Muerte de motociclistas en las vías se debe tratar como asunto de salud pública
Cerca del 65 % de las muertes en las vías se asocian a siniestros que involucra a uno o más motociclistas, siendo el actor vial más afectado en 2023 (45 %). Estas cifras convocaron a la Mesa de Expertos en Movilidad, de ProBogotá Región, a conversar sobre esta problemática.
María Angélica García Puerto
Bogotá adoptó en 2016 el enfoque Visión Cero, que busca reducir las víctimas fatales o heridos graves en siniestros viales, pero la reducción se interrumpió en el primer año, después de la pandemia (2021), según el informe de Calidad de Vida 2023. Y en medio del panorama de fatalidades, los motociclistas siguen siendo protagonistas. Según estadísticas, aportaron casi la mitad de las víctimas fatales (242 casos), en 2023.
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Bogotá adoptó en 2016 el enfoque Visión Cero, que busca reducir las víctimas fatales o heridos graves en siniestros viales, pero la reducción se interrumpió en el primer año, después de la pandemia (2021), según el informe de Calidad de Vida 2023. Y en medio del panorama de fatalidades, los motociclistas siguen siendo protagonistas. Según estadísticas, aportaron casi la mitad de las víctimas fatales (242 casos), en 2023.
Al analizar en detalle, se tiene que el 25 % (60 casos) ocurrieron por choques contra vehículos pesados y el 22 % (54 casos), por caídas o choques con objetos fijos. De igual forma, los jóvenes entre 20-34 años son las principales víctimas (68 %); el fin de semana (viernes a domingo) son los días de mayor riesgo, y la noche es la franja horaria de mayor mortalidad: el 60 % de los fallecimientos ocurrieron entre las 6:00 p.m. y las 6:00 a.m. Estos datos obligan a poner la lupa en este segmento, para disminuir
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¿Cómo mejorar la seguridad vial de los motociclistas?
Ante este panorama, una mesa de expertos que citó ProBogotá Región, destacó la necesidad de tratar la problemática con un enfoque de salud pública, para diseñar estrategias a corto y largo plazo. En primer lugar, mencionan, es necesario monitorear los registros de siniestralidad vial de los motociclistas y analizar los comportamientos asociados, para evaluar la pertinencia de medidas de control más efectivas.
Asimismo, evaluar las exigencias técnicas de las motocicletas, para que sean lo más parecidas a las que se hacen a los vehículos en los sistemas de velocidad y promover el uso de los elementos de protección. A largo plazo, los expertos resaltaron la necesidad de aprobar el proyecto de Ley licencias de conducción por puntos, “para que, bajo la óptica de la siniestralidad vial, se promueva una mayor rigurosidad en la expedición de licencias para los usuarios de motocicletas”.
Sumado a esto, hicieron un llamado al Ministerio de Transporte, pues actualmente “las vías de la ciudad responden a exigencias de geometría para vehículos de carga o vehículos pesados, lo que aumenta la siniestralidad vial”, por lo que, creen necesario hacer un adecuado diseño de las vías, diferenciado los actores viales que más usen la vía. En este punto, les piden a las autoridades entidades distritales ejecutar las acciones en tres estrategias: los cruces peatonales, los reductores de velocidad y la arborización.
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Con respecto a los cruces peatonales semaforizados en las grandes vías, instaron a asignar más recursos para mejorar su calidad y frecuencia, ya que como están diseñadas actualmente, no ayudan a reducir los riesgos. En especial, porque al estar con una distancia de casi un kilómetro entre paso y paso, “constituyen una de las razones por las que las personas crucen la vía en puntos no aptos para ello (...) La distancia entre cruces peatonales no debería ser mayor a 150-200 metros”, detallan.
Por último, señalaron que los árboles (dependiendo de su característica y tipo de vía), han probado ser elementos efectivos en la reducción de la velocidad en vías urbanas, con velocidades de 50 km/h. “Además de refrescar y embellecer el entorno urbano, generan efectos y percepciones de protección y cobertura que reducen y evitan la necesidad o la tendencia de los conductores a circular a una alta velocidad”.
El rol del Distrito
La mesa de expertos destaca que Bogotá cuenta con un marco normativo y de política pública con objetivos y metas bien definidas, como en el PDD, que proyecta a 2027 reducir en un 17 % las fatalidades en siniestros viales. A pesar de ello, indican que para su cumplimiento, observaron una desconexión en dos líneas: la clara necesidad de articular las entidades del Distrito, “por ejemplo, a partir del mejoramiento de la atención a víctimas de siniestros viales en la Secretaría de Salud”. Y dos, que los profesionales involucrados en el proceso de planeación, diseño, construcción, mantenimiento y seguimiento de proyectos de movilidad, estén actualizados en los principios y consideraciones del enfoque y apliquen reingeniería en los diseños de infraestructura.
“Aunque el Distrito tiene algunas herramientas para garantizar a la ciudad una infraestructura que prevenga la siniestralidad vial, podría incluir más elementos como reductores de velocidad parabólicos en vías arterias, que permitan circular hasta 50 km/h”, acotan. Por otra parte, invitan a aprovechar las megaobras como la Primera Línea del Metro, la Troncal de la 68, la Calle 13 o el Corredor Verde de la Séptima, con el fin de desarrollar acciones para cumplir las metas en seguridad vial y así reducir las siniestralidades. Eso sí, recordando que las metas estén focalizadas por actor vial para que sean más efectivas.
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Y, finalmente, señalaron que la ciudadanía tiene que tener una participación activa, por lo que recomendaron realizar campañas de sensibilización enfocada a estudiantes de los niveles educativos medio y básico de los colegios distritales, a los funcionarios públicos y actores del sector privado que participan en el diseño y la construcción de la infraestructura vial, y a conductores de transporte público y camiones de carga que presentan altas cifras de siniestralidad.
Fortalecer la vigilancia y control para aportar al cambio de patrones de conducta de las y los actores viales que representan mayores factores de riesgo, así como implementar y hacer seguimiento desde el Distrito a cada uno de los planes estratégicos, será uno de los aspectos clave para salvar vidas en las calles de Bogotá.
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