Madres de Bogotá, en la búsqueda del reconocimiento a su labor
La difícil vinculación laboral, las pesadas cargas de trabajo de cuidado no remunerado y el poco tiempo de descanso y esparcimiento son algunos de los temas que aquejan a las madres de la capital.
Laura C. Peralta Giraldo
Más que las rosas y las invitaciones de mayo, las madres siguen esperando un mejor reconocimiento a su labor, así como mejores condiciones sociales para su realización personal, laboral y disfrute del ser mujer. Este mes, es la oportunidad para reflexionar sobre el rol de las madres, evidenciar cuáles son las dificultades que supone muchas veces la maternidad y en especial, para decirles un gracias sincero.
Gracias por ser nuestro usuario. Apreciado lector, te invitamos a suscribirte a uno de nuestros planes para continuar disfrutando de este contenido exclusivo.El Espectador, el valor de la información.
Más que las rosas y las invitaciones de mayo, las madres siguen esperando un mejor reconocimiento a su labor, así como mejores condiciones sociales para su realización personal, laboral y disfrute del ser mujer. Este mes, es la oportunidad para reflexionar sobre el rol de las madres, evidenciar cuáles son las dificultades que supone muchas veces la maternidad y en especial, para decirles un gracias sincero.
Lea: Mujeres de Bogotá, en la búsqueda de alternativas para defenderse de la violencia.
Aunque ser mamá requiere de un gran esfuerzo, en Bogotá, el ritmo de la ciudad, las largas distancias de desplazamiento y los factores condicionados al género, hacen de este rol una tarea mayor. Eso al menos piensan algunas mujeres y entidades distritales que han puesto de sí para dignificar a este grupo poblacional.
Entre los mayores retos a los que se enfrentan las madres de la capital, se encuentra la vinculación laboral, la carga de cuidado y tareas de hogar, el llevar la jefatura del hogar y el reducido tiempo que tienen para ellas mismas en cuestiones tan necesarias como descansar o disfrutar.
“Bogotá es una ciudad que todavía enfrenta muchos retos para las madres. Las escuelas para los niños y niñas y los puestos de trabajos de las mujeres muchas veces quedan a largas distancias de los hogares, no hay políticas de movilidad, ni facilidad de dejar a los hijos en un sitio de precios asequibles y el suficiente tiempo, mientras la mujer trabaja. Todo esto termina generando una discriminación a la hora de acceder al mercado laboral”, señala Paula Herrera, profesora del Departamento de Economía de la Universidad Javeriana.
Para Natalia Ramírez profesora asociada a la Facultad de Derecho de la Universidad de Los Andes y cofundadora del proyecto “Digna”, las madres tienen muchas más dificultades de conseguir empleo que las mujeres sin hijos y que los hombres en general.
“Es frecuente que a las mujeres les pidan pruebas de embarazo en el proceso de acceso a un empleo. De acuerdo con la Encuesta Nacional, Demografía y Salud de 2015, al 34 % de las mujeres que contestaron, les habían pedido que se practicaron una prueba de embarazo antes de acceder al empleo. Pese a que las mujeres tenemos en promedio un año más de educación que los hombres, participamos menos en las actividades laborales, generando pérdidas, en términos de la inversión que se ha hecho en educarnos”.
Lea también: El Río Bogotá, un afluente que se resiste a morir.
Así, los tropiezos con los que suelen encontrarse las madres, terminan alejando a estas mujeres del mercado laboral formal y muchas veces, responsabilizándolas del trabajo de cuidado y de las tareas del hogar no remunerado. Esta situación es vivida por el 30 % de las mujeres bogotanas.
“Alrededor de 1,2 millones de mujeres en Bogotá se dedican casi que exclusivamente al cuidado, con un promedio de 10 horas al día. De ellas, el 70 % tiene un máximo nivel educativo de secundaria; el 20 % tiene enfermedades crónicas de salud mental y física, derivadas de la sobrecarga de labores, y el 33 % dice no tener tiempo libre para el autocuidado”, explica la secretaria de la Mujer, Diana Rodríguez.
A esto, se le suma que mientras el 61 % de los hombres jefes de hogar están casados o viven con su pareja, solo el 33 % de las mujeres jefas de hogar lo están. “Estas mujeres tienen altas cargas de trabajo de cuidado no remunerado y posiblemente, un alto estrés financiero al no contar con el apoyo de una pareja”, dice el informe de Cuidado del proyecto “Digna”.
Manzanas del Cuidado, la gran apuesta del Distrito
Como la mayor apuesta distrital para reducir las brechas que sufren las madres y mujeres cuidadoras, la Secretaría de la Mujer define a las Manzanas del Cuidado, estrategia vinculada al Sistema Distrital del Cuidado. Como se recordará, Bogotá se convirtió en 2020 en la primera ciudad en Latinoamérica en adoptar un sistema para reconocer la importancia de las labores de cuidado, así como para distribuir su carga y liberar tiempo a muchas de estas mujeres.
“Por una división del trabajo histórica, se ha asumido que el cuidado es algo que deben hacer las mujeres, como si las mujeres hubiéramos nacido sabiendo cuidar. Esa sobrecarga de trabajo termina teniendo un impacto negativo en poder descansar, tener tiempo de calidad, poder estudiar”, agrega Rodríguez.
Actualmente, de las 20 manzanas del cuidado, prometidas por la alcaldesa Claudia López, la capital cuenta con 18. Estas ofrecen servicios de actividad lúdica, física y de cuidado y orientación para lograr oportunidades de empleo y generación de ingresos desde casa.
Puede interesarle: Sistema del cuidado: un respiro a las mujeres cuidadoras.
Por su parte, la concejal por el Partido Conservador Gloria Díaz manifiesta: “Si bien se ha profundizado en temas muy importantes, sobre todo con la creación del Sistema Distrital de Cuidado, que hoy es un acuerdo de ciudad que compromete a cualquier administración, aún falta mucho por profundizar. Por ejemplo, en ofertas de educación formal, ojalá profesional, así como de acceso a vivienda desde el punto de vista de compra y también de arriendo”.
Como herramientas que pueden implementarse para generar espacios más incluyentes con las madres, Ramírez sostiene que se deberían ofrecer beneficios tributarios a aquellas organizaciones que vinculen madres como personal. De igual forma, encontrar la manera de articular el trabajo con el cuidado, por ejemplo, con la adopción de la jornada única en los colegios a bajo precio.
Sin duda, las madres han alcanzado más espacios con el pasar de los años, no obstante, aún faltan mejores oportunidades y herramientas para su realización personal, así como el reconocimiento y agradecimiento a su labor, que sin hiperbolizar, sostiene la sociedad.
Para conocer más noticias de la capital y Cundinamarca, visite la sección Bogotá de El Espectador.