Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
La administración distrital, en cabeza de la Unidad Administrativa de Servicios Públicos (UAESP), dio a conocer este lunes los pliegos de la licitación –por $4,8 billones– mediante la que se escogerán las empresas que, a partir del próximo año, se encargarán de recoger la basura en cinco áreas de la ciudad, tal como quedó planteado en el nuevo esquema de aseo impulsado por la actual administración. (En contexto: Bogotá y su nuevo plan de basuras para 12 años)
El nuevo modelo implica el desmonte del esquema actual, que entró en vigencia en diciembre de 2012 bajo la administración de Gustavo Petro con el fallido intento de consolidar la participación pública en el negocio. En esencia, el nuevo esquema divide la ciudad en cinco zonas que, técnicamente, se llaman Áreas de Servicio Exclusivo (ASE). La idea es que en cada ASE una empresa o grupo de empresas se encarguen de recoger la basura, cortar el césped, entre otras funciones, excepto el reciclaje, que deberá quedar disponible para las personas u organizaciones que se dediquen a ese oficio.
Según la UAESP, los pliegos de la licitación que se abrió este lunes comprenden el aumento de las frecuencias en la recolección de residuos; barrido, limpieza de vías y áreas públicas; corte de césped; poda de árboles; lavado de áreas públicas; transporte de residuos al sitio de disposición final y protección de la población recicladora a través del acceso al material. (Lea: Nuevo esquema de aseo de Bogotá, una oportunidad para los recicladores)
“Con este nuevo esquema de aseo la ciudad dispondrá cerca del 27% de las basuras en contenedores, los cuales se ubicarán en puntos críticos, es decir, en aquellos lugares públicos donde existe un alto grado de acumulación de residuos. Allí también habrá un contenedor para material aprovechable”, explicó la Unidad.
La licitación también contempla una modernización de la flota de camiones compactadores; el retiro de pendones, avisos y pasacalles ilegales; la remoción de grafitis; limpieza del mobiliario urbano y la renovación de canecas para atender desechos de fumadores y propietarios de mascotas.
De esta manera, se pone fin al modelo de recolección tal y como lo concibió Petro desde diciembre de 2012. Como alcalde, él intentó que el esquema fuera público, y para eso metió en el negocio a la Empresa de Acueducto, por medio de su filial Aguas de Bogotá. Las dificultades que esto trajo lo llevaron a cumplir parcialmente su cometido: Aguas se quedó con la recolección de basuras en el 52 % de la ciudad, mientras que en el resto siguieron operando empresas privadas.
Era un modelo transitorio, pues, por ley, debía adelantar la licitación para definir quiénes se ocuparían de cada área. La postergó hasta el final y más bien se enfocó en la remuneración de los recicladores. Esa licitación es la que ahora debe adjudicar Peñalosa.