Metro Bogotá: así fue el proceso para que por fin comenzaran las obras
El AÑO QUE TERMINA fue clave para pasar del papel a la obra un viejo anhelo de los capitalinos: la primera línea del metro de Bogotá, cuya operación se espera que comience en 2028.
Leonidas Narváez
Me entusiasma pensar en la Bogotá del 2028. Desde joven he sido un enamorado de la ingeniería civil. He sentido pasión por lo que he hecho como ingeniero, y cuando inicié el proceso para llegar a la gerencia de la Empresa Metro, sentí la inmensa satisfacción de estar terminando una carrera, poniendo todo mi conocimiento, mi experiencia y mis energías en un proyecto que considero vital para la ciudad.
Solamente pensar que tengo la responsabilidad de sacar adelante el proyecto de la Primera Línea del Metro de Bogotá (PLMB) me produce mariposas en el estómago, me acelera el corazón, el pulso, como si estuviera llegando por primera vez a visitar a la novia.
El metro que estamos construyendo, así como los modos de transporte que lo complementarán, también limpios, sin duda redundarán en una mejor calidad de vida para los ciudadanos: más tiempo para compartir en familia, disfrutar del espacio público y realizar actividades culturales y académicas.
De acuerdo con un estudio realizado en 2019 por la Secretaría Distrital de Movilidad, Steer y el Centro Nacional de Consultoría, en nuestra ciudad, las personas que viven en sectores con un menor estrato socioeconómico, especialmente aquellas que están en zonas periféricas, gastan, en promedio, 56 minutos en transporte colectivo o individual para llegar de su trabajo, o desde el lugar de estudio, a su casa y viceversa; eso es casi dos horas diarias, tiempo que pierden la madre, el padre o el hijo y que podrían utilizar para formarse, disfrutar de los parques o compartir en familia.
Por cuenta de un sistema de trasporte limpio e integrado, centrado en una moderna red de metros, Bogotá vivirá una verdadera transformación en su movilidad y sentirá un impacto positivo en el medio ambiente, con una notoria reducción en la emisión de gases contaminantes y, por ende, un aire más limpio.
La Empresa Metro de Bogotá, 100 % pública, lidera la construcción de esta red férrea metropolitana, cuya primera línea tendrá 24 kilómetros de trayecto, 16 estaciones, y conectará Bosa con el centro financiero de la ciudad, en la localidad de Chapinero, en menos de media hora.
La materialización de este sueño comenzó en octubre de 2020, cuando se suscribió el acta de inicio de la concesión de la PLMB y comenzó lo que conocemos como la fase previa; es decir, aquella que va antes de la construcción del viaducto. Esta obra está contratada y en ejecución, y el concesionario, Metro Línea 1, tiene la obligación de construirla y ponerla en funcionamiento en marzo de 2028, así como de operarla durante veinte años.
Esta etapa previa va hasta enero de 2023, cuando debe iniciar la fase de construcción, que irá hasta septiembre de 2027. Desde ese momento hasta marzo de 2028 estaremos probando todos los equipos y sistemas, para garantizar que todo funcione perfectamente cuando comencemos nuestra operación comercial.
Pero incluso antes de suscribir esa acta de inicio, ya habíamos empezado a trabajar en aspectos como la adquisición de predios, con el fin de que el concesionario, fuera el que fuera, tuviera listo el terreno para comenzar con las obras. Gracias a eso, a noviembre 30 de 2021, ya habíamos expedido el 88 % de las ofertas de compraventa y firmado el 66 %.
También hemos ido adelantando, con el apoyo de las empresas especializadas (Codensa, Vanti, la Empresa de Acueducto, la Empresa de Telecomunicaciones y Telefónica) el traslado de algunas redes principales de servicios públicos, para que, cuando empiecen las obras, el concesionario no se encuentre con interferencias que podrían retrasar e incluso encarecer el proyecto.
Ahora, mientras construimos la primera línea, estamos trabajando paralelamente en la estructuración de la Línea 2, que irá desde de la calle 72 hasta Fontanar del Río, en Suba, pasando por las localidades de Chapinero, Barrios Unidos y Engativá, beneficiando a otros dos millones y medio de habitantes de Bogotá.
Para lograr avanzar en esa Línea 2, estamos realizando la estructuración integral con la ayuda de la Financiera de Desarrollo Nacional (FND). De esa manera, esperamos, antes de julio del próximo año, firmar el convenio de cofinanciación con la nación, que aporta el 70 % y el Distrito el restante 30 %.
Y vamos por más
Conjuntamente con la alcaldesa Claudia López analizamos que el esquema planteado con las dos líneas del metro hacía necesario que la Primera Línea debería ir hasta la calle 100 y conectar allí con la troncal de la avenida 68, que se encuentra de nuevo con la PLMB en la avenida Primero de Mayo, creando así un verdadero sistema integrado de transporte que, gracias a diferentes modos de movilidad, conecte gran parte de la ciudad e incluso a esta con la región, gracias a los futuros Regiotram.
Toda esta revolución en el transporte de la capital traerá también una transformación urbana nunca antes vista: miles de metros cuadrados de espacio público, nuevos servicios, vecindarios más agradables y seguros y cambios positivos en las dinámicas diarias.
Además, el metro beneficiará, también, al comercio formal y estimulará una nueva cultura ciudadana, una nueva forma de entender lo público, nuestro lugar en la ciudad y nuestra interacción con el otro, la cual venimos estructurando y socializando con los habitantes de las localidades, por donde pasará el metro, en especial, con estudiantes de primaria y secundaria, que, en seis años, serán los principales usuarios de este sistema de transporte que soñamos por más de sesenta años y por fin será realidad.
