Megaproyectos y deuda: ¿Cómo golpea a Bogotá la disparada del dólar?
Hay incertidumbre en torno a los sobrecostes que se tendrán en los proyectos de infraestructura y el endeudamiento de la ciudad. Así lo enfrenta el Distrito.
Cristian Camilo Perico Mariño
El dólar ha sido protagonista de múltiples análisis en las últimas semanas. Su incremento sigue sorprendiendo a todos los mercados y angustiando a países del mundo entero, en especial a los latinoamericanos. Y no es para menos, en Colombia, por ejemplo, aumentó casi 11 % en pocas semanas, al pasar de $4.500 a casi $5.000. Si bien, este pareciera un tema que solo preocupa a los economistas e inversionistas, lo cierto es que todos los capitalinos y la propia administración sienten sus efectos.
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El dólar ha sido protagonista de múltiples análisis en las últimas semanas. Su incremento sigue sorprendiendo a todos los mercados y angustiando a países del mundo entero, en especial a los latinoamericanos. Y no es para menos, en Colombia, por ejemplo, aumentó casi 11 % en pocas semanas, al pasar de $4.500 a casi $5.000. Si bien, este pareciera un tema que solo preocupa a los economistas e inversionistas, lo cierto es que todos los capitalinos y la propia administración sienten sus efectos.
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Para la muestra, un botón: el sueño de la comunidad de San Cristóbal, de tener un sistema de cable aéreo, para mejorar la movilidad de los barrios con el portal de Transmilenio se vio truncado. A pesar de que se abrió la licitación, no hubo oferentes que se le midieran a la obra. La razón: la rápida variación de la divisa, afectó el presupuesto. Aunque pocos de los 400.000 habitantes, que se iban a beneficiar con el proyecto, negocian en moneda extranjera, la situación macroeconómica mundial los terminó golpeando.
Y así, como ocurrió con este proyecto, la devaluación ha hecho sentir su coletazo, no solo en otras megaobras de la ciudad, sino en otros frentes como la deuda que ha adquirido la Alcaldía con la banca extranjera o el bolsillo de miles de comerciantes, que importan productos para suplir la demanda local, quienes seguramente tendrán que desacelerar el ritmo de recuperación tras la pandemia, el cual, según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística -Dane-, había alcanzado un crecimiento del 36,4 % frente al 2021.
Pero, más allá de los bienes y servicios, hay un aspecto que merece capítulo particular: las inversiones del Gobierno Nacional y el Distrital. La situación actual tiene a todos sacando cuentas, en especial, a los encargados de las megaobras de infraestructura como el Metro, el Regiotram de Occidente y las rutas de cable aéreo.
Vale recordar que el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) vigente, plantea para el 2035 una ciudad con cinco líneas del metro, dos líneas de Regiotram, siete cables aéreos, 416 kilómetros de ciclorrutas, 84 km de ciclo-alamedas y 221 km de red peatonal. Todas, en menor o mayor medida, requieren insumos cuyo precio se ve afectado por el precio del dólar. Por eso, el plan de una movilidad sostenible cuesta más de lo planeado.
Para Camilo Díaz, director de la Unidad de Análisis Financiero de la Universidad Nacional, el efecto de la devaluación es previsible: “La mayoría de los proyectos e inversiones se verán afectadas, porque involucran la adquisición de bienes importados como acero y otros materiales que se pagan en dólares. En la ejecución de inversiones de capital, de obras públicas o privadas, los costos de los insumos y maquinarias serán mayores”.
Y fue lo que sucedió cuando el Instituto de Desarrollo Urbano -IDU- tuvo que declarar desierta la licitación del Cable Aéreo San Cristóbal, debido a que los oferentes europeos con capacidad técnica para construirlo no se presentaron al proceso, por la alta variación de los insumos.
Algo similar ocurrió en julio, con la licitación para construir una Planta de Termovalorización en el relleno Doña Juana, la cual descartaron provisionalmente, debido a “las condiciones financieras en el mundo, como el dólar, las tasas de interés y el costo de las materias primas, tanto para la fabricación de equipos como para materiales de construcción del proyecto”.
Distrito: tensa calma
A pesar del nerviosismo que impera en los mercados mundiales, el Distrito parece mantener la calma. El secretario de Hacienda, Juan Mauricio Ramírez, afirma, por ejemplo, que, en el caso de la deuda de la ciudad, el efecto no sería tan severo, debido a que solo el $4,3 de cada $100 de la deuda externa del Distrito está en moneda extranjera (dólares y euros).
“Sí se tendrá un aumento en la deuda del Distrito, en donde por cada $100 que suba el dólar, esta aumentará $6.800 millones. A su vez, habrá un aumento en el pago de los intereses, en donde por cada $100 que suba el dólar, el pago de intereses al año aumentará $290 millones”, detalla el director de esta cartera.
Cabe señalar que el proyecto Metro, según afirma el secretario, tiene en su contrato una participación en dólares, pero su componente más fuerte está en pesos colombianos. A su vez, se consideraron franjas de cobertura para variaciones de la moneda extranjera: “Esto tiene un techo y esperamos que el comportamiento no impacte el costo del proyecto”.
Lo cierto es que sí habrá un incremento. La espera es a que no sea abismal. Aun así, según el economista Díaz, cerrar los procesos y abandonar las obras, para esperar una baja en los precios, no debe ser una opción. De hacerlo, el efecto sería mayor, al afectar también a la población vinculada laboralmente a cada obra. Por ahora, el mensaje parece ser, aguantar con calma el final de la partida.
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