“Nadie gobernará bien a Bogotá si no mira la región”: director de la RAP-E
Ricardo Agudelo, director de la Región Administrativa de Planificación Especial, destaca que los candidatos a la Alcaldía poco hablan de trabajar con la región. Les recuerda lo clave que es pensar en el agua, la seguridad alimentaria, el turismo y el desarrollo territorial.
Alexánder Marín Correa
La Región Administrativa de Planificación Especial (RAP-E), que cumple nueve años, la integran Huila, Tolima, Meta, Boyacá, Cundinamarca y Bogotá. El hecho de que esté la capital le da el carácter de especial. En total es hogar de 17 millones de colombianos y genera casi la mitad del Producto Interno Bruto (PIB) del país. Y a pesar de la importancia de esta figura asociativa es poca su visibilidad. No por falta de proyectos, sino de difusión sobre lo que hace. En medio de la contienda electoral, su director Ricardo Agudelo hace un llamado a los candidatos: si quiere ser buen alcalde debe mirar a la región.
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La Región Administrativa de Planificación Especial (RAP-E), que cumple nueve años, la integran Huila, Tolima, Meta, Boyacá, Cundinamarca y Bogotá. El hecho de que esté la capital le da el carácter de especial. En total es hogar de 17 millones de colombianos y genera casi la mitad del Producto Interno Bruto (PIB) del país. Y a pesar de la importancia de esta figura asociativa es poca su visibilidad. No por falta de proyectos, sino de difusión sobre lo que hace. En medio de la contienda electoral, su director Ricardo Agudelo hace un llamado a los candidatos: si quiere ser buen alcalde debe mirar a la región.
¿Qué es la RAP-E?
Es una figura que tuvo mucha discusión en la época de la Asamblea Constituyente, que impulsó el reconocimiento de las entidades territoriales, como las regiones, para pensar desde ellas el desarrollo del territorio. De allí surgieron las Regiones Administrativas de Planificación (RAP). Como todo, los desarrollos normativos tardaron. En 2011 salió la Ley de Ordenamiento Territorial y en 2014 la Región Especial, porque está Bogotá.
¿Cuál es el propósito?
Ser entidades técnicas para construir identidad regional y planes que orienten a los departamentos. Los grandes problemas y desafíos trascienden los límites de una ciudad como la producción de alimentos, el agua, el turismo, los residuos sólidos y ahora la transición energética y la conectividad. Nosotros nos hemos dedicado a generar planes a partir de hechos regionales claramente identificados.
¿Por qué no ha influido mucho?
Por varias razones, entre ellas es que darse cuenta de que hay problemas que trascienden las fronteras del departamento ha sido un proceso de años. Y las Regiones Administrativas son nuevas. La reglamentación no tiene más de cuatro años. Sin embargo, esta región, al ser la primera, va avanzando lento, pero seguro.
Se viene cambio de alcalde, ¿cómo ve a los candidatos frente a la región?
Bogotá depende de la región, y los candidatos lo deben tener en cuenta y expresar en su visión de ciudad cómo será esa relación. Estoy seguro, porque así lo evidencian los estudios y la realidad, que en Bogotá es imposible gobernar bien sin contar con la región. Deben tenerla en cuenta para garantizar el agua, la producción de alimentos y el desarrollo económico regional. Sin esto no podrán gobernar bien.
¿Cómo es esa dependencia de Bogotá en seguridad alimentaria?
La región central produce 15 millones de toneladas de comida al año (32 % de la que produce el país) y surte el 83 % de la comida que se consume en Bogotá. Para tener una referencia: la capital produce 6.300 toneladas al año, pero consume 7.600 al día. Ahí se ve la importancia de la región. Eso debe llevar al próximo alcalde a pensar en que, si quiere anticipar la seguridad alimentaria, tiene que pensar en la región e incluso invertir en la región. En el país desperdiciamos 10 millones de toneladas de comida al año. En Bogotá,1,2 millones de toneladas. Eso tiene que ver con eficiencia logística regional o sea, cómo lograr que no se dañen los productos o cómo transformarlos. Esas son inversiones que debería hacer Bogotá en la región, si quiere garantizar su comida.
