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Alrededor de la licitación para renovar la flota de Transmilenio, ideada para adquirir 1.383 buses y reemplazar 1.161 articulados que excedieron su vida útil, hay un detalle que no ha pasado por alto: las sillas con las que contarán los nuevos vehículos. El debate lo abrió el alcalde Enrique Peñalosa, quien anticipó que los pasajeros ahora podrán sentarse en bancas laterales. Aunque argumentó que están ideadas para facilitar el desplazamiento y evitar concentraciones junto a las puertas, para la ciudadanía este aspecto es visto como una estrategia para aumentar la ocupación y con ella, el hacinamiento al interior de los buses.
(Lea: “Flota de Transmilenio tendrá bancas a lo largo del bus, como los metros”: Peñalosa)
Al revisar los prepliegos del proceso, la administración fijó una serie de parámetros que deberá cumplir quien se haga a la licitación, que contempla recursos por $1,6 billones solo para adquirir la nueva flota. Entre otras, se especificó que los buses articulados tendrán capacidad para transportar mínimo 160 pasajeros. En el caso de los biarticulados (los de mayor longitud), la capacidad será de 250 usuarios.
(Lea: Nueva flota de Transmilenio: ¿ajustar el presupuesto o apostarle a un aire de calidad?)
Sin embargo, hay un parámetro que coincide para ambos tipos de buses: para quienes van de pie, la ocupación máxima será de siete pasajeros por metro cuadrado. Y la capacidad de usuarios sentados será al menos el 20% de la capacidad total, es decir, apenas uno de cada cinco pasajeros irá sentado en los nuevos articulados de Transmilenio.
Un espacio como este, de un metro cuadrado, será ocupado por máximo siete personas al interior de los buses. El cuadrado central es el espacio que le correspondería a cada uno de los pasajeros.
La norma técnica nacional respalda a la Alcaldía: según el Instituto Colombiano de Normas Técnicas y Certificación (Icontec), la ocupación máxima es de siete pasajeros de pie por metro cuadrado. No obstante, el estándar internacional recomienda que sean seis. Un estudio realizado por investigadores de las universidades de Chile y Sidney, presentado en octubre de 2013 en el marco del Congreso Chileno de Ingeniería de Transporte, indagó por los efectos del hacinamiento en el transporte público. Entre otras, concluyeron que una densidad de cinco o seis pasajeros por metro cuadrado “es un indicador muy probable de hacinamiento, independiente de la capacidad de los vehículos”.
Otro estudio, realizado por la Universidad de Chile y presentado en noviembre de 2016, advertía que el metro de Santiago había alcanzado la tasa de seis pasajeros por metro cuadrado. El informe fue recogido por el diario El Mercurio, que calificó la densidad de usuarios como una de las más altas del mundo: “El tren subterráneo de la capital alcanza una densidad de seis pasajeros por metro cuadrado, uno de los niveles de hacinamiento más altos del mundo y lejano a un nivel óptimo (más tolerable) de tres pasajeros por metro cuadrado”, señalaba el medio de comunicación.
En Medellín, se calcula que el metro concentra a seis personas por metro cuadrado. No obstante, en hora pico ese número puede ascender hasta ocho personas. En el caso de Transmilenio, según dijo en octubre del año pasado el gerente de la Empresa Metro, Andrés Escobar, se estima que por metro cuadrado se ubican hasta nueve personas.
(Lea: Debate por nuevos buses de Transmilenio aterriza en el Concejo de Bogotá)
Sobre las sillas a los lados tipo metro, el alcalde Enrique Peñalosa garantizó que mantendrán el mismo número de personas sentadas y defendió que serán implementadas para mejorar la comodidad de los usuarios: “Con las bancas a lo largo del bus, contra las paredes, los nuevos buses tendrán más espacio para que los pasajeros se muevan a donde haya más espacio y lleguen más cómodamente a las puertas (…) Con las sillas a los lados tipo metro, los articulados facilitarán el desplazamiento dentro del bus, para evitar la concentración junto a las puertas. Y se mantiene el mismo número de personas sentadas”, aseguró.
En opinión de expertos como Fernando Rojas, la implementación de las nuevas sillas debe ir de la mano con una mejor calidad del servicio, y ello implica atender el hacinamiento y garantizar más espacios para los pasajeros: “Si Transmilenio no trabaja para que este nuevo orden de las sillas mejore la calidad del servicio, simplemente vamos a ir apretados como sardinas, pero en una lata diferente”, manifestó en diálogo con Noticias Caracol.
Este lunes Transmilenio hizo un balance sobre las observaciones hechas durante la etapa de prepliegos de la licitación, una etapa ideada para que eventuales oferentes –al igual que los ciudadanos– expresaran sus inquietudes, comentarios y observaciones al proceso. El tema de las sillas nuevamente salió a flote y se espera que la administración tenga en cuenta las recomendaciones sobre hacinamiento y garantía de espacio para los pasajeros.
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