Muerte en las vías: asunto de salud pública. Las motos, el mayor riesgo
El incremento de los accidentes de tránsito tienen en alerta a las autoridades. Un estudio sobre los factores que hay detrás plantea la necesidad de abordarlo con un enfoque transversal entre movilidad y salud. Las motos, los de mayor accidentalidad.
Miguel Ángel Vivas Tróchez
En medio de los innumerables retos al administrar una ciudad se posiciona uno que preocupa: la siniestralidad vial. En los últimos años vienen aumentando los muertos y heridos en Bogotá por accidentes de tránsito, afectando las estadísticas de seguridad y ejerciendo presión sobre el sistema de salud. El año pasado, por ejemplo, cerró con 543 víctimas fatales (en promedio, una cada 16 horas), cifra que representó un incremento del 32 % frente al 2020, cuando se registraron 364.
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En medio de los innumerables retos al administrar una ciudad se posiciona uno que preocupa: la siniestralidad vial. En los últimos años vienen aumentando los muertos y heridos en Bogotá por accidentes de tránsito, afectando las estadísticas de seguridad y ejerciendo presión sobre el sistema de salud. El año pasado, por ejemplo, cerró con 543 víctimas fatales (en promedio, una cada 16 horas), cifra que representó un incremento del 32 % frente al 2020, cuando se registraron 364.
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Ante este panorama, surge la necesidad de catalogar esta crisis como un problema de salud pública, que obliga a abordarla con un enfoque transversal, entre las secretarías de Movilidad y Salud. Para hacerlo, el Distrito empezó a recopilar evidencias sobre las causas del aumento de las fatalidades. En el desarrollo de la tarea, la universidad Johns Hopkins, a través de la iniciativa para la seguridad vial, de la Fundación Bloomberg, publicó un estudio que identificó los principales factores de riesgo.
El documento, que observó el comportamiento de la movilidad en 13 ciudades latinoamericanas, encontró dos variables, que se concentran alrededor del mismo actor vial: los motociclistas, actor vial que aparece en rojo en casi todos los indicadores. La combinación, velocidad y vulnerabilidad, convierte a las motos en uno de los vehículos con mayor riesgo en las vías.
Bogotá va muy rápido
En el estudio, la velocidad lideró casi todas las correlaciones en materia de siniestros. Salvo Cali y Guayaquil (Ecuador), las urbes son más propensas a los accidentes, en tanto sus habitantes pisan el acelerador. En Bogotá, por ejemplo, el 42 % de los vehículos exceden el límite de 50 kilómetros por hora. El porcentaje aumenta cuando se analiza a los motociclistas: 60 % va por encima.
Para Andrés Vecino, investigador de la U. Johns Hopkins, la correlación entre el exceso de velocidad y muertes de motociclistas es común con otras ciudades de la región. “Al comparar datos de 2022 y 2023 hallamos que donde aumentó el porcentaje de motociclistas que exceden la velocidad, también lo hicieron las muertes, como en Quito (Ecuador), Guadalajara (México), y Campinas y Recife (Brasil)”.
Para hacernos a una idea, basta con comparar a Bogotá con Buenos Aires. Mientras la capital colombiana reporta una velocidad promedio de 46 km/h y una tasa de fatalidades del 7,1, en la capital argentina es de 38 km/h y 3,6. “El límite de velocidad no es aleatorio, sino que se define con base en preceptos técnicos. La evidencia muestra que hay 60 % de probabilidad de morir tras un choque a 50 km/h y aumenta a 90 % si la velocidad es de 60 km/h”.
¿Por qué los bogotanos hemos decidido de golpe ir más rápido? De momento, hay dos hipótesis. En primer lugar, el acelerado crecimiento del parque automotor de motos, el vehículo que encabeza los índices de exceso de velocidad. Mientras en 2010 había 162.000 motos matriculadas en la capital, hoy son casi 500.000. Esto, sin contar casi el millón matriculadas en los municipios aledaños, con lo que se podría decir que en la región hay una moto por cada ocho habitantes.
A esto se suman los trancones por cuenta del crecimiento de los frentes de obra, sobre todo en vías arteriales de la ciudad. Al día de hoy hay más de 400 frentes de obra, por lo que recorrer avenidas como la 68, la Caracas, la Cali y la autopista Norte se ha vuelto todo un desafío a la paciencia. Por eso, aunque suene a paradoja, tal parece que la necesidad de aprovechar cada oportunidad de ir más rápido obedece a una ciudad obstaculizada, pero con las mismas distancias por recorrer.
Un problema de salud pública
Cuando las ambulancias recogen a los heridos, para llevarlos a un hospital, la siniestralidad vial se convierte en un asunto de salud pública. En especial, al conocer que en los últimos tres años cada vez llegan a los pabellones de urgencias más fracturados, mutilados y lesionados graves después de un accidente de tránsito. Según cifras de la Secretaría de Salud, mientras en 2020 llegaron 406 heridos, en 2022 fueron 630, la más alta de los últimos 4 años. Las estadísticas de 2023 no fueron mejores: 622 heridos, ocho por debajo del año anterior.
Más allá de una eventual carga para el sistema, el secretario Gerson Bermont expone un drama todavía peor, y oculto tras las estadísticas. “Aquí estamos hablando de personas que pierden la posibilidad de ir a buscar su sustento diario y deben ser atendidos por sus familiares durante el periodo de incapacidad”. Por todo lo anterior, el jefe de cartera anunció la creación de un contingente articulado con las secretarías de Movilidad y de Cultura, para formular acciones preventivas que reviertan esta situación.
Para respaldar la iniciativa, avanza en el Concejo un proyecto para consolidar nuevas medidas de prevención, que ya se aprobó en primer debate. A través de la iniciativa, se busca comprometer a todos los sectores para tomar medidas integrales y urgentes, y disminuir los índices de fatalidad y de heridos en la vía. Entre los aspectos más importantes está un enfoque transversal desde diferentes frentes. Como está el panorama, es clara su importancia, así como lo es recordarles a los actores viales poner de su parte para que las vías sean más seguras.
Acciones de prevención de la siniestralidad vial
En respuesta a la evidencia obtenida por el estudio y otros análisis del Distrito, la Secretaría de Salud apoya un proyecto de acuerdo en el Concejo, para consolidar nuevas medidas de prevención. Se trata del proyecto 515 de 2024, que ya fue aprobado en primer debate y espera la discusión en plenaria, para convertirse en una realidad.
A través de dicha iniciativa, la administración busca comprometer a todos los sectores para tomar medidas integrales y urgentes, para disminuir los índices de fatalidad y de heridos en la vía. Entre los aspectos más importantes, el proyecto propone un enfoque transversal e intersectorial desde la Atención Primaria Social y el reconocimiento de los determinantes sociales y ambientales.
Así mismo, desde el Plan de Acción de Respuesta Sectorial para la promoción de la seguridad vial, se ejecutarán cuatro estrategias para impulsar planes de prevención, armonizándolo con los pilares de la Atención Primaria Social del Modelo de Salud de Bogotá ‘MÁS Bienestar’.
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