¡Ojo conductores! Lluvias han inundado las calles de Bogotá
Después de 27 días sin lluvias, los bogotanos se han visto inmersos en jornadas completas de constante agua en las calles, lo puede causar riesgos para los conductores. Hasta el momento se conocen varias calles afectadas por el inicio de la nueva temporada climática en la capital.
Bogotá experimentó un enero seco y sin precedentes en inicios de 2024 debido al fenómeno de El Niño, provocando diversos incendios en los cerros orientales de la ciudad y generando preocupación en las autoridades por lo complicado que fue contener la situación. Sin embargo, a medida que el mes de febrero avanza, se han presentado días lluviosos en la capital.
El contraste entre enero y febrero en cuestiones climáticas tuvo un cambio radical. Durante 27 días del mes de enero, no cayó ni una sola gota de lluvia, contribuyendo a lo que fue la propagación de incendios forestales en los cerros orientales e inmediaciones de la ciudad, situación que no se logró controlar hasta siete días después de sus inicios y que afectó más de 60 hectáreas de bosque.
Leer más: Levantan alerta por mala calidad del aire en Bogotá
Después, en febrero, llegó la lluvia, desencadenando alegría en la mayoría de los capitalinos, como se ha evidenciado en videos de redes sociales. Sin embargo, como un giro irónico del clima, las lluvias han pasado de ser una bendición a una preocupación.
Durante el fin de semana del 3 y 4 de febrero, Bogotá recibió fuertes lluvias durante el día que causaron congestiones vehiculares en diferentes puntos de la ciudad. Las autoridades advirtieron desde entonces la posibilidad de que las precipitaciones continuaran en los próximos días, lo que podría generar más complicaciones en la movilidad, perjudicando el tráfico, obras de la malla vial e infraestructura de la ciudad.
El 5 de febrero, un fuerte aguacero azotó la ciudad durante la madrugada, comenzando aproximadamente a las 2:00 a.m. Las intensas lluvias inundaron varias vías principales, generando alertas por parte de las autoridades sobre posibles riesgos para los conductores.
En las imágenes compartidas en redes sociales, se aprecia cómo los conductores se enfrentan a condiciones adversas debido a los encharcamientos en las vías, lo que ha llevado a algunos usuarios a expresar comentarios humorísticos y reflexivos sobre la transición de la ciudad de una temporada de incendios a una temporada de inundaciones.
“Con esta #lluvia le damos fin a una temporada de incendios y le damos la bienvenida a la temporada de inundaciones”, comentó un usuario, reflejando la ironía de la situación. Otros señalaron la falta de términos medios en el clima bogotano, destacando la capacidad de la ciudad para pasar de extremos como incendios a inundaciones en poco tiempo.
Las intensas lluvias en Bogotá no solo han causado encharcamientos significativos, sino que también han desencadenado una serie de accidentes viales, generando congestiones y retrasos en la movilidad de la capital colombiana. Uno de los incidentes reportados involucra a un carro particular y una tractomula en la Avenida Ciudad de Cali, resultando en un colapso del tráfico en esta importante zona, según informó la Secretaría Distrital de Movilidad.
Además, Transmilenio, a través de sus canales oficiales, advirtió sobre demoras en la circulación de su flota en varias estaciones cercanas al Portal Américas, así como congestiones desde el municipio de Soacha. Según el informe de Transmilenio, un accidente en la Transversal 86 fue el causante de los retrasos, obligando a los buses a utilizar el carril mixto en la Avenida Ciudad de Cali. Se desplegaron funcionarios del sistema para gestionar y mejorar el flujo del tráfico en la zona afectada.
Le puede interesar: Congestión en el Portal Américas por accidente, se registran heridos
Mejora en la calidad del aire de la capital
Las precipitaciones que marcaron el mes de febrero no solo aliviaron la sequía en Bogotá, sino que también brindaron un respiro a la situación de alerta climática que la ciudad enfrentaba debido a los incendios forestales. A finales de enero, la capital experimentó un aumento preocupante en las partículas contaminantes, generando inquietud sobre la salud de los ciudadanos. Sin embargo, la llegada de la lluvia y otras medidas implementadas por las autoridades contribuyeron a revertir la situación.
El fenómeno de El Niño ha propiciado condiciones secas que llevaron a la propagación de incendios en los cerros orientales de Bogotá. Estos incendios no solo generaron problemas de seguridad, sino que también contribuyeron a un aumento en las partículas contaminantes en el aire, afectando la calidad del mismo.
Con la liquidación de los incendios y la llegada de las lluvias, la ciudad experimentó una mejora significativa en los índices de calidad del aire. La combinación de la lluvia con medidas como el día sin carro y el pico y placa implementado durante el último fin de semana de enero contribuyó a estabilizar los niveles de contaminación.
