Cuando Luisa Fernanda denunció en redes sociales lo vivido, una mujer la contacto para decirle que conocía un caso similar, de otra joven universitaria.
Foto: Natalia Pedraza Bravo
“Me siento nadando en contra de la corriente”, estas son las palabras que Luisa Fernanda, una joven de 22 años, repetía mientras contaba lo que le sucedió el pasado 10 de agosto, cuando fue víctima de abuso sexual dentro de un carro particular en Bogotá.
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Por Sara Caicedo
Periodista de la universidad Politécnico Grancolombiano. Escribe para El Espectador sobre planeación, hábitat, comercio informal, espacio púbico, desarrollo económico, hacienda y ambiente.@sara_caicedoscaicedo@elespectador.com