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En los últimos días, se conoció una denuncia formal radicada por una madre de familia, que afirma que el 17 de febrero su hijo, diagnosticado con síndrome de Down, fue abusado sexualmente dentro del Complejo Acuático Simón Bolívar, del Instituto Distrital de Recreación y Deporte -IDRD-.
De acuerdo con su relato, en la noche de aquel jueves su hijo le manifestó que tenía dolor en su zona genital y en una inspección para identificar su malestar se percató de que algo andaba mal:
“Me dijo: ‘Ma’, duele’. Yo le dije: ‘¿duele qué, papá?’ y me mostró. Tenía su pene totalmente inflamado, la piel irritada y el saco escrotal recogido”, narra la madre, quien agrega que también había rastros de otro tipo de agresiones, que solo pudieron ocurrir dentro del vestidor del instituto, pues fue el único sitio externo a su vivienda en el que estuvo solo.
De manera inicial pensó que se trataba del síntoma de alguna enfermedad y pidió una cita prioritaria, aunque no lograron dársela dentro de las primeras 24 horas. Sin embargo, se enteró del abuso tras volver al centro acuático e indagar si su hijo había tenido alguna lesión en el entrenamiento, al que asiste desde hace dos años, al vincularse de manera formal como nadador del equipo con discapacidad.
“Cuando estoy en el lugar, la madre de uno de sus compañeros se me acerca y me pregunta cómo está mi hijo. Me pide que nos alejemos y me dice que su compañero vio que el día anterior abusaron de él en el vestier”, detalla.
Tras esta revelación, enfrentó al entrenador en búsqueda de respuestas. Su consejo fue llevar de manera inmediata al joven, de 21 años, para adelantar la recolección de evidencia, que validara la agresión a la que fue sometido.
“Al enterarme, hablé con mi hijo y le dije: ‘Si usted lo ve, lo señala (al abusador). Él tan pronto vio a uno de los nadadores, lo señaló con su dedito”, afirmó la madre en entrevista con RTVC Noticias, agregando que se trata de un deportista paralímpico (también diagnosticado con la misma discapacidad intelectual) y quien habría ingresado a los baños, tal como se aprecia en las cámaras de seguridad.
El presunto agresor sería un sujeto, de 37 años, que es reconocido en el deporte paralímpico, tras ganar varias medallas en juegos paranacionales, representando a Bogotá.
La víctima fue ingresada a la Clínica Los Cobos, en donde estuvo hospitalizado por dos días mientras fue activado el protocolo de abuso sexual y fue revisado por un equipo médico, que halló fisuras a nivel anal, desgarro en el pliegue interglúteo y parafimosis.
Según la madre, el 19 de febrero radicó la denuncia por abuso sexual ante la Fiscalía General de la Nación. No obstante, el caso no ha avanzado y asevera que podría ser archivado dado que, al parecer, intentan desestimar el testimonio de su hijo, por su discapacidad.
“Inicialmente, me dijo que todo sucedió en un cubículo del vestier, que no había podido ver el rostro del agresor. Que recordaba que usaba guantes, pero que difícilmente podría identificarlo. Sin embargo, cuando fuimos lo señaló”, dice la madre, quien además afirma que en las grabaciones recolectadas inicialmente por la Fiscalía faltaban 15 minutos, lo que según ella dejaría ver la intención de ocultar el hecho.
“Yo me quejé por eso, porque no puede ser que pase dos veces, y una de las investigadoras me dijo sin sonrojarse ‘Es que los equipos de la Fiscalía fallan mucho’”, apunta. Sin embargo, a finales de marzo fue citada y le mostraron tanto a ella como a su hijo el material completo, pidiendo que identificar al agresor:
“Juan se confundió mucho. Mostró una persona y luego mostró otra. No sé si estaba muy reciente, pero señaló a dos personas que salieron del vestier, por eso la Fiscalía dijo que ‘él no sabe nada’”, menciona la madre, quien también aclara que aún es duro para su hijo recordar ese día y que, ignorando este aspecto, en la Fiscalía le afirmaron que debían someter a la víctima a una valoración psiquiátrica, para evaluar su “grado” de comunicación, discapacidad y posibilidad de narrativa.
Punto en el que el grupo jurídico del Programa de Acción por la Igualdad y la Inclusión Social de la Universidad de los Andes difiere: “No hay fuente legal que establezca requisitos adicionales para determinar la validez del testimonio de la víctima de un delito, por el mero hecho de que se trate de una persona con discapacidad. Por el contrario, sí existe un marco normativo que señala de forma clara que las personas con discapacidad son plenamente capaces y no pueden ser sometidas a tratos discriminatorios a razón de su discapacidad”, emitieron como concepto los abogados.
Por su parte, desde el Instituto Distrital de Recreación y Deporte afirman que al conocer la situación se hizo activación con la Fiscalía, para que avanzara el proceso investigativo. “Enviamos un oficio el 25 de febrero de 2022 y enviamos los datos de todas las personas que estuvieron el día del presunto incidente. A su vez, cuando la Fiscalía lo solicitó, enviamos los videos del día de los hechos. Desde que se enviaron esas grabaciones, entraron en cadena de custodia”, explican.
Agregando: “Por esa razón no podemos ni manipularlos ni entregarlos a otra persona, porque se perdería su calidad de prueba. Por tanto, no se le han entregado a la madre del deportista. Hemos estado atentos a todos los requerimientos de la Fiscalía. Hasta el momento no ha sido claro quién es el presunto agresor y por eso el IDRD no ha tomado medidas”, tal como se lee en el formato No es hora de Callar de El Tiempo.
Mientras la indagación avanza, la madre de familia afirma que, por recomendación de la psicóloga que está dándole seguimiento al caso de su hijo, está resignada a dejar que los abogados hagan su trabajo. Esto a pesar de su insistencia y de asistir con regularidad a la Fiscalía en búsqueda de respuestas durante 7 meses.
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