Por todo eso, en la Empresa Metro de Bogotá trabajamos día a día con esperanza, entusiasmados por lo que será la Bogotá del 2028.
* Gerente de la Empresa Metro de Bogotá.
Me entusiasma pensar en la Bogotá del 2028. Desde joven he sido un enamorado de la ingeniería civil. He sentido pasión por lo que he hecho como ingeniero, y cuando inicié el proceso para llegar a la gerencia de la Empresa Metro, sentí la inmensa satisfacción de estar terminando una carrera, poniendo todo mi conocimiento, mi experiencia y mis energías en un proyecto que considero vital para la ciudad.
Solamente pensar que tengo la responsabilidad de sacar adelante el proyecto de la Primera Línea del Metro de Bogotá (PLMB) me produce mariposas en el estómago, me acelera el corazón, el pulso, como si estuviera llegando por primera vez a visitar a la novia.
El metro que estamos construyendo, así como los modos de transporte que lo complementarán, también limpios, sin duda redundarán en una mejor calidad de vida para los ciudadanos: más tiempo para compartir en familia, disfrutar del espacio público y realizar actividades culturales y académicas.
De acuerdo con un estudio realizado en 2019 por la Secretaría Distrital de Movilidad, Steer y el Centro Nacional de Consultoría, en nuestra ciudad, las personas que viven en sectores con un menor estrato socioeconómico, especialmente aquellas que están en zonas periféricas, gastan, en promedio, 56 minutos en transporte colectivo o individual para llegar de su trabajo, o desde el lugar de estudio, a su casa y viceversa; eso es casi dos horas diarias, tiempo que pierden la madre, el padre o el hijo y que podrían utilizar para formarse, disfrutar de los parques o compartir en familia.
Por cuenta de un sistema de trasporte limpio e integrado, centrado en una moderna red de metros, Bogotá vivirá una verdadera transformación en su movilidad y sentirá un impacto positivo en el medio ambiente, con una notoria reducción en la emisión de gases contaminantes y, por ende, un aire más limpio.
La Empresa Metro de Bogotá, 100 % pública, lidera la construcción de esta red férrea metropolitana, cuya primera línea tendrá 24 kilómetros de trayecto, 16 estaciones, y conectará Bosa con el centro financiero de la ciudad, en la localidad de Chapinero, en menos de media hora.
La materialización de este sueño comenzó en octubre de 2020, cuando se suscribió el acta de inicio de la concesión de la PLMB y comenzó lo que conocemos como la fase previa; es decir, aquella que va antes de la construcción del viaducto. Esta obra está contratada y en ejecución, y el concesionario, Metro Línea 1, tiene la obligación de construirla y ponerla en funcionamiento en marzo de 2028, así como de operarla durante veinte años.
Esta etapa previa va hasta enero de 2023, cuando debe iniciar la fase de construcción, que irá hasta septiembre de 2027. Desde ese momento hasta marzo de 2028 estaremos probando todos los equipos y sistemas, para garantizar que todo funcione perfectamente cuando comencemos nuestra operación comercial.
Pero incluso antes de suscribir esa acta de inicio, ya habíamos empezado a trabajar en aspectos como la adquisición de predios, con el fin de que el concesionario, fuera el que fuera, tuviera listo el terreno para comenzar con las obras. Gracias a eso, a noviembre 30 de 2021, ya habíamos expedido el 88 % de las ofertas de compraventa y firmado el 66 %.
También hemos ido adelantando, con el apoyo de las empresas especializadas (Codensa, Vanti, la Empresa de Acueducto, la Empresa de Telecomunicaciones y Telefónica) el traslado de algunas redes principales de servicios públicos, para que, cuando empiecen las obras, el concesionario no se encuentre con interferencias que podrían retrasar e incluso encarecer el proyecto.
Ahora, mientras construimos la primera línea, estamos trabajando paralelamente en la estructuración de la Línea 2, que irá desde de la calle 72 hasta Fontanar del Río, en Suba, pasando por las localidades de Chapinero, Barrios Unidos y Engativá, beneficiando a otros dos millones y medio de habitantes de Bogotá.
Para lograr avanzar en esa Línea 2, estamos realizando la estructuración integral con la ayuda de la Financiera de Desarrollo Nacional (FND). De esa manera, esperamos, antes de julio del próximo año, firmar el convenio de cofinanciación con la nación, que aporta el 70 % y el Distrito el restante 30 %.
Y vamos por más
Conjuntamente con la alcaldesa Claudia López analizamos que el esquema planteado con las dos líneas del metro hacía necesario que la Primera Línea debería ir hasta la calle 100 y conectar allí con la troncal de la avenida 68, que se encuentra de nuevo con la PLMB en la avenida Primero de Mayo, creando así un verdadero sistema integrado de transporte que, gracias a diferentes modos de movilidad, conecte gran parte de la ciudad e incluso a esta con la región, gracias a los futuros Regiotram.
Toda esta revolución en el transporte de la capital traerá también una transformación urbana nunca antes vista: miles de metros cuadrados de espacio público, nuevos servicios, vecindarios más agradables y seguros y cambios positivos en las dinámicas diarias.
Además, el metro beneficiará, también, al comercio formal y estimulará una nueva cultura ciudadana, una nueva forma de entender lo público, nuestro lugar en la ciudad y nuestra interacción con el otro, la cual venimos estructurando y socializando con los habitantes de las localidades, por donde pasará el metro, en especial, con estudiantes de primaria y secundaria, que, en seis años, serán los principales usuarios de este sistema de transporte que soñamos por más de sesenta años y por fin será realidad.
Por todo eso, en la Empresa Metro de Bogotá trabajamos día a día con esperanza, entusiasmados por lo que será la Bogotá del 2028.
* Gerente de la Empresa Metro de Bogotá.