Otro tema es el agua
El 100 % del agua que se consume en Bogotá es de la región. Si miramos cómo se surte Chingaza vemos que el 75 % proviene del río Guatiquía, en el departamento de Meta; el 15 % del río Bogotá, que nace en Cundinamarca, y el 10 % de Sumapaz. Además, de cinco páramos: Guachené, Guerrero, Sumapaz, Chingaza y Altiplano. Ahí debería centrar su inversión, para garantizar el líquido para las próximas generaciones. En la RAP-E tenemos tanto para alimentos como para el agua planes estructurados.
¿Y qué plantean?
Bogotá y la región tienen cómo ser potencia de producción de alimentos en el país. Está la capacidad, la experiencia, la calidad y lo que se requiere: agua y suelos. Eso implica un proceso de ordenamiento del territorio. Para Bogotá son temas que deberían discutir los candidatos. Por ejemplo, ¿cómo garantizar el agua y el alimento en los próximos 20 años? Aunque no lo crean, la deforestación en la Amazonia y la Orinoquia afectan Chingaza, por la disminución de los llamados ríos voladores, al igual que las condiciones de los 750.000 campesinos que hay en la región, muchos en pésimas condiciones. Son temas de suprema gravedad y, lo peor, que no se han discutido en campaña electoral.
¿Cómo puede apoyar Bogotá?
Inversión y ordenamiento del territorio. En el caso de los alimentos está la comercialización, pero, ¿cómo logrará garantizar la compra pública, como lo ordena la ley, a pequeños productores? Ayudar a que haya menos intermediarios es un apoyo. En estos momentos hay casi ocho intermediarios que encarecen la comida para el consumidor, pero también les pagan miserablemente a los campesinos. La solución la tenemos en nuestro plan de abastecimiento. Contamos con las herramientas para ayudar a que tengan un gobierno exitoso, que dé respuestas a muchos de los problemas que tiene la ciudad en materia de desarrollo económico, agua y comida, fundamentalmente.
¿Cómo pasar del plan al hecho?
La RAP-E tiene recursos mínimos. Por eso planteamos tres iniciativas: descentralizar la planeación. Los proyectos de la RAP-E implican un esfuerzo de los departamentos y de la nación, pero para que salgan adelante se debe descentralizar Planeación Nacional y llevarlo a cada región. Lo otro es un fondo de compensación regional, para atacar las inequidades. Bogotá puede ser muy rica, pero en Huila hay pueblos que la pasan muy mal. Y lo último, las capacidades fiscales: la ley nos da la posibilidad de generar tributos regionales. En ese sentido, ¿por qué no pensar en un tributo alrededor del agua, por ejemplo, para cuidar los 18 páramos? En eso hay que invertir.
¿Hoy no tienen dientes para actuar?
Las RAP deberían tener más dientes, más recursos, para promover ese desarrollo de la región. Si en el futuro las regiones se ven como entes territoriales, es decir, con un gobernante elegido, eso será otro tema. Pero en estos momentos somos organismos técnicos de planeación y administración del desarrollo. Y si a esta relación no le ponen cuidado los mandatarios, es difícil que tengan un buen gobierno.
¿Cuál es el mensaje?
La gran apuesta de los gobernantes es que se apropien de la región, porque un ente territorial no puede vivir sin su región y menos Bogotá. Lo segundo, eso se debe traducir en acciones en su Plan de Desarrollo, y tenemos las herramientas para que lo hagan. Y tercero, buscar que sea una cooperación entre iguales, una cooperación horizontal.
¿Cuál es la propuesta?
Un diálogo con los candidatos a la Alcaldía de Bogotá sobre la región. El 10 de octubre los invitamos a que expresen sus propuestas. En la capital es particular, porque si bien es la que más contribuye, también es la que más se beneficia del desarrollo regional. Es clave escucharlos.
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