Los retos que tendrá Bogotá en salud y educación en 2022
Algunos de los desafíos serán reforzar el Plan de Vacunación, reducir las brechas digitales y facilitar el acceso a la educación superior.
Cristian Camilo Perico Mariño
Arranca el tercer año de mandato de la alcaldesa Claudia López y tendrá que hacer frente a diversos retos que quedan tras la pandemia. Hasta la fecha la Alcaldía ha tenido un enfoque que ha priorizado la gestión social y el fortalecimiento de los sistemas de salud. Ahora, con la reactivación, llegan nuevos retos en salud y educación.
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Salud
Desde octubre se viene hablando de la inminencia de un cuarto pico de contagios en Bogotá. Así lo indicó el jefe de esta cartera, Alejandro Gómez, en entrevista con El Espectador. Aunque las cifras de contagios estuvieron controladas durante el último trimestre, los registros actuales muestran que ahora sí un nuevo pico está cerca. De esta manera lo sugiere la tendencia al alza de casos activos reportados en la ciudad, que pasaron del 3 % al 17 % antes de finalizar el año.
A la fecha en la capital hay 1′487.264 casos activos, de los cuales 2.473 los confirmaron el 2 de enero, cifra que corresponde al 28,7 % del total de pacientes reportados con covid-19 en el país. Esto sin mencionar que ya fue confirmada la presencia de la variante ómicron, como lo anunciaron el pasado 30 de diciembre la alcaldesa López y el Comité Epidemiológico Distrital.
Por esto, uno de los principales desafíos será seguir reforzando el Plan de Vacunación. Aunque la meta para el 31 de diciembre era que el 90 % de los ciudadanos tuvieran el esquema completo, no se logró. A la fecha se han aplicado 11,9 millones de dosis de biológicos contra el covid-19, lo que se traduce, según el Observatorio de Salud, en que el 83 % de la población cuenta con el esquema completo de vacunación, mientras que el 92,8 % tiene la primera dosis.
Pero la inoculación no bastará para sobrellevar el cuarto pico, de manera que se tendrá que prestar de nuevo atención al total de unidades de cuidados intensivos (UCI) disponibles en los centros hospitalarios. En la actualidad se cuenta con 1.708 camas dispuestas para pacientes con covid-19, de las cuales el 59,4 % ya están ocupadas. A esto habrá que sumarle también el aumento de los servicios gratuitos de pruebas PCR, que se realizan a diario en la ciudad y permitirán identificar el comportamiento de la nueva mutación.
Según la epidemióloga Claudia Vaca, hay que hacer énfasis en el seguimiento de las secuelas a largo plazo que ha dejado esta patología en las personas que se han recuperado del contagio. Sugiere, al igual que otros expertos, que se debe planear desde ya un manejo especializado en las enfermedades musculares, respiratorias, reumáticas y neurológicas desencadenadas por el covid-19.
Por su parte desde los gremios médicos se ha solicitado el desarrollo de políticas de reconocimiento y remuneración, para quienes le han hecho frente a la atención hospitalaria. Todo esto, buscando mejores condiciones laborales, acompañamiento psicológico y protección en salud.
Otro de los retos para este 2022 será la creación de un modelo de salud que cubra la recién creada Región Metropolitana Bogotá-Cundinamarca, debido a la realidad que representa la exposición compartida con municipios cercanos como Soacha, Chía y Cota, desde donde se remiten pacientes en estado crítico.
Luis Jorge Hernández, doctor en Salud Pública, resalta que en Bogotá es necesario diseñar y aplicar un modelo de atención primaria renovada, lo cual permitirá reducir las inequidades en salud; mejorar el acceso a los servicios sanitarios; permitir la participación comunitaria en salud, y empoderar a las instituciones y a las comunidades, de manera que puedan exigir, garantizar y restituir el derecho a la salud.
A esto hay que sumarle que en 2020 aumentaron la tasas de mortalidad materna, malnutrición, cáncer y enfermedades crónicas no transmisibles. La mortalidad perinatal, por ejemplo, pasó de 11,9 % a 13,1 %, reportando 553 casos de fallecimientos hasta el primer trimestre del 2021.
Otra de las prioridades tendrá que ser la atención en problemas de salud mental, fortaleciendo los sistemas ya existentes de servicios psicológicos y de acompañamiento por uso de sustancias psicoactivas. Según cifras de esta cartera, entre 2020 y hasta octubre de 2021 se presentaron 1.406 atenciones relacionadas con el consumo de sustancias y alcohol.
Educación
En este ámbito uno de los grandes retos es la materialización de la presencialidad en el 100 % de las más de 2.000 instituciones educativas de la ciudad, de las cuales 404 son distritales. A finales de julio del 2021, según el Distrito, cerca del 60 % de los estudiantes matriculados en colegios públicos regresaron a las aulas, contando con el acompañamiento del 72 % del total de los maestros de planta del sistema oficial.
