Navidad sin Luisa Fernanda Baquero Rosas y más de 1.900 desaparecidos en Bogotá
El 22 de diciembre de 2023 Luisa Fernanda Baquero desapareció en Rafael Uribe Uribe en extrañas circunstancias, luego de ser vista en la Piedra del Amor junto con dos hombres que también desaparecieron. Después de un año sin respuestas, las pistas apuntan a una desaparición forzada y a una zona en la localidad, donde habría otros que no han regresado a casa.
Juan Camilo Parra
Un año después de buscar y buscar el rastro de Luisa Fernanda Baquero Rosas, de 23 años, a sus allegados solo les queda otro recuerdo de un diciembre amargo. El 22 de diciembre del año pasado la joven desapareció en inmediaciones de la Piedra del Amor, en Rafael Uribe Uribe. Su caso es catalogado como de “desaparición forzada” y a pesar de los indicios que ha conseguido su familia, este se suma a los otros cientos de casos sin resolver y cuerpos sin encontrar en la capital colombiana.
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Un año después de buscar y buscar el rastro de Luisa Fernanda Baquero Rosas, de 23 años, a sus allegados solo les queda otro recuerdo de un diciembre amargo. El 22 de diciembre del año pasado la joven desapareció en inmediaciones de la Piedra del Amor, en Rafael Uribe Uribe. Su caso es catalogado como de “desaparición forzada” y a pesar de los indicios que ha conseguido su familia, este se suma a los otros cientos de casos sin resolver y cuerpos sin encontrar en la capital colombiana.
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Desde el 2023, la Navidad no es lo mismo para la familia Baquero Rosas. Las “desapariciones forzadas” son una realidad en la ciudad, pero sin duda detrás de cada caso se esconde un patrón de violencias poco analizado a la luz pública y detrás del cual hay una realidad que ensombrece a la capital y con la que se topó la mamá de Luisa cuando su hija no llegó a pasar la Noche Buena a su casa.
A pesar de las diferencias que señala la familia de la joven y que la llevaron a dejar su casa a temprana edad, “todos los días se comunicaba con nosotros, nos visitaba a diario y nunca pasó una Navidad fuera de su casa”, señalan sus familiares. Por lo menos, no hasta ese diciembre de 2023 en el que, la víspera de Navidad, se confirmó la desaparición de Luisa Fernanda, pues la mañana del 22 de diciembre no apareció para acompañar a su mamá a comprar los regalos de sus hermanas.
Desde el 21 de diciembre, su madre hablaba todos los días con ella. “Luisa buscaba un trabajo y necesitaba plata porque se le había dañado el celular de ella. Me dijo también, por esos días: ‘mami, conocí a un muchacho y me quiero ir a vivir con él’. Yo le dije: Luisa, ¿y así de rápido? Es que llevaba con él 20 días y él tampoco volvió a aparecer desde esa madrugada del 22″.
En el año de la desaparición de Luisa, se reportaron 2.378 casos en total, es decir, al menos 6 personas por día desaparecieron en la ciudad. Inquieta que el rango de edad más común de personas desaparecidas en Bogotá se da entre los menores de 15 años, que para el 2023 sumaron 797 casos, seguido por el rango de 20 a 29 años, con 533 casos. Este 2024, hasta abril, se reportaron 705 casos. De ese total, 19 personas aparecieron muertas, 264 vivas y 422 permanecen desaparecidas.
El Observatorio Distrital de Víctimas define la desaparición forzada cono una de las “más ominosas violaciones a los Derechos Humanos y al Derecho Internacional Humanitario”, ya que inflige un sufrimiento permanente en los familiares al no tener certidumbre o conocimiento acerca del paradero de sus seres queridos. “Esto, a su vez, imposibilita efectuar procesos de duelo y de reparación moral y simbólica”.
El pasado 30 de agosto, el Centro de Memoria y Reconciliación, en el marco del Día Internacional contra la Desaparición Forzada, documentó que en Colombia, más de 111.000 personas han sido víctimas de desaparición forzada. “Bogotá, con 1.710 casos registrados hasta el 15 de marzo de 2024, se posiciona como uno de los principales escenarios de este crimen en el país”. Y la estadística del Observatorio de Memoria y Conflicto ubican a la capital colombiana como el quinto municipio y la tercera ciudad con el mayor número de víctimas de desaparición forzada a nivel nacional.
Las vacaciones y la ‘Piedra del Amor’
A la 1:30 a.m. del 22 de diciembre Luisa subió una historia a sus redes sociales y esa fue la última imagen que se tiene de ella. Según una amiga, sobre las 7:00 p.m. había salido con el muchacho con quien quería irse a vivir y otro amigo, que tampoco volvió a aparecer nunca. Esa mañana su familia telefoneó al novio de Luisa (Esteban), después de constatar que el celular de la joven se encontraba sin conexión. Ninguna respuesta los llevó a buscarla y ninguna respuesta encontraron.
