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En medio de hechos confusos al interior del Centro de Atención Especializada El Redentor, Isaac Granados, un joven de 17 años, resultó en coma. Su madre, Nadia Zambrano, duró casi un mes tratando de averiguar qué pasó el 20 de diciembre cuando, tras un motín e intento de fuga, su hijo terminó con hematomas en varias zonas de su cuerpo y un golpe en la cabeza. Esto, cuando las autoridades le dijeron que su hijo se había caído, versión que ella dice pudo contrastar con otras madres y reclusos del centro.
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En el último mes, al menos dos motines se han presentado en El Redentor. A inicios de diciembre 41 jóvenes se fugaron y otros 15 resultaron heridos. Posteriormente, el 20 de diciembre se presentó otro intento de fuga. La madre del joven herido, dice que el 21 recibió la llamada del equipo psicosocial anunciándole que su hijo se había caído y se había roto un brazo. Pero al llegar al Hospital Tunal, su hijo estaba en coma en una UCI.
“Destapé a mi hijo y le encontré múltiples golpes en todo el cuerpo. Lo quise registrar y no me querían dejar. La caída no puede explicar todos esos golpes”, señaló a este diario. Agregó que días después, el 13 de enero, se paró a las afueras del centro de reclusión con unos volantes que entregó a las otras mamás de jóvenes recluidos, pidiéndoles que le brindaran cualquier información de lo que sucedió ese día. El volante pedía información y terminaba diciendo “hoy por mi hijo, mañana por el tuyo”. Según Nadia Zambrano, muchas se solidarizaron y encontró una versión que le dejó más dudas.
“Las mamás hablaron con sus hijos y cada una por su lado me fue llamando. Coincidían en que el grupo que estuvo con él, estaba preparado para correr, pero no alcanzaron a salir. Dicen que después los guardias se los llevaron a un patio y los golpearon. Que a mi hijo le dieron con una silla Rímax”, señaló la mujer.
Luego, los jóvenes habrían vuelto a su lugar de estadía y el joven Granados se acostó a dormir en la cama de un compañero porque sentía mucho sueño. “En la noche ese compañero fue a verlo y lo encontró convulsionando. Casi no lo atendieron porque el personal no les creyó a los muchachos. Después de ver que estaba mal se lo llevaron a una ambulancia”, añadió.
Con este relato, Nadia Zambrano pidió explicaciones, pero no obtuvo respuesta alguna. “Solo recibía ayuda del ICBF, en la institución la persona de contacto me bloqueó. La Policía se enteró por los medios del caso porque no había reporte ni nada. Lo que quiero es saber la verdad, mi hijo está prácticamente en estado vegetativo y nadie quiere responder o esclarecer lo que pasó allá”, concluyó la madre.
Las autoridades aún no se pronuncian sobre este caso. La madre de Granados, estuvo en la Fiscalía dando su versión de los hechos y pidiendo que velen porque se sepa la verdad de lo que sucede en este centro, el cual ya tiene un historial de motines, fugas y denuncias.
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