Sin embargo, a pesar de que a finales de diciembre el 98 % de los colegios públicos retornaron a clases presenciales, se calcula que el 15 % de los padres no enviaron a sus hijos por temor al contagio. Por lo tanto, el retorno en 2022 implicará garantizar los protocolos de bioseguridad en los entornos educativos. A esto habrá que sumarle que desde los ministerios de Salud y Educación se notificó, el pasado 3 de enero, que en el regreso a clases en el país no habrá restricciones de aforo en ninguna de las etapas de reactivación académica presencial.
Desde la red de madres, padres y cuidadores (Red Papaz) hacen un llamado para que se aseguren las condiciones de sanidad de los menores, mientras se garantiza el acceso al Plan de Alimentación Escolar (PAE) en todos los centros educativos oficiales:
“Estamos preocupados por la alimentación. En las primeras cifras que hemos conocido, particularmente en Bogotá, no hemos mejorado en términos de malnutrición. Por ello los colegios deben migrar a ser entornos alimentarios saludables donde, por ejemplo, tengan acceso gratuito y disponible a agua potable de manera permanente”, afirma Carolina Piñeros, directora ejecutiva de la red.
Le puede interesar: El regreso a los colegios es un hecho: no habrá más restricciones de aforo.
A su vez es importante reconocer que será necesario brindar a los menores acompañamiento para identificar su interacción al volver a un proceso de socialización no virtual en las aulas. Es por ello que se debe priorizar el trabajo en competencias socioafectivas, planteamiento con el cual coincide Julián de Zubiría, director del Instituto de Innovación Pedagógica Alberto Merani, quien explica:
“Las emociones de los niños y jóvenes están en alerta roja. Han sido afectadas por el confinamiento y debilitamiento de la socialización. La prioridad pedagógica tiene que ser el cuidado emocional. Muchos han sido afectados por la violencia familiar y el encierro. Tenemos que fortalecer su autoestima, empatía, flexibilidad, esperanza y resiliencia”.
Asimismo, según este experto, desde el ámbito pedagógico será necesaria una transformación de base, entendiendo que la presencialidad total es indispensable para la salud mental, debido a que la pandemia ha elevado la depresión, tristeza y angustia en niños y jóvenes. Afirmación que se respalda al conocer que, hasta noviembre del 2021, las Rutas Integrales de Atención en Salud Mental en Bogotá de la Veeduría y la Secretaría de Salud atendieron más de 25.000 emergencias en salud mental.
De Zubiría propone fortalecer el trabajo en equipo en los colegios, renovar los sistemas de evaluación y garantizar nuevos currículos que enseñen a niños y jóvenes a pensar, comunicarse y convivir en sociedad, replanteando la concepción de los enfoques netamente académicos, que se basaban en la transmisión de información.
Del mismo modo, se debe seguir avanzando en reducir las brechas digitales en los hogares bogotanos, en los cuales muchos de los menores no cuentan con acceso a dispositivos electrónicos y a conectividad de internet, debido a sus condiciones de vulnerabilidad.
Finalmente, desde la Alcaldía se debe seguir facilitando el acceso de los jóvenes a la educación superior, teniendo en cuenta que las tasas de cobertura han venido disminuyendo desde el 2018. Según datos del Ministerio de Educación, solo el 39 % del total de bachilleres colombianos logró ingresar a educación superior en 2020. Aún no se conocen las cifras del 2021.
Si bien desde el Gobierno Nacional destinaron recursos que permitieron que el 97 % de estudiantes de educación pública superior, técnica y tecnológica, de estratos 1, 2 y 3, tuvieran matrícula gratuita para el segundo semestre de 2021, la administración debe brindar auxilios para la profesionalización de los jóvenes en la capital.
Para enfrentar dicho reto, en la ciudad se están impulsando dos programas: Reto a la U y Jóvenes a la U, los cuales brindan créditos condonables que apuntan a una transformación educativa y al cierre de brechas mediante la generación de nuevos cupos de acceso y permanencia en educación superior en niveles técnico profesional, tecnológico o profesional universitario para jóvenes de instituciones públicas y privadas.
Iniciativas que de manera directa le apuntan a otro de los desafíos que implica la reducción de jóvenes ninis (aquellos que no estudian ni trabajan). De acuerdo con la Veeduría Distrital, antes de la emergencia sanitaria existían 400.000 ninis. Con la pandemia dicho número creció a 665.000 con una preocupación adicional, y es que el 66 % son mujeres.
Estos son apenas algunos de los escenarios en los cuales tendrá que trabajar el Distrito, adoptando estrategias que permitan garantizar el derecho tanto a la atención oportuna en salud como al acceso a educación básica y superior en la ciudad. Indudablemente, el 2022 será un período decisivo para Claudia López y su administración.
