Las masacres que han desolado a Bogotá en los últimos 30 años
Usme ha sido epicentro de tres de las peores matanzas vividas en Bogotá en las últimas décadas. En Bogotá, entre marzo de 2022 y 2024, se tienen documentadas 12 casos. El Espectador reconstruye algunos de los homicidios múltiples que han golpeado a la ciudad en los últimos tiempos.
Juan Camilo Parra
Mientras las autoridades investigan la reciente matanza de tres mujeres, entre ellas una menos de edad, y un hombre en Usme, la reconstrucción de la memoria histórica en torno a la violencia urbana se posa como un elemento importante a la hora de medir los avances y retrocesos. El Centro de Memoria Histórica define una “masacre” o matanza como el “homicidio intencional y simultáneo de tres o más personas, en estado de indefensión; en iguales circunstancias de tiempo, modo y lugar; perpetradas por el mismo autor, y que se distingue por la exposición pública de la violencia”.
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Mientras las autoridades investigan la reciente matanza de tres mujeres, entre ellas una menos de edad, y un hombre en Usme, la reconstrucción de la memoria histórica en torno a la violencia urbana se posa como un elemento importante a la hora de medir los avances y retrocesos. El Centro de Memoria Histórica define una “masacre” o matanza como el “homicidio intencional y simultáneo de tres o más personas, en estado de indefensión; en iguales circunstancias de tiempo, modo y lugar; perpetradas por el mismo autor, y que se distingue por la exposición pública de la violencia”.
Bogotá, al ser una urbe densamente poblada, ha vivido episodios oscuros en términos de homicidios múltiples. Solo entre marzo de 2022 y 2024 se tienen documentadas 12 casos en los que tres o más personas fueron asesinadas, y los cuales se insertaron en la historia. Sin embargo, las historias de este tipo de hechos vienen de mucho tiempo atrás. Algunas, posándose en el recuerdo de la ciudadanía, tan famosos como la masacre en el restaurante Pozzeto en el oriente de la ciudad u otros menos recordados como las tres masacres que azotaron a Usme, en los años noventa.
Esta es una radiografía de algunos de los episodios que impactaron a la opinión pública y se suscriben como hechos que configuran la memoria de la violencia en Bogotá.
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Tres masacres en Usme
Hoy los ojos se posan en la localidad de Usme donde madre, padre, hija y vecina fueron asesinados, en un hecho que responde, según indagaciones preliminares, a una disputa por terrenos en un asentamiento informal, conocido como la vereda El Bosque. Pero no es la primera vez que esta localidad es epicentro de matanza. En la década de los noventa, se registraron tres, conforme la investigación “Usme, los rastros de la guerra”, realizada por la Unidad de Investigación Periodística, del Politécnico Grancolombiano -UIPPG-.
El 26 de noviembre de 1991, siete integrantes de un equipo de investigación criminal de la Fiscalía fueron asesinados por el frente Juan de la Cruz Varela de las Farc, en la vereda La Unión, justo cuando iban a realizar el levantamiento del cuerpo de Julio César Naranjo, otro líder social asesinado esa misma mañana en aquella vereda.
Según las investigaciones, el grupo guerrillero plantó varios explosivos que detonaron al paso del vehículo en el que iba la comisión judicial, por el kilómetro 22. Luego, ultimaron a los funcionarios en estado de indefensión. En el atentado, murieron Luis Miguel Garavito, juez que lideraba la comisión; el fiscal Héctor Ojeda; el secretario Hernando Trujillo; la secretaria Amanda Gómez Vargas; los investigadores del Cuerpo Técnico, Héctor Romero y Alfonso García, y, por último, el médico legista Jaime Puerto. También Elkin Ruiz, de la Policía, y el fotógrafo Alonso García.
Quizá el rostro más visible de esta matanza es el de Nora Navarrete, quien era secretaría del juez y sobrevivió a la masacre. Ella ha insistido en que su equipo no estaba destinado a cubrir esta diligencia, pero azares del destino, como que el vehículo del equipo al que sí le correspondía ir a la vereda estaba averiado, hizo que fueran. Su relato ha sido clave para reconstruir este hecho que puso en el mapa el borde sur oriental de la capital, como eje conector de la guerrilla y la urbe citadina.
Dos años después, el 28 de agosto de 1993, otra masacre fue noticia en la localidad . En esta ocasión, 13 policías fueron asesinados en el momento en el que escoltaban al entonces gerente de la Empresa de Energía de Bogotá, Mauricio Cárdenas. Perpetrada por las extintas FARC, este asesinato múltiple es atribuido a una ofensiva del grupo guerrillero contra la fuerza pública en todo el país.
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El modus operandi fue idéntico al evento perpetrado contra el equipo judicial. Los relatos que recopiló la UIPPG, dan cuenta de que en los vehículos iban en total 14 personas. “Solo se salvó uno. Iban un oficial, un suboficial, 12 agentes, y murieron todos menos un agente que estuvo de buenas. Al caer se sintió herido. Él rodó por una cañada, cayendo a un charco, un zanjón lleno de barro y ahí permaneció por un rato”, narró Víctor Manuel Páez, familiar de una de las víctimas, al quipo investigativo de la universidad.
