“Necesitamos que la comunidad nos ayude a prevenir las tragedias”, director Idiger
Guillermo Escobar, director del Idiger, le contesta a la sección Bogotá de El Espectador cómo está la capital frente a la temporada de lluvias.
Cristian Camilo Perico Mariño
La actual temporada invernal en la zona de la región Andina ha sido una de las peores en la última década. Ya van 26 meses de lluvias constantes, de acuerdo con el histórico de duración del fenómeno de La Niña del Instituto Distrital de Gestión de Riesgos y Cambio Climático -Idiger-.
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La actual temporada invernal en la zona de la región Andina ha sido una de las peores en la última década. Ya van 26 meses de lluvias constantes, de acuerdo con el histórico de duración del fenómeno de La Niña del Instituto Distrital de Gestión de Riesgos y Cambio Climático -Idiger-.
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El balance que deja hasta ahora en Cundinamarca es de 72 municipios afectados, 24 víctimas fatales, 1.093 familias damnificadas, 13 viviendas destruidas, 188 viviendas afectadas y 304 vías cerradas, así como daños en 31 puentes vehiculares, en nueve alcantarillados, 12 colegios y 21 centros comunitarios.
Para hablar de este tema y cómo está la capital por las lluvias desde la sección Bogotá de El Espectador entrevistamos en exclusiva a Guillermo Escobar Castro, director del Idiger:
¿Cuál es el comportamiento habitual de la ola invernal en Bogotá?
En la capital se presentan dos temporadas de lluvia de manera histórica. La primera que va desde mediados de marzo hasta mediados de junio, luego viene una disminución de las precipitaciones hasta septiembre. Mes en el que comienza la segunda hasta diciembre. Sin embargo, llevamos 16 meses de constantes lluvias bien sean fuertes o moderadas y eso terminado repercutiendo en la estabilidad de los suelos.
¿Bogotá estaba preparada para recibir esta ola invernal?
Sí. El asunto está en que el sistema de emergencias en el país es público, privado y comunitario. Nosotros podemos hacer todo lo que tengamos que hacer desde la institucionalidad, pero de nada sirve si están invadiendo quebradas, generando depósito de escombros y basuras, etc. esto agudiza la construcción del riesgo, por más de que tengamos equipos de emergencia y redes de monitoreo.
Se han superado los históricos de duración, pero también de cantidad de agua. En Usaquén y Usme en los primeros 15 días de noviembre llovió lo que se esperaba cayera en todo el mes. ¿En qué otras zonas está pasando esto?
Bogotá cuenta con 62 estaciones de registro de lluvias y fluviosidad que permiten hacer la caracterización de la situación hidroclimática. Como usted lo menciona la cantidad de agua que cae es relevante y en esas localidades ya se superaron los registros esperados. Lo mismo pasa en la zona de los cerros nororientales como La Calera.
Esto me lleva a preguntarle por los lugares en alerta por deslizamientos e inundaciones.
Como usted lo sabe, tenemos dos tipos de alertas en la ciudad: las referidas a remoción en masa y a inundación o desbordamientos. En la primera tenemos diez localidades que pueden tener variación de los mecanismos de deslizamiento, ocasionado principalmente por las lluvias momentáneas. Tenemos 251 zonas de alerta por movimiento de tierra, ubicadas en 190 barrios.
Las localidades con mayor peligro por derrumbes, como se les conoce popularmente, son Ciudad Bolívar, con 77 sitios; San Cristóbal, con 40, y Rafael Uribe Uribe, con 35. El listado lo completan Usme (24), Sumapaz (18), Usaquén (17), Santa Fe (17), Chapinero (13), Suba (8) y La Candelaria (2).
¿Cuáles son las zonas en riesgo por inundaciones?
Me pregunta eso, pero antes debo aclarar que a pesar de las fuertes lluvias no se tiene registro de un aumento significativo en los cuerpos de agua. Aun así hay 62 lugares con mayor alerta divididos en siete localidades: en el primer lugar está la localidad de Bosa, con 17, seguida por Fontibón (15) y Engativá (11). En la misma lista, pero con menos sitios, están Suba (7), Kennedy (5), Tunjuelito (4) y Ciudad Bolívar (3).
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¿Qué indican los monitores de los ríos Bogotá, Juan Amarillo, Fucha y Tunjuelo?
Que no hay alerta. Los monitoreos que tenemos en tiempo real de esos cuerpos de agua no presentan ningún acrecimiento significativo. Lo que sí nos preocupa es el estado del sistema de alcantarillado que puede llevar a encharcamientos e inundaciones. El sistema está colmatado de escombros y basuras. Eso es lo que lleva a las inundaciones en calles como la 30 con la 80 y los deprimidos de Transmilenio.