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Arranca el tercer año de mandato de la alcaldesa Claudia López y tendrá que hacer frente a diversos retos que quedan tras la pandemia. Hasta la fecha la Alcaldía ha tenido un enfoque que ha priorizado la gestión social y el fortalecimiento de los sistemas de salud. Ahora, con la reactivación, llegan nuevos retos en salud y educación.
Lea también: ¡Ojo! Desde el 1 de enero en Bogotá toda bicicleta debe estar registrada.
Salud
Desde octubre se viene hablando de la inminencia de un cuarto pico de contagios en Bogotá. Así lo indicó el jefe de esta cartera, Alejandro Gómez, en entrevista con El Espectador. Aunque las cifras de contagios estuvieron controladas durante el último trimestre, los registros actuales muestran que ahora sí un nuevo pico está cerca. De esta manera lo sugiere la tendencia al alza de casos activos reportados en la ciudad, que pasaron del 3 % al 17 % antes de finalizar el año.
A la fecha en la capital hay 1′487.264 casos activos, de los cuales 2.473 los confirmaron el 2 de enero, cifra que corresponde al 28,7 % del total de pacientes reportados con covid-19 en el país. Esto sin mencionar que ya fue confirmada la presencia de la variante ómicron, como lo anunciaron el pasado 30 de diciembre la alcaldesa López y el Comité Epidemiológico Distrital.
Por esto, uno de los principales desafíos será seguir reforzando el Plan de Vacunación. Aunque la meta para el 31 de diciembre era que el 90 % de los ciudadanos tuvieran el esquema completo, no se logró. A la fecha se han aplicado 11,9 millones de dosis de biológicos contra el covid-19, lo que se traduce, según el Observatorio de Salud, en que el 83 % de la población cuenta con el esquema completo de vacunación, mientras que el 92,8 % tiene la primera dosis.
Pero la inoculación no bastará para sobrellevar el cuarto pico, de manera que se tendrá que prestar de nuevo atención al total de unidades de cuidados intensivos (UCI) disponibles en los centros hospitalarios. En la actualidad se cuenta con 1.708 camas dispuestas para pacientes con covid-19, de las cuales el 59,4 % ya están ocupadas. A esto habrá que sumarle también el aumento de los servicios gratuitos de pruebas PCR, que se realizan a diario en la ciudad y permitirán identificar el comportamiento de la nueva mutación.
Según la epidemióloga Claudia Vaca, hay que hacer énfasis en el seguimiento de las secuelas a largo plazo que ha dejado esta patología en las personas que se han recuperado del contagio. Sugiere, al igual que otros expertos, que se debe planear desde ya un manejo especializado en las enfermedades musculares, respiratorias, reumáticas y neurológicas desencadenadas por el covid-19.
Por su parte desde los gremios médicos se ha solicitado el desarrollo de políticas de reconocimiento y remuneración, para quienes le han hecho frente a la atención hospitalaria. Todo esto, buscando mejores condiciones laborales, acompañamiento psicológico y protección en salud.
Otro de los retos para este 2022 será la creación de un modelo de salud que cubra la recién creada Región Metropolitana Bogotá-Cundinamarca, debido a la realidad que representa la exposición compartida con municipios cercanos como Soacha, Chía y Cota, desde donde se remiten pacientes en estado crítico.
Luis Jorge Hernández, doctor en Salud Pública, resalta que en Bogotá es necesario diseñar y aplicar un modelo de atención primaria renovada, lo cual permitirá reducir las inequidades en salud; mejorar el acceso a los servicios sanitarios; permitir la participación comunitaria en salud, y empoderar a las instituciones y a las comunidades, de manera que puedan exigir, garantizar y restituir el derecho a la salud.
A esto hay que sumarle que en 2020 aumentaron la tasas de mortalidad materna, malnutrición, cáncer y enfermedades crónicas no transmisibles. La mortalidad perinatal, por ejemplo, pasó de 11,9 % a 13,1 %, reportando 553 casos de fallecimientos hasta el primer trimestre del 2021.
Otra de las prioridades tendrá que ser la atención en problemas de salud mental, fortaleciendo los sistemas ya existentes de servicios psicológicos y de acompañamiento por uso de sustancias psicoactivas. Según cifras de esta cartera, entre 2020 y hasta octubre de 2021 se presentaron 1.406 atenciones relacionadas con el consumo de sustancias y alcohol.
Educación
En este ámbito uno de los grandes retos es la materialización de la presencialidad en el 100 % de las más de 2.000 instituciones educativas de la ciudad, de las cuales 404 son distritales. A finales de julio del 2021, según el Distrito, cerca del 60 % de los estudiantes matriculados en colegios públicos regresaron a las aulas, contando con el acompañamiento del 72 % del total de los maestros de planta del sistema oficial.
