Manifestaciones sobre derechos y familia terminan en altercados entre cristianos y LGBTI en Bogotá
Miembros de la comunidad LGBTI intentaron impedir la entrada a la Plaza de Bolívar de un bus que viaja por América Latina con el lema "Los niños son niños, las niñas son niñas".
Redacción Bogotá
La controversia sobre la redefinición del concepto tradicional de familia y la necesidad del reconocimiento de los plenos derechos a la comunidad LGBTI tuvo este sábado un nuevo desarrollo más allá de las candentes discusiones vividas hace unas semanas en el Congreso. (Leer Se hundió referendo de Viviane Morales, el No ganó en tercer debate).
A pesar de que en el legislativo fracasó la idea de sectores conservadores (paradójicamente liderada por una senadora liberal) de restringir la adopción de menores y habilitarla exclusivamente a las parejas conformadas por un hombre y una mujer, el debate sobre el tema volvió a la discusión pero en la Plaza de Bolívar, frente a la sede del Congreso. (Galería Enfrentamiento entre cristianos y LGBTI en Bogotá).
Hasta ese lugar llegó este sábado el autobús que pretende recorrer Latinoamérica con el mensaje: “Los niños son niños, las niñas son niñas. Esto es biología, no ideología”, una suerte de peregrinación encabezada por el Movimiento Nacional por la Familia y grupos evangélicos. Según ellos, se trata también de una campaña contra la transexualidad infantil.
Este bus naranja recorrió sin problema la ciudad, pero al llegar a la plaza de Bolívar se encontró con grupos del sector LGTBI, quienes alzaron su voz contra de la idea de los movimientos religiosos, algunos de los cuales creen (contra toda evidencia científica) que ser gay es una especie de enfermedad o que se aprende a ser gay cuando se convive con alguien de dicha comunidad.
Los grupos evangélicos y el autobús naranja se encontraban escoltados por la Policía Nacional, cuyos efectivos, haciendo uso de la fuerza, desalojaron a los activistas que pretendían que el autobús dejara la plaza de Bolívar.
Entre los promotores de la iniciativa del autobús naranja se encontraba el concejal Marco Fidel Ramírez, quien portaba una enorme bandera: “Jesucristo es el señor”, se leía en ella. El cabildante cantaba y bailaba al son de los grupos evangélicos, quienes incluso llevaron con una carpa, una motobomba y parlantes para manifestar su amor a Jesucristo y su iniciativa contra los grupos LGTBI.
Arengas fueron y vinieron, mientras desde el bando de los LGBTI salieron manchones de pintura multicolor contra el bus de los cristianos. Después de uno que otro empujón entre manifestantes, la Policía de encargó de poner distancia entre unos y otros.
La controversia sobre la redefinición del concepto tradicional de familia y la necesidad del reconocimiento de los plenos derechos a la comunidad LGBTI tuvo este sábado un nuevo desarrollo más allá de las candentes discusiones vividas hace unas semanas en el Congreso. (Leer Se hundió referendo de Viviane Morales, el No ganó en tercer debate).
A pesar de que en el legislativo fracasó la idea de sectores conservadores (paradójicamente liderada por una senadora liberal) de restringir la adopción de menores y habilitarla exclusivamente a las parejas conformadas por un hombre y una mujer, el debate sobre el tema volvió a la discusión pero en la Plaza de Bolívar, frente a la sede del Congreso. (Galería Enfrentamiento entre cristianos y LGBTI en Bogotá).
Hasta ese lugar llegó este sábado el autobús que pretende recorrer Latinoamérica con el mensaje: “Los niños son niños, las niñas son niñas. Esto es biología, no ideología”, una suerte de peregrinación encabezada por el Movimiento Nacional por la Familia y grupos evangélicos. Según ellos, se trata también de una campaña contra la transexualidad infantil.
Este bus naranja recorrió sin problema la ciudad, pero al llegar a la plaza de Bolívar se encontró con grupos del sector LGTBI, quienes alzaron su voz contra de la idea de los movimientos religiosos, algunos de los cuales creen (contra toda evidencia científica) que ser gay es una especie de enfermedad o que se aprende a ser gay cuando se convive con alguien de dicha comunidad.
Los grupos evangélicos y el autobús naranja se encontraban escoltados por la Policía Nacional, cuyos efectivos, haciendo uso de la fuerza, desalojaron a los activistas que pretendían que el autobús dejara la plaza de Bolívar.
Entre los promotores de la iniciativa del autobús naranja se encontraba el concejal Marco Fidel Ramírez, quien portaba una enorme bandera: “Jesucristo es el señor”, se leía en ella. El cabildante cantaba y bailaba al son de los grupos evangélicos, quienes incluso llevaron con una carpa, una motobomba y parlantes para manifestar su amor a Jesucristo y su iniciativa contra los grupos LGTBI.
Arengas fueron y vinieron, mientras desde el bando de los LGBTI salieron manchones de pintura multicolor contra el bus de los cristianos. Después de uno que otro empujón entre manifestantes, la Policía de encargó de poner distancia entre unos y otros.