Las autoridades tienen el testimonio de Angie Paola, pero no fue suficiente para enviar al señalado a prisión. / José Vargas
Foto: JOSE VARGAS ESGUERRA; El... - JOSE VARGAS ESGUERRA
A los pulmones de Angie Paola no entraba aire suficiente. Su corazón latía al ritmo de las luces de la sirena de la patrulla de Policía en la que iba con su hermano. Contrario a ello, el pulso de Andrés David Jiménez Rozo iba en caída libre, su mirada se perdía en el techo del vehículo y, con el escaso aliento que le quedaba, le insistía a su hermana que cuidara de sus tres hijas.