Muertes en accidentes de tránsito amplían la brecha de la pobreza en Bogotá
Las cifras de siniestros viales vienen en aumento y los motociclistas son los que más aportan a las estadísticas. La secretaria de Movilidad, Claudia Días, habla del panorama y las estrategias.
Alexánder Marín Correa
Miguel Ángel Vivas Tróchez
Si en un hogar humilde el papá es motociclista y es el único que lleva el sustento, pero se accidenta y queda con una discapacidad permanente, o muere, ¿qué pasa con esa familia? Esta es una de las reflexiones que hace la secretaria de Movilidad de Bogotá, Claudia Díaz, para mostrar la tragedia que representa cada siniestro vial. La reflexión toma mayor dimensión al saber que casi el 90 % de las personas que mueren en accidentes de tránsito son de estratos 1, 2 y 3, y que cada accidente es una forma de ampliar las brechas de pobreza en la ciudad.
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Si en un hogar humilde el papá es motociclista y es el único que lleva el sustento, pero se accidenta y queda con una discapacidad permanente, o muere, ¿qué pasa con esa familia? Esta es una de las reflexiones que hace la secretaria de Movilidad de Bogotá, Claudia Díaz, para mostrar la tragedia que representa cada siniestro vial. La reflexión toma mayor dimensión al saber que casi el 90 % de las personas que mueren en accidentes de tránsito son de estratos 1, 2 y 3, y que cada accidente es una forma de ampliar las brechas de pobreza en la ciudad.
“A esa familia, tras un accidente, la estamos condenando a que siga en condición de pobreza, porque cambia toda su dinámica. Es una madre que queda sola con sus hijos, o en un hogar sin la capacidad económica para la atención de una discapacidad permanente. La accidentalidad está impactando a los hogares más vulnerables y estamos, de alguna forma, ampliando una brecha de pobreza que, por otro lado, estamos tratando de reducir”, dice Díaz.
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De ahí, los esfuerzos diarios por contrarrestar esta problemática y por enviarle un mensaje a conductores y peatones acerca de la importancia de respetar las normas. En especial, a los motociclistas, que en los últimos años han sido los que más han aportado a las cifras de inseguridad vial en la ciudad. Por eso, hoy son objeto de especial interés de la Secretaría y de las autoridades de tránsito, porque tienen claro que la tendencia al alza de las cifras de siniestralidad, en gran parte, es por causa del uso de la motocicleta.
El panorama
Las muertes en las vías, a causa de accidentes de tránsito, constituyen una preocupación para las autoridades, ya que la tendencia de los últimos años ha sido al aumento. A septiembre, las muertes en las vías bogotanas, a causa de un accidente de tránsito, superaban los 400 casos. La mayoría de las víctimas, con 191 casos, son los motociclistas, seguidos por los peatones (146), los ciclistas (46), y los conductores (21). La meta de la administración es reducir todos los indicadores, al menos en un 15 % antes de que termine el mandato de Carlos Fernando Galán.
Pero ¿cómo hacerlo? Para la secretaria de Movilidad el plan es, primero, romper la tendencia de aumento para concentrarse en la disminución de los casos. “Hicimos análisis para ver qué estaba pasando, cómo nos estamos comportando, y en dónde enfocar nuestras acciones. Y reforzamos el control con las cámaras de fotodetección y con las operaciones con agentes, enfocados en la seguridad vial. Y estamos viendo el efecto. El primer semestre fue duro, pero desde junio vemos una reducción. Si seguimos así, podríamos cerrar el año con una reducción importante”, dice la funcionaria.
Y en ese diagnóstico tienen una cosa clara: si bien las muertes de peatones, ciclistas y conductores han disminuido 25 %, lo que altera los resultados de cualquier estrategia son los motociclistas. “Los casos han aumentado 48 %, siendo los actores viales más vulnerables. Fuera de que son los que más mueren en las vías, están involucrados en la mayoría de los casos donde muere otro actor vial. Eso indica que ahí tenemos que poner la lupa y definir acciones específicas, en infraestructura, control, cultura ciudadana y pedagogía”, señala la secretaria.
De ahí surge la necesidad de reforzar las estrategias que apunten a “pacificar” el tránsito, como son la reducción de los límites de seguridad, la instalación de cámaras de fotodetección, y la implementación de reductores de velocidad. Sin embargo, esta última tarea se debe ajustar, ya que, si bien funciona para los que viajan en vehículos de cuatro ruedas, para los motociclistas parece que no existiera nada que frene su rápido transitar. “Estudiamos cómo implementar cambios donde efectivamente tengan que reducir la velocidad. Mientras encontramos la manera, por ahora, estamos reforzando las operaciones de control, donde vemos que se está haciendo un mal uso de la infraestructura”.
Los motociclistas
Y es que, los motociclistas parecen siempre de afán. “Culebreando” entre vehículos en los trancones, movilizándose por las ciclorrutas y andenes, y yendo a toda velocidad donde ven oportunidad. “Hemos identificado una problemática, que la ratifican las cifras y los estudios, como el de Johns Hopkins University, que dice que seis de cada diez motociclistas exceden la velocidad. Hay un comportamiento identificado, y tenemos que tomar acciones diferenciadas para los motociclistas, para reducir esas conductas que ponen en riesgo su vida y las de otras personas”.
