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Al pequeño lo estrangularon con una soga y lo torturaron. Luego abandonaron su cadáver en un potrero de Ciudad Bolívar. El crimen, que conmocionó a la ciudadanía, indigna más al conocer el rostro de la responsable.
El caso ocurrió el pasado 30 de agosto. La versión inicial fue que en la mañana del viernes 29 de agosto la mujer dejó a su hijo a una cuadra del colegio y que en ese trayecto alguien lo secuestró. Luego de buscarlo todo el día y toda la noche, finalmente un pariente de la señora reportó en la mañana del sábado que había encontrado el cadáver del niño en un potrero del barrio.
La Policía empezó a verificar la versión de la familia y descubrió varias mentiras en el relato de la mujer. Realmente María Eugenia no llevó al niño al colegio en la mañana. Entre las evidencias hay un video, grabado por una cámara de seguridad, del 29 de agosto, a la 1:15 de la tarde. En él se ve a la señora que camina junto al niño.
El menor, quien está con el uniforme del colegio, va feliz jugando con su balón y tratando de seguirle el paso a su madre. De acuerdo con la policía, es justo en este momento donde ella lleva al pequeño rumbo a la muerte, ya que se pudo establecer que el sector por donde caminan está cerca de donde encontraron el cadáver.
“Cuando se conoció la muerte del niño, iniciamos la investigación. Lo primero que hicimos fue indagar a los familiares del menor y descubrimos que la madre había mentido. Ella dijo que lo había llevado al colegio, pero con los videos se pudo establecer que ella lo llevó a otro sitio, justo cerca del sector donde lo encontraron muerto”, dijo el general Humberto Guatibonza, comandante de la Policía de Bogotá.
Según el general, detrás de la muerte del pequeño hay un largo historial de maltrato. “Conocimos que, al parecer, era un niño no deseado. Incluso, que la propia madre lo había abandonado cuando tenía 20 días de nacido. Luego, fue víctima de constantes maltratos. Al final, toda esta historia termina en tragedia. Es muy posible que este crimen sea una venganza en contra del niño, por miembros de su familia”, agregó el oficial.
La mujer fue detenida el fin de semana en Vélez (Santander) y en audiencia aceptó cargos por homicidio agravado, lo que le representaría una condena de casi 60 años sin rebajas (por ser la víctima un niño). Al conocer la confesión de la mujer, Orlando Rúgeles, padre del niño, dijo que su esposa era inocente y que ella aceptó para proteger al verdadero asesino. La Policía dijo que la investigación continúa, ya que posiblemente hay más involucrados en el crimen.