Para cerrar la tríada de masacres que azotaron a Usme esos años, está la llamada ‘masacre de Mondoñedo’, en la que fueron asesinados seis estudiantes, que presuntamente estaban vinculados a al Bloque Antonio Nariño de las Farc. La autoría del crimen, por aquel entonces, fue atribuida a la fuerza pública. Ocurrió entre el 6 y 7 de septiembre de 1996.
De acuerdo con el archivo, el 6 de septiembre cuatro estudiantes desaparecieron en El Salitre y dos más fueron asesinados en Kennedy y Fontibón. Los cuerpos, empero, fueron encontrados en El Alto de Mondoñedo, en Mosquera, Cundinamarca. En este hecho se vieron involucrados diez uniformados de la Dijin, de los cuales ocho comparecieron ante la Jep, 21 años después de la masacre. Tres de ellos fueron condenados a 40 años de cárcel y los otros cinco a 38.
Otras masacres en Bogotá en años recientes
En 2022 se registraron siete masacres en la ciudad. En 2023 fueron cinco. Si bien la mayoría de estos eventos estuvieron envueltos en disputas territoriales por el control territorial de bandas criminales, aspecto que ha redefinido la violencia urbana en la ciudad, algunos eventos se insertaron en la psiquis bogotana por el grado de violencia. Tal es el caso de la masacre del pasado 4 de abril de 2023, en el barrio La Laguna, en Fontibón, que dejó cuatro muertos en una camioneta en el norte de la capital.
La matanza en Fontibón
El primero de abril, del año pasado, todo un barrio presenció cómo Manuel Elpidio Moreno Valois, de 37 años, perdió los estribos y acabó asesinando a cinco personas, en el barrio La Laguna. Sobre las 7:30 de la mañana de ese día, una pareja de adultos mayores, arrendatarios del hombre, le solicitaron el pago del arriendo del espacio en el que vivía el hombre, oriundo de Istmina (Chocó).
Era un vendedor de frutas informal. El sobreviviente del hecho, esposo de la arrendataria de 82 años, dio declaraciones afirmando que Moreno perdió los cabales cuando le fueron a cobrar lo equivalente a $200.000 y en seguida sacó un machete e hirió a la adulta mayor y a su marido. Ella murió al instante por la gravedad de las heridas, mientras el señor quedó herido.
Ahí no acabó el hecho, pues el agresor, en su huida, fue asesinando a las personas que se le cruzaron en el camino. Por el edificio en el que vivía, terminó entrando al apartamento de una familia compuesta por un abuelo de 83 años, un señor de 51 y una joven de 19, a quienes asesinó a sangre fría con el machete. En este proceso, una mujer de 80 años se salvó de sufrir el mismo destino, saltando por una ventana para evitar toparse con el alterado sujeto. Al final, ya con la sangre derramada, las autoridades hicieron presencia, pero el sujeto continuó su ofensiva violenta contra los oficiales, lo que desencadenó que desenfundaran sus armas y causaran la muerte de Moreno.
Cuatro cadáveres en una camioneta
La tarde del 18 de agosto de 2022, una Toyota Prado VX, de color gris y de placas CJE 825, fue encontrada con cuatro cadáveres adentro. Se trató de tres hombres y una mujer que presentaban heridas de bala en sus cuerpos. Las víctimas fueron identificadas como Juan Carlos Useche, Leonardo Sanabria, su escolta; Leidy Alejandra Betancourt, compañera sentimental de Useche, y Élder José Perosso Zabala, otro de sus escoltas.
En este hecho, mientras los hombres asesinados tenían antecedentes que indicaron que el suceso respondió a vendettas entre grupos criminales, para el caso de Leidy Betancourt, su familia insistió que ella estuvo en, “el lugar y momento incorrectos”, pues el ataque iba dirigido hacia su pareja sentimental: un policía que, presuntamente, se encontraba “en malos pasos”.
Según la entonces alcaldesa Claudia López, Useche, fue miembro de la Policía hasta 2006 y, posteriormente, llevaba una vida dedicada al delito en actividades como el narcotráfico y lavado de activos. De otro lado, el escolta de apellido Perosso cumplía una condena domiciliaria por posesión de armas.
¿Cómo van los homicidios en la capital?
El homicidio continúa siendo el delito más complejo para las autoridades. Este año, hasta el 22 de febrero iban 174 asesinatos, mientras que, para el mismo periodo de 2023, iban 152. El 2023, por ejemplo, terminó con un total de 1.078 homicidios, con respecto a los 1.016 perpetrados en 2022. Sumadas a las masacres mencionadas anteriormente, 2023 cerró el segundo semestre con dos: una ocurrida en el barrio Canadá en San Cristóbal, donde tres sujetos asesinaron a otros tres luego de sostener una conversación, al parecer concerniente al mercado de drogas ilícitas. El lunes 6 de noviembre del año pasado, en Ciudad Bolívar encontraron con disparos a cuatro personas, entre ellas a una mujer.
La tendencia sigue al alza, en parte, por las disputas territoriales y el fenómeno de los terreros y la extorsión. Las cifras, a la fecha, indican que este año el 95 % de víctimas de homicidio fueron hombres; el 56,9 % fueron con arma de fuego; el 32,7 % con arma blanca, y el 13 % con arma contundente.
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