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El pasado domingo 8 de septiembre, el patrullero Jhon Jairo Acuña, adscrito al CAI Piamonte de la localidad de Bosa, llegó hasta un motel ubicado en Kennedy y, tras descubrir a su expareja saliendo del lugar con otra persona, sacó un arma de fuego, les disparó en repetidas ocasiones y acto seguido, en el mismo punto del ataque, se suicidó de un disparo.
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Ocurrido el ataque, una ambulancia arribó al lugar y trasladó a la pareja herida hasta el hospital de Kennedy, en donde fueron estabilizados y permanecen fuera de peligro. Tras los hechos, Paola Camargo, víctima del ataque y expareja del agresor, dio testimonio del pavoroso momento que casi le cuesta la vida.
“Fue un milagro”
La noche del ataque, tras salir del establecimiento, Paola y su acompañante se dirigieron al parqueadero del lugar para abordar el carro en el que llegaron y regresar a casa. Con lo que no contaban era con que el patrullero Acuña los estaba esperando, oculto en el parqueadero, para perpetrar el ataque una vez se acercaran al vehículo
En efecto, una vez los vio, el policía hoy fallecido sacó un arma de fuego y la emprendió a disparos contra las víctimas. Paola recibió tres disparos en el rostro y uno en un hombro, mientras que su acompañante recibió un disparo en un brazo. Luego, perpetrado el ataque, se suicidó.
“Lo que pasó fue un milagro de Dios. Las balas que llegaron a mi cabeza estuvieron muy cerquita de haberme matado. Sentí un fuego en la cara, como si todo se me hubiese desprendido por dentro y pensé en mis hijos”, señaló Paola, en diálogo con Noticias Caracol.
“Él no me dijo nada, apenas lo vi, sacó el arma y me lancé a mi carro. Cuando me lancé al carro sentí la cara estallada. A mi acompañante le dieron un disparo en el brazo”, señala.
Antecedentes de agresión, “si no es para mí, no es para nadie”
Esa era la frase que el patrullero Jhon Jairo Acuña le repetía a Paola desde que terminaron su relación en el mes de diciembre por los constantes maltratos que ella recibió durante el año que duró la relación.
“Tuvo unos comportamientos guaches y desde ahí le dije que ya no más. Lo bloqueé a él y a su familia de mis redes sociales y de todo lado. Pero él todo el tiempo vivía insistiéndome que si no era para él no era para nadie”, señala. Incluso la mujer denunció que el patrullero fue hasta su casa a buscarla y cuando uno de sus hijos le abrió la puerta y le hizo saber que no tenía por qué estar ahí si ya no tenía nada con su mamá, el patrullero Acuña sacó un arma de fuego y se la mostró al hijo de Paola para advertirle lo que le podría pasar a su mamá si decidía no volver con él.
Llama la atención que, en el momento del ataque, la familia del patrullero Acuña llegó a la escena del crimen a los pocos minutos, como si supieran que algo iba a pasar en ese lugar, razón por la cual la investigación de la Fiscalía apunta a verificar si, en efecto, hay terceros involucrados en el intento de feminicidio del que fue víctima.
Si usted está teniendo ideación suicida o en general quisiera hablar con un profesional, Porque Quiero Estar Bien da atención de urgencias gratuita a través de su página. En Bogotá puede llamar a la línea 106 y aquí hay un directorio de todas las líneas de apoyo en el país.
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