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Cuchillos de cocina, navajas automáticas y hasta utensilios de barbería fueron solo algunas de las armas cortopunzantes que la Policía decomisó ayer en Transmilenio. En un solo día, los uniformados incautaron 244 armas de este tipo en medio de un operativo masivo en diferentes estaciones del sistema público de transporte.
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La avanzada correspondió al operativo “Plan Desarme”, con el cual se busca reforzar la seguridad de la ciudad en puntos críticos como el Transmilenio, escenario diario de riñas y atracos.
En medio de estos operativos, además de los cuchillos, las autoridades efectuaron la captura de un individuo, que se encontraba en posesión de un arma de fuego artesanal. Este artefacto, tipo bastón, suele pasar desapercibido debido a su particular forma. No obstante, la pericia de los agentes que participaron en la requisa, lograron identificarla y sacarla de circulación.
“Dentro de los operativos simultáneos se incautó un arma de fuego tipo bastón, que a simple vista pasaba desapercibida. La persona que portaba este elemento fue capturada y está siendo judicializada por el delito de fabricación, tráfico, porte o tenencia de armas de fuego”, aseguró el teniente coronel Pascual González, comandante Grupo Transporte Masivo Transmilenio.
#Atención 🚨 | Realizamos el lanzamiento del #PlanDesarme en @TransMilenio.
— Policía Metropolitana de Bogotá (@PoliciaBogota) August 27, 2024
Durante un operativo sorpresa, incautamos 224 armas cortopunzantes 🔪 en un solo día.
🔎 Además, capturamos a un hombre que portaba un arma de fuego tipo bastón, pretendiendo pasar desapercibido. 🔫 pic.twitter.com/tCf2ttmdWi
En lo corrido del año, la Policía Metropolitana de Bogotá logró la incautación de 22.300 armas cortopunzantes, lo que arroja un promedio de 150 al día.
Armas en Bogotá
Alquiladas o vendidas al mejor postor, las armas de fuego configuran el elemento principal en la comisión de los delitos de alto impacto, como la extorsión. Un caso que ilustra cómo funcionan estas bandas ocurrió en abril. Los Roncos, estructura que dinamizaba la venta ilegal de armas y la modificación de armas traumáticas, para volverlas letales, estaban en Kennedy, Ciudad Bolívar y Antonio Nariño. En esta última, la policía les incautó 25 armas, como revólveres, pistolas y escopetas. Además, cientos de municiones de varios calibres.
Esta banda, que tenía relación directa con el Estado Mayor Central de las FARC, vendía o alquilaba las armas por precios que oscilaban entre los $500.000 y los $4 millones. Por esas rentas obtenían ganancias de hasta $400 millones. Incluso se descubrió que tenían una armería, donde modificaban las armas traumáticas e intervenían las de fuego, para borrar seriales y otros elementos claves para la investigación balística.
Su modus operandi parece repetirse en varios casos: las bandas que dominan este mercado tienen contacto con estructuras criminales de mayor envergadura, como células guerrilleras, paramilitares o relacionadas con el narcotráfico, quienes se encargan de proveer los artefactos. A su vez, estas estructuras de mayor poder reciben armas a través de espacios fronterizos con poca vigilancia, por vía marítima e incluso de empresas de encomiendas.
Bogotá no tiene un gran centro de producción de armas o municiones, lo que indica que necesariamente todas las armas ingresan a la ciudad. “Desde el año 2009 hay evidencia de que las armas ingresan desde el tapón del Darién y las fronteras de Ecuador y Venezuela. Estas armas, todas hurtadas o de contrabando, estaban en manos de grupos al margen de la ley, pero hoy están en manos de bandas delincuenciales”, agrega Nieto.
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