María Paz: ¿cómo recuperar un barrio sitiado por las bandas criminales?
La bancada de Seguridad del Concejo de Bogotá visitó el barrio María Paz, en la localidad de Kennedy. La zona es escenario de una cruenta disputa territorial que libran, al menos, siete de las bandas más peligrosas de la ciudad. Los cabildantes publicaron un diagnóstico de la situación. Este es el panorama.
Una de las zonas con los índices más altos de criminalidad en Bogotá es el barrio María Paz, ubicado en la localidad de Kennedy, en inmediaciones de Corabastos. El sector, y varios barrios aledaños, se ha convertido en los últimos años en una de las zonas en disputa más apetecidas por las bandas dedicadas a la extorsión y al microtráfico por su ubicación estratégica, cercana a zonas de rumba y de alto impacto comercial, en donde despliegan su accionar criminal.
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Una de las zonas con los índices más altos de criminalidad en Bogotá es el barrio María Paz, ubicado en la localidad de Kennedy, en inmediaciones de Corabastos. El sector, y varios barrios aledaños, se ha convertido en los últimos años en una de las zonas en disputa más apetecidas por las bandas dedicadas a la extorsión y al microtráfico por su ubicación estratégica, cercana a zonas de rumba y de alto impacto comercial, en donde despliegan su accionar criminal.
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La cifras, que dan cuenta de la situación en el sector, hablan de la gravedad y de la necesidad de robustecer las intervenciones enfocadas en luchar contra el crimen en la zona. De acuerdo con la secretaría de Seguridad, con corte al 1° de diciembre, en el 2023 capturaron a 260 personas, de 12 grupos criminales, que fueron desarticulados. Es decir, el año pasado, en promedio, capturaron a 21 personas por mes. Este año, solamente durante el mes de enero, la tendencia se elevó notoriamente, pues registraron 39 capturas, casi el doble que en el mismo periodo del año anterior.
A raíz de esto, y en general de la situación de inseguridad por la que atraviesa la ciudad, se instaló en el Concejo la bancada de seguridad, iniciativa de los concejales Juan Manuel Díaz Martínez, del Nuevo Liberalismo; Humberto Amín, del Centro Democrático; Julián Espinosa, del Partido Verde, y Marco Acosta, de Colombia Justas Libres. Su misión es “hacerle un seguimiento estricto e integral a la grave situación de inseguridad con la que viven los bogotanos”, según se lee en el comunicado de prensa, publicado en la página del cabildo.
El panorama
Recientemente, el pasado 8 de febrero, los concejales recorrieron el barrio junto a la policía; el secretario de Seguridad, César Restrepo, y representantes de varias entidades distritales, con el fin de conocer el panorama y establecer un diagnóstico, para generar acciones que corten la cadena criminal que hoy tiene arrinconados a comerciantes y vecinos de la zona. Porque, valga decir, la inseguridad se extiende a barrios colindantes como El Amparo y Patio Bonito.
En María Paz y sus alrededores hoy operan por lo menos siete peligrosas bandas criminales, entre las que se encuentran el Tren de Aragua, Los Camilos, Los Caraqueños, Aquila, Satanás, Ruanas y Los Morados, que se disputan a sangre y fuego el control del territorio.
Durante el 2023, de acuerdo con la secretaría de Seguridad, en 2023, en la UPZ Corabastos, se presentaron más de 15 homicidios, la mayoría de ellos relacionados con la disputa que libran estos grupos. Además, se presentaron 197 casos de hurto durante enero de ese año, cifra que aumentó escandalosamente en comparación con el mismo periodo del 2022, la cual fue de 63 casos, es decir, hubo un aumento de 134 casos. Eso sin contar el subregistro, pues como es bien sabido, una buena parte de los casos de hurto a personas no se denuncian. Además, en toda la zona aledaña a Corabastos, hasta septiembre de 2023, se contabilizaron 60 homicidios. Esto es, un promedio de 6 por mes.
“Una de las causas que han aumentado la percepción y los índices de inseguridad en el sector es la gentrificación. Muchas de las personas que han cooptado las bandas criminales, y buena parte de las que hoy se ganan la vida como carreteros o recicladores, residían en viviendas de interés social y debido a la renovación urbana que empezó desde el gobierno Peñalosa, poco a poco se fueron quedando sin un lugar. Años después, buena parte de esa población se sumó a los grupos que se tomaron la zona. Porque esto es un problema que viene de hace años y que ha pasado por alcaldías y secretarías de seguridad sin una solución visible”, le dijo a El Espectador, Wilton López, líder comunitario y excandidato a la JAL de Kennedy.
A este aspecto se le suma el desplazamiento de la población que fue evacuada del Cartucho y del Bronx. Muchas personas pertenecientes a esa población, una vez fueron sacados de la zona, empezaron una diáspora por toda la ciudad para, finalmente, años después, instalarse en las inmediaciones de Corabastos, al punto de que hoy, una zona del barrio María Paz es conocida como el ‘nuevo Bronx’, o ‘el Cartuchito’.
