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A velocidades que sorprenden incluso a los más versados en el tema, una mujer estaría vendiendo dosis de droga a sus clientes en una esquina del barrio el Ricaurte, en la localidad de Los Mártires.
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La simplicidad, en este caso, era el mecanismo que le permitía a esta persona lograr distribuir hasta 11 micro dosis de droga en menos de un minuto. Solo ella, con una bolsa de plástico en su poder, y la agilidad de sus brazos, era la cadena de distribución que permitía tan eficaz venta ilícita.
Para los patrulleros en tierra, captar la rapidez de esta mujer era imposible, ya que en aquella esquina de distribución de vicio, en la calle 7ª con carrera 18, la aglomeración de clientes y la vendedora desaparecían con la misma rapidez en la que llegaban. Una transacción de un minuto, sin rastros financieros y con la complicidad de compradores y cómplices, resulta difícil de rastrear.
Al menos así fue hasta hoy, cuando la cámara de uno de los drones del personal de grupos aéreos, adscrito a la Policía, captó el momento exacto en que la mujer se deshacía de las 11 dosis de drogas. Aunque para el ojo humano era difícil de percibir el ilícito, al ojo del artefacto volador monitoreado por uno de los agentes no se le escapó la aglomeración de personas requerida para completar esta venta. El tumulto, que en teoría era el punto fuerte de esta presunta expendedora de droga, termino siendo el elemento que la delató.
De manera inmediata, los uniformados que operaron el dron dieron aviso a los patrulleros del CAI el Ricaurte, que se desplazaron al cabo de segundos a la dichosa esquina. Una vez llegaron los agentes, la multitud se dispersó de nuevo, en cuestión de segundos, pero esta vez para dejar al descubierto a la mujer, que de inmediato fue apresada y llevada al CAI para ser judicializada.
Esta persona, de 28 años, deberá responder por el delito de fabricación o porte de estupefacientes, cuya pena oscila entre 128 y 360 meses de prisión.
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