Sin embargo, a pesar de que a finales de diciembre el 98 % de los colegios públicos retornaron a clases presenciales, se calcula que el 15 % de los padres no enviaron a sus hijos por temor al contagio. Por lo tanto, el retorno en 2022 implicará garantizar los protocolos de bioseguridad en los entornos educativos. A esto habrá que sumarle que desde los ministerios de Salud y Educación se notificó, el pasado 3 de enero, que en el regreso a clases en el país no habrá restricciones de aforo en ninguna de las etapas de reactivación académica presencial.
Desde la red de madres, padres y cuidadores (Red Papaz) hacen un llamado para que se aseguren las condiciones de sanidad de los menores, mientras se garantiza el acceso al Plan de Alimentación Escolar (PAE) en todos los centros educativos oficiales:
“Estamos preocupados por la alimentación. En las primeras cifras que hemos conocido, particularmente en Bogotá, no hemos mejorado en términos de malnutrición. Por ello los colegios deben migrar a ser entornos alimentarios saludables donde, por ejemplo, tengan acceso gratuito y disponible a agua potable de manera permanente”, afirma Carolina Piñeros, directora ejecutiva de la red.
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A su vez es importante reconocer que será necesario brindar a los menores acompañamiento para identificar su interacción al volver a un proceso de socialización no virtual en las aulas. Es por ello que se debe priorizar el trabajo en competencias socioafectivas, planteamiento con el cual coincide Julián de Zubiría, director del Instituto de Innovación Pedagógica Alberto Merani, quien explica:
“Las emociones de los niños y jóvenes están en alerta roja. Han sido afectadas por el confinamiento y debilitamiento de la socialización. La prioridad pedagógica tiene que ser el cuidado emocional. Muchos han sido afectados por la violencia familiar y el encierro. Tenemos que fortalecer su autoestima, empatía, flexibilidad, esperanza y resiliencia”.
Asimismo, según este experto, desde el ámbito pedagógico será necesaria una transformación de base, entendiendo que la presencialidad total es indispensable para la salud mental, debido a que la pandemia ha elevado la depresión, tristeza y angustia en niños y jóvenes. Afirmación que se respalda al conocer que, hasta noviembre del 2021, las Rutas Integrales de Atención en Salud Mental en Bogotá de la Veeduría y la Secretaría de Salud atendieron más de 25.000 emergencias en salud mental.
De Zubiría propone fortalecer el trabajo en equipo en los colegios, renovar los sistemas de evaluación y garantizar nuevos currículos que enseñen a niños y jóvenes a pensar, comunicarse y convivir en sociedad, replanteando la concepción de los enfoques netamente académicos, que se basaban en la transmisión de información.
Del mismo modo, se debe seguir avanzando en reducir las brechas digitales en los hogares bogotanos, en los cuales muchos de los menores no cuentan con acceso a dispositivos electrónicos y a conectividad de internet, debido a sus condiciones de vulnerabilidad.
Finalmente, desde la Alcaldía se debe seguir facilitando el acceso de los jóvenes a la educación superior, teniendo en cuenta que las tasas de cobertura han venido disminuyendo desde el 2018. Según datos del Ministerio de Educación, solo el 39 % del total de bachilleres colombianos logró ingresar a educación superior en 2020. Aún no se conocen las cifras del 2021.
Si bien desde el Gobierno Nacional destinaron recursos que permitieron que el 97 % de estudiantes de educación pública superior, técnica y tecnológica, de estratos 1, 2 y 3, tuvieran matrícula gratuita para el segundo semestre de 2021, la administración debe brindar auxilios para la profesionalización de los jóvenes en la capital.
Para enfrentar dicho reto, en la ciudad se están impulsando dos programas: Reto a la U y Jóvenes a la U, los cuales brindan créditos condonables que apuntan a una transformación educativa y al cierre de brechas mediante la generación de nuevos cupos de acceso y permanencia en educación superior en niveles técnico profesional, tecnológico o profesional universitario para jóvenes de instituciones públicas y privadas.
Iniciativas que de manera directa le apuntan a otro de los desafíos que implica la reducción de jóvenes ninis (aquellos que no estudian ni trabajan). De acuerdo con la Veeduría Distrital, antes de la emergencia sanitaria existían 400.000 ninis. Con la pandemia dicho número creció a 665.000 con una preocupación adicional, y es que el 66 % son mujeres.
Estos son apenas algunos de los escenarios en los cuales tendrá que trabajar el Distrito, adoptando estrategias que permitan garantizar el derecho tanto a la atención oportuna en salud como al acceso a educación básica y superior en la ciudad. Indudablemente, el 2022 será un período decisivo para Claudia López y su administración.
Nota relacionada: Paciencia y repensar el transporte, los retos de movilidad que traerán las obras en 2022.