El 24 de diciembre la familia esperó expectante alguna llamada, “ella no se quedaría sin desearnos la feliz Navidad”. Pensaron incluso “está enrumbada o se fue a viajar”, pero ya el 25 estaban en las instalaciones de la Fiscalía, comenzando un camino que muchas víctimas en ese país conocen: laberintos burocráticos y esperas prolongadas, para respuestas diáfanas.
“Pasaron los días y la Policía Metropolitana de Bogotá, con su equipo de la Sijin, nos telefoneó, ya era el 2 de enero, y nos decían que por la época, no se podía hacer nada, ‘es diciembre señora’, me dijeron”. Hasta el 18 de enero, la Sijin volvió a citar a los allegados de Luisa para ampliar la denuncia de su desaparición. Para ese momento ya estaba catalogada como “desaparición forzada”, pero de las autoridades no hubo pista.
Lo que sí obtuvo la familia, dicen, fue “un testimonio, a través de una llamada telefónica, que afirmaba que a Luisa la “ultimaron” esa misma madrugada de su desaparición, y su cuerpo había sido oculto en una finca donde habría más cadáveres, todos jóvenes, entre ellos su novio Esteban”. Cosa que las autoridades no han confirmado, ni siquiera, a los allegados de la joven que aún no saben qué fue lo que le pasó a Luisa Fernanda.
“Los del CTI me dicen que no van a esa finca y nosotros seguimos pegando avisos de desaparecida. Me acerqué yo misma a la tal finca arriba de Diana Turbay y solo llegué un poco más allá de Molinos”, señaló la madre. Y añadió que poco después de subir la foto de su hija desaparecida al estado, una agente del CTI llamó a decirle “que cómo era posible que se ponga a pegar papeles sin permiso. Ahí empezamos a tener inconvenientes con la del CTI”.
Inconvenientes que se acentuaron cuando, en esa ida a la supuesta finca, otra persona que vio los carteles les dijo que habían visto a Luisa esa madrugada en la Piedra del Amor, un sitio que, según la tradición, era y es aún hoy día, punto de encuentro de parejas de enamorados de la localidad que dejaban plasmada su firma como símbolo de amor. Esta está ubicada en la entrada del Parque Entrenubes (Carrera 3ª este # 50-00 sur) y más atrás, estaría la finca en donde, dicen, desaparecieron no solo a Luisa, sino a su pareja, al joven que los acompañaba esa noche y, adicional, otro muchacho de nombre Marlon Taborda.
Taborda, fue reportado como desaparecido en febrero de 2024, en Diana Turbay, cuando iba en su motocicleta. Según reseñó El Tiempo, el joven iba en una Pulsar Ns, negra con rojo la tarde de su desaparición. “Los allegados creen que se trata de una desaparición forzada y que Marlon se encuentra retenido en contra de su voluntad debido a extrañas llamadas que les han hecho y amenazas que el mismo joven había recibido días atrás”, escribió ese diario.
Sin cuerpos
“Sigo y sigo y nada”, dice la madre de Luisa. Colectivos como ‘Buscarlas hasta encontrarlas’ hicieron el llamado, pero las familias de los desaparecidos en la Piedra del Amor se sintieron amenazados por un mal que está aún entre las sombras de una tardía investigación. En julio de este año la familia fue notificada que más de 20 delincuentes estarían vinculados en la desaparición. “Pedimos a la Fiscalía protección porque nos tienen vigilados, hay niños. Me dicen ‘si claro las sacamos y les damos comida y hospedaje durante 3 meses y luego ven que hacen’”.
En su incansable búsqueda, la madre de Luisa se topó con la desaparición de Marlon Tabares, mencionado anteriormente. Las pistas que obtuvo de esa investigación la llevaron también a la zona donde, dicen, estarían los cuerpos de Luisa y los otros jóvenes. Esto sigue siendo parte de la investigación.
Sin más respuestas, el pasado 22 de diciembre de 2024, la familia de Luisa convocó, en colaboración con organizaciones barriales como Raíz de Barrio y Colectivo Mujeres Muralistas, un plantón y una jornada de grafitti en el mural que pintaron en Rafael Uribe Uribe en contra de la desaparición forzada. “La desaparición forzada de mujeres no puede quedar en el olvido”, indicó el colectivo en la convocatoria.
Después del 16 de enero se daría la primera audiencia para esclarecer los hechos y presentar los resultados de la investigación, pero “a nosotros no nos han dado nada”. “Si ella no está en este mundo, ellos deben encontrarla. Si me la mataron, necesito el cuerpo”, pidió la mamá de Luisa.
A octubre del 2024, desaparecieron 1.947 personas, en Bogotá. Y mientras el 63,3 % del total de desaparecidos este año, son hombres (suman 1.233 casos) y el 37,1 %, mujeres (724), llama la atención que la cifra de niñas menores de 8 años dobla la de niños: se reportan 425 niñas desaparecidas este año frente a 210 varones. En contraste, si revisamos las cifras de mayores de 18 años, los hombres acumulan un 52 % del total, con 1.013 casos, frente a 299 mujeres (15 %) reportadas como desaparecidas del mismo rango de edad. La cifra sube cada día y en estas Navidades que muchos siguen esperando a un ser querido a casa, es tiempo de recordarlos.
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