Las autoridades han dado golpes contundentes. Se han capturado fichas claves de las organizaciones criminales que se disputan la zona, sin embargo, falta más intervención. Hasta ahora, los operativos en la zona han dado resultados a corto plazo, pero a largo plazo se perciben insuficientes. La cadena de mando de estas estructuras se desplaza con cada nueva captura y así el núcleo central de la organización continúa.
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Corrupción, eje neurálgico de la situación
Una de las razones por las que, a pesar de tener identificadas las bandas, la situación de inseguridad continua, tiene que ver con la corrupción en el sector. En febrero de 2023, cuatro policías fueron capturados luego de que se les comprobara que estaban implicados con miembros del Tren de Aragua a quienes les permitían, a cambio de dádivas, la comercialización de estupefacientes en bares y calles de la zona. Los cuatro uniformados pertenecían al CAI Caldas, ubicado en una zona neurálgica de la inseguridad en la zona.
En ese mismo sentido, López señala que “una compañera, defensora de derechos humanos, que hizo una labor de seguimiento a la criminalidad en la zona, y que en medio de la investigación se encontró con denuncias que aseguraban que policías de la zona facilitaban la labor de las bandas y que además estarían cobrando dádivas, fue amenazada al punto que le otorgaron protección de la UNP. Todo por poner en evidencia la corrupción en el sector”.
La extorsión es otro de los dolores de cabeza de la comunidad de la zona. Los Satanás, los Camilos y el Tren de Aragua son las bandas que más incidencia tienen en este particular. Las denuncias de comerciantes de la zona que reciben panfletos, mensajes y llamadas amenazantes se cuentan desde hace más de un año. Si bien este año ya se han capturado a 39 personas en la zona, varias de ellas señaladas de participar en acciones extorsivas, la percepción general es que la situación persiste. En Kennedy, la situación es dramática. Hace apenas semanas, un comerciante de carne fue asesinado en el barrio Andalucía por negarse a pagar una extorsión. El crimen se le atribuye a la banda Los Satanás, pues el panfleto amenazante estaba firmado por integrantes de esa organización. La policía no ha confirmado si , en efecto, el crimen fue cometido por esa estructura criminal o por sujetos que se estarían haciendo pasar como integrantes.
Las Basuras
Otra arista que se suma a la situación de inseguridad del sector tiene que ver con las enormes cantidades de basura acumulada en callejones y avenidas. La situación más compleja se vive en la Plaza de mercado de Las Flores y en las inmediaciones de Corabastos. Los desechos, además de los problemas de evidentes de salubridad que suponen, facilitan la comisión de delitos como el hurto a personas y el microtráfico.
“Claro, una parte de la culpa la tienen las personas que acumulan montañas de basura en la zona con el fin de reciclar para ganarse su sustento. Eso es evidente. Sin embargo, tampoco notamos la acción de las entidades. Usted no se imagina la cantidad de derechos de petición y de quejas formales que hemos pasado para solucionar el tema de las basuras, y vienen, hacen una jornada, se toman fotos, y la situación continúa. La articulación no se ve. Acá no hay población de segunda clase, necesitamos la misma acción de las empresas de basuras que se ven en otras partes de la ciudad”, señala López.
Al lío de las basuras, se le suma las obras de infraestructura que se viene realizando en la zona. “Estamos rodeados de polisombras, que como se sabe, facilitan la acción de los delincuentes. Entendemos que las obras deben realizarse, pero además de que hay retrasos, no hay seguridad”, señala.
“Es importante trabajar por recuperar esta importante zona de la ciudad, convirtiéndose en un propósito fundamental para los cabildantes que conforman esta bancada, en apoyo con la Administración Distrital”. No obstante, El Espectador consultó a la Secretaría de Seguridad en referencia a los planes y estrategias que se avizoran para reforzar la seguridad en la zona, pero no obtuvo respuesta.
Como se ve, hacerle frente a la situación de criminalidad que se vive en la zona, depende, en gran parte, de la articulación de entidades que durante años han actuado de manera fragmentada, sin un plan en común que vele por la recuperación integral de la zona. Es vital, además, una estrategia que contemple acciones enfocadas en la población vulnerable de la zona, personas en condición de calle, migrantes en condiciones económicas complejas, carreteros, recicladores, trabajadoras y trabajadores sexuales, entre otras poblaciones en las que se necesita enfatizar.
Frente a la acción contra las bandas organizadas, especialmente El tren de Aragua y Los Satanás, en una reciente entrevista con este diario, la directora de la seccional Bogotá de la Fiscalía, Leonor Merchán, aseguró que “Seguiremos destinando el grupo elite de fiscales e investigadores que tenemos disponibilidad por 24 horas, y un grupo de reacción inmediata. Eso nos ha permitido volvernos más expertos recopilando las pruebas. Las investigaciones que llevamos son cada vez más estructurales, es decir, que nos llevan a un reconocimiento del contexto, lo que nos lleva a hablar con seguridad de lo que está sucediendo en cada zona. Por supuesto, seguiremos avanzando en la materialización de las órdenes de captura que tenemos vigentes de cada grupo y en general de homicidios y delitos de alto impacto.
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