Estos eventos han permitido que la calidad del aire en Bogotá se mantenga en índices estables hasta el momento. La lluvia no solo ha sido un alivio para la sequía y los incendios, sino que también ha tenido un impacto positivo en la salud ambiental de la ciudad, resaltando la importancia de acciones coordinadas para enfrentar los desafíos climáticos y mantener un ambiente saludable para los bogotanos.
Bogotá experimentó un enero seco y sin precedentes en inicios de 2024 debido al fenómeno de El Niño, provocando diversos incendios en los cerros orientales de la ciudad y generando preocupación en las autoridades por lo complicado que fue contener la situación. Sin embargo, a medida que el mes de febrero avanza, se han presentado días lluviosos en la capital.
El contraste entre enero y febrero en cuestiones climáticas tuvo un cambio radical. Durante 27 días del mes de enero, no cayó ni una sola gota de lluvia, contribuyendo a lo que fue la propagación de incendios forestales en los cerros orientales e inmediaciones de la ciudad, situación que no se logró controlar hasta siete días después de sus inicios y que afectó más de 60 hectáreas de bosque.
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Después, en febrero, llegó la lluvia, desencadenando alegría en la mayoría de los capitalinos, como se ha evidenciado en videos de redes sociales. Sin embargo, como un giro irónico del clima, las lluvias han pasado de ser una bendición a una preocupación.
Durante el fin de semana del 3 y 4 de febrero, Bogotá recibió fuertes lluvias durante el día que causaron congestiones vehiculares en diferentes puntos de la ciudad. Las autoridades advirtieron desde entonces la posibilidad de que las precipitaciones continuaran en los próximos días, lo que podría generar más complicaciones en la movilidad, perjudicando el tráfico, obras de la malla vial e infraestructura de la ciudad.
El 5 de febrero, un fuerte aguacero azotó la ciudad durante la madrugada, comenzando aproximadamente a las 2:00 a.m. Las intensas lluvias inundaron varias vías principales, generando alertas por parte de las autoridades sobre posibles riesgos para los conductores.
En las imágenes compartidas en redes sociales, se aprecia cómo los conductores se enfrentan a condiciones adversas debido a los encharcamientos en las vías, lo que ha llevado a algunos usuarios a expresar comentarios humorísticos y reflexivos sobre la transición de la ciudad de una temporada de incendios a una temporada de inundaciones.
“Con esta #lluvia le damos fin a una temporada de incendios y le damos la bienvenida a la temporada de inundaciones”, comentó un usuario, reflejando la ironía de la situación. Otros señalaron la falta de términos medios en el clima bogotano, destacando la capacidad de la ciudad para pasar de extremos como incendios a inundaciones en poco tiempo.
Las intensas lluvias en Bogotá no solo han causado encharcamientos significativos, sino que también han desencadenado una serie de accidentes viales, generando congestiones y retrasos en la movilidad de la capital colombiana. Uno de los incidentes reportados involucra a un carro particular y una tractomula en la Avenida Ciudad de Cali, resultando en un colapso del tráfico en esta importante zona, según informó la Secretaría Distrital de Movilidad.
Además, Transmilenio, a través de sus canales oficiales, advirtió sobre demoras en la circulación de su flota en varias estaciones cercanas al Portal Américas, así como congestiones desde el municipio de Soacha. Según el informe de Transmilenio, un accidente en la Transversal 86 fue el causante de los retrasos, obligando a los buses a utilizar el carril mixto en la Avenida Ciudad de Cali. Se desplegaron funcionarios del sistema para gestionar y mejorar el flujo del tráfico en la zona afectada.
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Mejora en la calidad del aire de la capital
Las precipitaciones que marcaron el mes de febrero no solo aliviaron la sequía en Bogotá, sino que también brindaron un respiro a la situación de alerta climática que la ciudad enfrentaba debido a los incendios forestales. A finales de enero, la capital experimentó un aumento preocupante en las partículas contaminantes, generando inquietud sobre la salud de los ciudadanos. Sin embargo, la llegada de la lluvia y otras medidas implementadas por las autoridades contribuyeron a revertir la situación.
El fenómeno de El Niño ha propiciado condiciones secas que llevaron a la propagación de incendios en los cerros orientales de Bogotá. Estos incendios no solo generaron problemas de seguridad, sino que también contribuyeron a un aumento en las partículas contaminantes en el aire, afectando la calidad del mismo.
Con la liquidación de los incendios y la llegada de las lluvias, la ciudad experimentó una mejora significativa en los índices de calidad del aire. La combinación de la lluvia con medidas como el día sin carro y el pico y placa implementado durante el último fin de semana de enero contribuyó a estabilizar los niveles de contaminación.
Estos eventos han permitido que la calidad del aire en Bogotá se mantenga en índices estables hasta el momento. La lluvia no solo ha sido un alivio para la sequía y los incendios, sino que también ha tenido un impacto positivo en la salud ambiental de la ciudad, resaltando la importancia de acciones coordinadas para enfrentar los desafíos climáticos y mantener un ambiente saludable para los bogotanos.