pendientes y las que se echó al hombro en su programa de gobierno, para los cuatro años de mandato. El reto de gobernar a Bogotá es tan grande como su potencial. Rodearse de los mejores funcionarios en las secretarías, alcaldías locales y demás espectro institucional le facilitará las cosas. Ninguna tarea es aplazable y casi todas tienen prioridad. Al ojo del buen estadista, las tareas pueden relegarse una tras otra y la solución de un problema seguro arrojará los insumos para resolver otros tres. Pero también a la inversa, tapar mal un hueco puede hacer que otros cinco se compliquen. La balanza entre ambos escenarios, en todo caso, será asunto del candidato que hoy, o en su defecto el 19 de noviembre, sea electo por los bogotanos habilitados para votar.

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