Mujeres intercambiadas al nacer enfrentan lucha legal para ser reparadas
Los hechos se dieron en la Clínica San Pedro Claver, ahora llamada Clínica Méderi, en 1988. Hoy, tras cinco años de espera, siguen exigiendo reparación. El caso que fue reportado por el periódico El Tiempo.
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Los hechos sucedieron el 6 de septiembre de 1988 después de que Dunia Campos y Sandra Campos dieran a luz en la extinta Clínica San Pedro Claver en Bogotá. Sin embargo, ninguna de las dos mujeres llevaron a casa a sus bebés biológicos.
Según un reportaje realizado por el periódico El Tiempo, fue veintiún años después cuando las jóvenes Marcela Rodríguez Campos y Carolina Erazo Restrepo descubrieron lo sucedido por casualidad. Las dos estudiaban Nutrición y Dietética en la Pontificia Universidad Javeriana desde el año 2008. Al año siguiente, en la clase de Bioquímica se conocieron.
En medio de las conversaciones que compartieron se percataron de la coincidencia del día, la hora y el lugar en el que nacieron. A lo que Marcela Rodríguez decidió compartir con su padre Miguel Ángel Rodríguez. “Pa’ le encontré a su hija perdida”.
Sandra Campos, buscó en redes sociales a la compañera universitaria de su hija y descubrieron rasgos similares. Después de ello el padre de Rodríguez decidió profundizar en el hecho extraño. “Ante la curiosidad, un día mi papá fue y nos recogió en la universidad, Carolina le mostró fotos de ella de pequeña y vieron similitudes”, relató Marcela.
Después de reunidas las dos familias, una prueba de ADN y la certeza de que efectivamente fueron intercambiadas al nacer, decidieron emprender medidas legales sobre lo sucedido, pues fue un hecho que determinó la vida de cuatro personas y que, al momento de percatarse, tuvo implicaciones psicológicas.
“Cuando recibimos la noticia quedamos en shock. Hubo sentimientos encontrados, pero ahora estoy agradecida porque las tenemos a las dos”, relató Sandra Campos, madre biológica de Marcela Rodríguez.
A pesar de que desde 10 de septiembre de 2018, el Juzgado 60 Administrativo del Circuito de Bogotá determinó que el Instituto de Seguros Sociales (ISS), ahora extinto, fue responsable de los prejuicios causados a las familias, la compensación económica por los daños causados que quedó a cargo de la Nación y al Ministerio de Salud y Protección Social no se han visto reflejados.
En respuesta el Patrimonio Autónomo de Remanentes del Instituto de Seguros Sociales en Liquidación (Pariss), organización creada para garantizar el buen uso de los recursos de la extinta clínica, envío a las familias en mayo de este año un escrito en el que se justificaba el retraso del pago por una cuestión de prioridad: “Existen obligaciones con mejor privilegio de acuerdo con la oportunidad en que presentaron reclamaciones al proceso concursal de acreedores del Instituto de Seguros Sociales. Una vez culminen las categorías que cuentan con preferencias, se iniciarán los trámites para pago de créditos”.
Katherine Vargas, la abogada de las familias, denunció que es un comportamiento común de la entidad y que “no paga las sentencias completas, dilata los procesos, los beneficiarios se aburren de esperar y acceden a una conciliación por un porcentaje menor al total del pago”.
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Según un reportaje realizado por el periódico El Tiempo, fue veintiún años después cuando las jóvenes Marcela Rodríguez Campos y Carolina Erazo Restrepo descubrieron lo sucedido por casualidad. Las dos estudiaban Nutrición y Dietética en la Pontificia Universidad Javeriana desde el año 2008. Al año siguiente, en la clase de Bioquímica se conocieron.
En medio de las conversaciones que compartieron se percataron de la coincidencia del día, la hora y el lugar en el que nacieron. A lo que Marcela Rodríguez decidió compartir con su padre Miguel Ángel Rodríguez. “Pa’ le encontré a su hija perdida”.
Sandra Campos, buscó en redes sociales a la compañera universitaria de su hija y descubrieron rasgos similares. Después de ello el padre de Rodríguez decidió profundizar en el hecho extraño. “Ante la curiosidad, un día mi papá fue y nos recogió en la universidad, Carolina le mostró fotos de ella de pequeña y vieron similitudes”, relató Marcela.
Después de reunidas las dos familias, una prueba de ADN y la certeza de que efectivamente fueron intercambiadas al nacer, decidieron emprender medidas legales sobre lo sucedido, pues fue un hecho que determinó la vida de cuatro personas y que, al momento de percatarse, tuvo implicaciones psicológicas.
“Cuando recibimos la noticia quedamos en shock. Hubo sentimientos encontrados, pero ahora estoy agradecida porque las tenemos a las dos”, relató Sandra Campos, madre biológica de Marcela Rodríguez.
A pesar de que desde 10 de septiembre de 2018, el Juzgado 60 Administrativo del Circuito de Bogotá determinó que el Instituto de Seguros Sociales (ISS), ahora extinto, fue responsable de los prejuicios causados a las familias, la compensación económica por los daños causados que quedó a cargo de la Nación y al Ministerio de Salud y Protección Social no se han visto reflejados.
En respuesta el Patrimonio Autónomo de Remanentes del Instituto de Seguros Sociales en Liquidación (Pariss), organización creada para garantizar el buen uso de los recursos de la extinta clínica, envío a las familias en mayo de este año un escrito en el que se justificaba el retraso del pago por una cuestión de prioridad: “Existen obligaciones con mejor privilegio de acuerdo con la oportunidad en que presentaron reclamaciones al proceso concursal de acreedores del Instituto de Seguros Sociales. Una vez culminen las categorías que cuentan con preferencias, se iniciarán los trámites para pago de créditos”.
Katherine Vargas, la abogada de las familias, denunció que es un comportamiento común de la entidad y que “no paga las sentencias completas, dilata los procesos, los beneficiarios se aburren de esperar y acceden a una conciliación por un porcentaje menor al total del pago”.
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