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Una de las acciones en infraestructura que se están ensayando son los resaltos parabólicos en vías con alta siniestralidad, para medir su efectividad. “Hemos instalado algunos, como en la avenida Guayacanes, y ya se evidencia una disminución de velocidad del 25 %. Estamos complementando con señalización donde están las cámaras, reforzando el límite de 50 kilómetros por hora, para tener un efecto disuasorio, donde ha habido una reducción de velocidad del 23 %. Finalmente están la pedagogía y la cultura ciudadanas. Estamos haciendo sesiones teórico-prácticas con motociclistas, y la idea es llegar con esto a todas las localidades”, relata la secretaria.
Si bien la lupa está puesta sobre los conductores de moto, es difícil establecer en qué porcentaje de los accidentes se les puede atribuir a ellos por completo la responsabilidad. Los huecos en las vías, las imprudencias de otros actores viales, las malas prácticas de otros conductores también son realidades que influyen. Sin embargo, todos están permeados por la velocidad.
“Un siniestro es multicausal. Es decir, tienen que conjugarse varias cosas para que se dé un accidente. Y en este caso influye el riesgo de la velocidad, que juega un papel protagónico, porque combinada con otros factores externos puede terminar en siniestro. ¿Pero qué pasa? El mecanismo de registro de los accidentes establece una hipótesis, de una lista, que maneja el agente según su conocimiento y su experiencia. Y entre las principales, están las conductas riesgosas, seguidas por la pérdida de pericia en el manejo del vehículo. Pero no es una información que nos diga realmente de quién es la responsabilidad. Lo que sí se sabe es que el factor de velocidad ha estado en la mayoría de las variables de un siniestro fatal”.
Más control
Alas modificaciones en la infraestructura vial, a la pedagogía y a los controles, se suman otro tipo de acciones, con las que se busca disuadir a los motociclistas. Una de ellas, la de reforzar el transporte público. “Luego de pandemia muchos dejaron de usar el transporte y recurrieron a la moto como medio principal de transporte. Nuestra apuesta es para mejorar la oferta de transporte público, de modo que los bogotanos lo vean de nuevo como la mejor opción”, señala la secretaria, quien complementa que lo mismo buscan con la construcción de más kilómetros de ciclorrutas y con el mejoramiento de las condiciones de espacio público para los peatones.
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“Estamos en 652 km de infraestructura, y la idea es llegar a más de 700 km de ciclorrutas al final de los 4 años, y conectarlas mejor. Tenemos la meta de aumentar del 70 % al 74 % los viajes en modo sostenible y, aunque algunos crean que es poco, subir cada puntito requiere un esfuerzo y un despliegue que estamos haciendo de tener infraestructuras más seguras, y hacer más promoción de pedagogía y de cultura ciudadanas, para que efectivamente, más gente decida dejar el vehículo en la casa”, agrega Díaz.
¿Y el pico y placa para motos? Aunque es una propuesta que siempre ha estado sobre la mesa, para la secretaria de Movilidad, por ahora, no es una opción; pero se sigue estudiando. “Sabemos que hay muchas motos y revisamos el tema. Se hicieron las modelaciones sobre el impacto en la movilidad, pero había también un componente social, entendiendo que la moto es también una forma de trabajo. Entonces, es un tema que seguimos analizando, porque esa es una variable para contemplar. Hay que mirar el impacto no solo en la movilidad, sino también en otros temas”.
Pensar en un carril exclusivo, como el que tienen las bicicletas, también es otra opción que se descartó. “Ese tipo de medidas todavía no está comprobado. Hay inclusive ciudades que lo han implementado y ha aumentado la accidentalidad entre motociclistas. Y aquí también hay un tema, pues el espacio público es finito, las vías son finitas y realmente el mensaje que estamos llevando es más de corresponsabilidad, y de que todos compartimos la vía, y no puede ser que la respuesta sea segregar a todos, porque no podemos convivir en un mismo espacio”.
Aunque los motociclistas han dicho sentirse perseguidos con el exceso de controles y con las medidas dirigidas hacia ellos, la realidad es otra: es un mensaje para respetar las normas de tránsito y buscar, a toda costa, salvarles la vida. “El Código Nacional de Tránsito es claro y tenemos unas reglas de convivencia, unas normas básicas, y quien no las cumpla se ve enfrentado a que, si la autoridad está presente o nuestras cámaras lo registran, vamos a ejercer la autoridad, para que las conductas que están poniendo en riesgo las vidas de ellos mismos o de los demás, pues sean erradicadas. No es un tema de persecución. Ojalá tuviéramos todo el despliegue que pudiéramos tener, y el número de policías que necesita la ciudad, para desplegar mayores esfuerzos orientados a reducir el riesgo en las vías”, concluyó.
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