¿Qué han hecho para prevenir dichos desastres?
Frente a esto último se hacen jornadas de limpieza, pero es clave la capacitación de la ciudadanía en general. Con respecto a los desprendimientos de tierra, hemos hecho acciones preventivas en zonas de ocupación reincidente, como el barrio Bella Flor en Ciudad Bolívar. Son sitios identificados como inestables o de alto riesgo no mitigable, por esto vamos puerta a puerta a notificar a la gente invitarlos a que prioricen su bienestar. El Distrito les entrega ayudas para que dejen sus viviendas; pero muchos ni siquiera lo piensan.
Frente a eso… Hay quienes consideran que no basta con tres meses de arriendo y algunas ayudas temporales para alimentación ¿No se deberían mejorar los auxilios?
Pasa algo y es que existe una comercialización de los terrenos que ya han sido evacuados y cuyos habitantes ya han sido reasentados por el Distrito. Sin embargo, hay personas que se lucran de esa actividad y engañan a otros que están necesitados revendiendo los lotes. Eso es lo que pasa puntualmente en Brisas del Volador, la zona estaba despejada en el 2012.
Pero no contestó a mi pregunta
En el PMU (Puesto de Mando Unificado) que instalamos allá de manera preventiva renotificamos a 300 familias, el año pasado lo hicimos con cerca de 560, pero no quieren acceder a los procesos de apoyo del Distrito. Hemos identificado que no quieren irse en primera medida, por el arraigo y porque históricamente creen que el clima va a seguir siendo el mismo.
Pero hay un agravante, y es que existe una comercialización indiscriminada. Se quejan por las ayudas, pero muchos de ellos están en lotes donde antes se entregaron ayudas. Los primeros ocupantes ya fueron reasentados y vinculados a proyectos de viviendas efectivas. Ese apoyo no se puede hacer más de una vez por terreno”.
¿Quiénes deberían entonces controlar la venta de terrenos baldíos o en zonas de ladera?
Nosotros no. El Idiger es de carácter técnico y desde ahí le hablo. Quienes deberían intervenir son las entidades policivas e incluso las alcaldías locales.
¿Cuántas familias del barrio Bella Flor han aceptado evacuar a la fecha?
Apenas 11 según el último reporte entregado desde la zona. El resto afirman que seguirán es el lugar a pesar del riesgo.
¿La situación de La Calera se pudo prever?
Estamos preparando un informe técnico que compartiremos en el momento que sea necesario. Lo puedo decirle es que ese fin de semana (el del 12 de noviembre) cayó una lluvia intensa, momentánea y superior a los históricos. Los deslizamientos fueron el resultado también de la acumulación de agua, casi todo octubre fue lluvioso en el sector, solo se tuvo dos días sin precipitaciones.
Se venía de un precedente de agua bastante importante que estaba atrapada en las capas vegetales y cuando salió lo hizo de manera torrencial y en volumen. Por eso se llevó por delante una cantidad de árboles que han estado en riesgo desde hace muchos años, muy altos y que sobrecargan el suelo.
Con respecto a eso, desde El Espectador denunciamos que desde 2018 la CAR emitió 10 reportes de árboles que representan riesgos en la vía Bogotá-La Calera, pero no se intervinieron desde el Distrito. ¿Qué tiene para decir?
Eso no es asunto mío, no me corresponde. Quienes pueden hablar de eso son los funcionarios del Jardín Botánico que vienen haciendo las talas controladas tras la remoción de tierra. No me atrevo a dar datos imprecisos porque eso sería irresponsable.
24 personas han perdido la vida por la ola invernal en Cundinamarca. ¿Cuál es la cifra en Bogotá?
La ciudad iba en cero afectaciones fatales como consecuencia de los procesos preventivos. Llevamos cinco temporadas de lluvia: dos de 2020, dos de 2021 y la primera de 2022 y no teníamos víctimas fatales. Dentro de los 26 meses que va a cumplir el fenómeno de La Niña solo hemos tenido tres muertes: las dos vigilantes y la señora de la vía San Luis.
El Ideam prevé que la temporada de lluvias se puede alargar hasta inicios de 2023 ¿Cuál es el panorama a futuro?
Efectivamente, el pronóstico desde el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales menciona que las lluvias se extenderán. Por eso es clave que la ciudadanía se prepare y nos ayuden a evitar tragedias y afectaciones. Que dejen de botar basura en las calles, que identifiquen riesgos de emergencias y que reporten preventivamente afectaciones.
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